Obtenido a "punta de pistola" y con un fraude: así podría volver el Pazo de Meirás al Estado

Obtenido a "punta de pistola" y con un fraude: así podría volver el Pazo de Meirás al Estado
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De tanto en cuanto, el Pazo de Meirás vuelve a los titulares. En esta ocasión su trayecto mediático podría ser el último: los herederos de Francisco Franco, dictador que utilizó la finca de reminiscencias señoriales como residencia veraniega, quieren venderla a un comprador extranjero. De concretarse el acuerdo, la Xunta de Galicia tendría un poco más difícil recuperar el bien público. De ahí que, a última hora, se haya presentado un informe que invalidaría todas las compraventas, pasadas y futuras.

Un acuerdo fraudulento. La teoría dice así: tras obtener el pazo de las herederas de Emilia Pardo Bazán, antaño poseedora del inmueble, Pedro Barrié de la Maza vendería a Francisco Franco el edificio en 1941. Lo cierto es que el último informe niega la mayor: Franco jamás compró nada. El contrato fue una ficción y ni siquiera se abonó el dinero. Por aquel entonces, el Pazo de Meirás ya no se podía vender o comprar. Había entrado a glosar el abundante Patrimonio Nacional al ejercer de residencia del Jefe de Estado.

Es decir, el bien no era de Franco, era del Estado. El contrato fraudulento permitió a la familia retener el pazo cuando la jefatura del Estado.

"A punta de pistola". La historia del pazo es larga. Es sabido que su onerosa compra a las herederas de Pardo Bazán se realizó gracias a la mediación de una Junta Provincial Pro-Pazo encabezada por empresarios franquistas y autoridades falangistas gallegas. La Junta recaudó el dinero "a punta de pistola", detrayendo pagas a los funcionarios de la administración e instaurando una suerte de "impuesto revolucionario" para ganarse el favor del Caudillo. Posteriormente, se le entregó a Franco, según el informe, como un obsequio.

Por qué es importante. La batalla por el Pazo de Meirás es tan vieja como la existencia de la propia Xunta de Galicia. Es relevante porque ilustra hasta qué punto la familia Franco co-optó el patrimonio del Estado para su mayor beneficio. El pazo ha estado en sus manos desde el fin de la dictadura, y la Xunta ha reclamado su devolución gratuita durante varias décadas. Los Franco siempre se han negado con la esperanza última de venderlo, como ahora sucede.

Es el Estado, es decir, el patrimonio de todos, frente a las últimas rentas de la oligarquía franquista. De ahí que su victoria o fracaso se sienta relevante.

Un largo listado de expolios. Lo cierto es que el Pazo de Meirás es un símbolo que trasciende las cuitas judiciales y políticas locales, pero no el único objeto/patrimonio agenciado por la familia Franco a costa del Estado. Sucede algo similar con el Palacio de Cornide, en A Coruña, subastado por el Ministerio de Educación franquista y comprado por la hija del dictaduro en 1965. El ayuntamiento coruñés lucha ahora, como la Xunta, por declarar nula la venta y recuperar el edificio. Se pueden sumar estatuas y otros inmuebles.

Patrimonio Nacional. La ley podría estar del lado del Estado. Fue la propia administración franquista la que antes de la supuesta venta del pazo actualizó el "Patrimonio de la República" inaugurado en 1931. Aquel recogía el "Patrimonio de la Corona", tan extenso, y lo subordinaba al Estado. La legislación republicana, franquista y democrática consagraron los edificios antaño del Rey al pueblo español. Al ejercer como residencia de Franco, el pazo servía al Jefe del Estado. Su función pública, y no privada, es la que la Xunta ata al Patrimonio Nacional.

Imagen | Loischantada/Wikipedia

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