Rebelde, genio, controvertido … seguro que hoy escucharás muchos adjetivos de los más variados junto al nombre de Steve Jobs, que esta noche dejaba un hueco ya veremos si reemplazable en el mundo de la tecnología.
Para mi, la figura de Steve Jobs siempre significará cambio, riesgo, revolución, saltarse las reglas establecidas con convicción para crear un nuevo mercado, una nueva forma de hacer algo en tecnología que podía mejorar o al menos ser diferente. Pero con sus reglas por delante. Una frase célebre de Jobs lo resume a la perfección:
Muchas veces la gente no sabe lo que quiere hasta que no se lo enseñas
Los pasos que la industria ha dado tras algunas decisiones de Apple de la mano de Steve Jobs al final le han otorgado toda la razón, aunque para conseguirlo haya optado por modelos cerrados, por otro lado base de su éxito al conjugar hardware y software como un todo con un único propósito: la experiencia de usuario, que todo funcione como debe y de manera sencilla.
Hoy no vamos a recordar la vida de Steve Jobs sino las tres ideas y productos que para mí mueven la tecnología hoy en día en sus campos y que nos dejó Steve Jobs de forma personal.
iPod y iTunes, el inicio del cambio
...Este asombroso y pequeño dispositivo que tengo en la mano almacena millones de canciones y me cabe en el bolsillo …
De esa manera Steve Jobs desvelaba en una de sus famosas presentaciones o keynotes un nuevo producto que cambiaría para siempre la industria de la música. En 2001 aparecía el iPod, y ello significó el primer paso de Apple para pasar de ser un simple fabricante de hardware informático a un referente en la actual electrónica de consumo. Apple salía del “gueto“ lleno de diseñadores y profesionales de la imagen e introducía un caballo de troya en los hogares.
El iPod, en sus diferentes versiones, ha colocado a Apple como la líder indiscutible de ese sector y ha hecho cambiar muchas reglas en la industria. 300 millones de equipos vendidos no pueden estar equivocados. iTunes y la venta de música directa y sencilla era el complemento perfecto.
iPhone y iPad: que todo funcione sin complicaciones
Parece que lleva mucho más tiempo entre nosotros hasta el año 2007 en que Apple presentaba su primer – y limitado – iPhone El lanzamiento del teléfono de Apple y sobre todo, su sistema operativo iOS marcó un antes y un después en la telefonía. Y fue toda una sorpresa. Desde la posición de las operadoras hasta la experiencia de usuario no ha vuelto a ser la misma.
El diseño de los terminales, que llevaban una tendencia hacia la reducción de tamaño, queramos o no cambió con la salida del iPhone 2G. La pantalla cobraba protagonismo, la interfaz entraba en un nuevo camino y lo táctil empezaba a emerger con fuerza, por no hablar de la conexión “útil” permanente a Internet. No había reinvención pero sí revolución.
El iPad ha sido la segunda línea de ataque de Apple en esa nueva era que se está abriendo. No dudó en quitar el teclado y el ratón a un concepto que llevaba años intentándolo pero que no ha sido hasta su llegada cuando ha sido importante. iOS y la tecnología multitáctil tienen parte de culpa. Medios, contenidos, todo se está adaptando para lo que está por venir gracias a este paso adelante de Apple en la forma en que consumimos contenidos.
Aplicaciones y contenidos para todos
Tanto el iPod como posteriormente el iPhone y el iPad, generaron algo que ya no tiene vuelta atrás y que también ha cambiado las reglas de juego. Steve Jobs ha aportado a la industria de la telefonía y la electrónica de consumo el auge de las aplicaciones de terceros.
Ahora están en todos los teléfonos, televisores, incluso en los clásicos sistemas operativos. En la actualidad estamos hablando de más de 450 millones de aplicaciones disponibles, responsables muchas de ellas de que el teléfono haya pasado a apellidarse avanzado y estemos ya hablando de era post-PC. Y no menos importante es la cultura de pago que el usuario de Apple siempre ha acogido de buena manera gracias a precios y sobre todo facilidad de uso y buena experiencia de usuario.
En Applesfera | Steve Jobs y el impulso de los genios.
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