El debate sobre la semana laboral de cuatro días ha resurgido con fuerza durante el último año de la mano de iniciativas como la del Gobierno de la Comunidad Valenciana o el de España, de políticas de empresas como Software Del Sol y de polémicas como las de Telefónica o Bélgica. Un runrún constante al que un colectivo que en España aglutina a más de tres millones de trabajadores, los autónomos, no es ajeno.
Es posible trabajar cuatro días. Toda la información que ha circulado sobre esta reducción de la jornada laboral ha hecho que los autónomos se planteen si sería viable aplicársela a sí mismos, y un número importante de ellos considera que sí, según los datos del informe Oferta y Demanda de Empleo en España: la visión de los autónomos sobre el mercado de trabajo, elaborado en conjunto por Adecco e Infoempleo.
El citado informe señala que el 42% de los trabajadores por cuenta propia considera posible trabajar un día menos a la semana sin que ello haga peligrar la viabilidad de su negocio, aunque suponga ganar menos. De ese 42%, el 19,5% de los autónomos considera que podría reducir su jornada laboral a 32 horas manteniendo la totalidad del sueldo, mientras que el 22,5% estima que sus ingresos se verían reducidos de forma proporcional a las horas que dejan de desempeñar sus labores. A pesar de ello, a estos últimos no les importaría facturar menos si eso significa tener más tiempo libre.
Por contra, el 58% de los autónomos españoles consideran que no es viable trabajar menos, y entre los motivos que argumentan señalan las pérdidas de ingresos excesivas, el descenso de la productividad o la incapacidad para cubrir el quinto día de trabajo, indispensable en muchos negocios, con otros empleados.
La otra cara de la moneda. A pesar de esa visión idílica de más del 40% de los autónomos que considera que podría trabajar un día menos de la semana, la realidad a día de hoy en el colectivo es mucho más dura. Y es que el 30% de los encuestados asegura que tiene que trabajar seis días a la semana para sacar adelante su negocio o trabajo independiente, y algo más del 25% asegura que tiene que dedicar los siete días de la semana a este mismo fin. En la actualidad, sólo el 8% de los profesionales por cuenta propia afirma emplear menos de cinco días a la semana a sus tareas.
Además, independientemente de los días a la semana que trabajen, las jornadas de los autónomos también son intensas, ya que el 19% de ellos asegura que emplea más de diez horas al día en sus tareas y el 36% entre ocho y 10 diarias, por el 27% que afirma dedicar entre seis y ocho horas.
Obligados por las circunstancias. Otro dato llamativo que recoge este informe es que la mayoría de los autónomos, el 70%, se hicieron profesionales por cuenta propia por necesidad, no por gusto. Y, de hecho, el 60% de los encuestados asegura que preferirían un empleo asalariado a jornada completa, porque consideran que les aportaría más tranquilidad.
No obstante, a pesar de la poca predisposición a convertirse en autónomos de los actuales integrantes de este colectivo, la mitad de ellos considera que es más feliz desde que trabaja por cuenta propia por los siguientes motivos: no tener jefes, la posibilidad de establecer sus propios horarios, la sensación de mayor libertad y la oportunidad de trabajar en lo que realmente les gusta.
Retroceso del teletrabajo. Los autores del estudio también cuestionaron a los encuestados por el teletrabajo, y encontraron que el trabajo en remoto entre los autónomos está retrocediendo, y ya son un 57% los que optan por la presencialidad frente al 43% que prefiere desempeñar sus labores a distancia. En años anteriores, el teletrabajo tenía más peso en este colectivo.
Entre los que optan por el trabajo en remoto, la opción mayoritaria es la modalidad híbrida con uno o dos días de presencialidad solamente (23%), jornadas que muchos utilizan para reunirse con clientes. En cuanto al lugar preferido para desarrollar el teletrabajo, la mayoría opta por su propio domicilio (53,5%).
Los que trabajan de forma presencial, y podrían hacerlo en remoto debido a las características de su profesión, señalan que eligen esta modalidad porque les permite socializar y ver a los clientes en persona (66%), porque su domicilio no reúne las condiciones adecuadas (13%) o porque les supone costes adicionales (4%).
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