Cuando la realidad virtual sigue progresando algo más alejada de los flashes, es la realidad aumentada la que parece estar más de moda y de la que vemos nuevas propuestas como el ARKit de Apple. Pero Google fue repartiendo semillas de su Project Tango y una la recogieron en Taiwán, y ahora que nos ha llegado a nosotros el fruto os traemos el análisis del ASUS ZenFone AR.
Desde que Google dio a conocer Project Tango éste ha ido progresando hasta llegar a los smartphones. Aquí ya vimos a fondo la propuesta de Lenovo, el Lenovo Phab 2 Pro, pero el ASUS ZenFone AR es una propuesta algo más compacta que era presentado este año, a posteriori del Phab 2 Pro y con unos meses más de avances en Project Tango. ¿Cómo nos presenta la realidad aumentada el smartphone de ASUS? Lo vemos a fondo.
ASUS ZenFone AR, especificaciones técnicas
Pantalla | |
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Procesador | |
Núcleos | |
GPU | |
RAM | |
Memoria de almacenamiento | |
Software | |
Navegación | |
Conectividad | |
Batería | |
Cámaras traseras | Cámara frontal |
Otros | |
Dimensiones y peso | 170 gramos |
Precio |
ASUS ZenFone AR, review en vídeo
Diseño: metal, plástico y cristal en una armonía casi perfecta
Aún con el recuerdo de las sensaciones al tacto y el agarre con el ASUS ZenFone Zoom S, nos encontramos con un terminal de dimensiones similares (algo más grande) aunque pesan lo mismo. Pero la diferencia se nota sobre todo al tacto, ya que el ZenFone AR tiene la trasera de plástico rugoso.
Esto es positivo en casi todos los sentidos (salvo que seas un incondicional de las traseras metálicas), dado que no resbala, da tranquilidad a la hora de apoyarlo o llevarlo sin funda y además el acabado y el material son de calidad, imitando una piel escamada. Está conjuntado con gusto con el borde biselado metálico de color plomo, muy bien en este sentido.
Lo que no es de plástico es la protuberancia que tiene inevitablemente para todo el módulo de cámaras traseras que integra. Hablamos de la cámara trasera estándar, dos más necesarias para el desempeño de la realidad aumentada (AR) y los pertinentes sensores y el flash tritono, lo que se traduce en un saliente considerable, aunque a su favor hay que decir que a nivel de integración y diseño queda muy bien y además parece resistente (evidentemente esto no lo hemos puesto a prueba más allá del apoyo sobre una superficie).
Se trata de un teléfono grande aunque relativamente contenido; muy buen trabajo en marcos laterales y bordes, siendo de 1,77 milímetros y 4,6 milímetros respectivamente. El teléfono se ensancha en su parte central (con respecto a la vertical), de modo que la trasera es curva (a lo teja) y esto puede que le dé un plus de ergonomía y que no moleste en cuanto a dimensiones, cosa que de hecho ya apuntamos en las primeras impresiones.
En cuanto al aprovechamiento del frontal por parte de la pantalla, quizás sepáis que suelo dedicar bastante atención sobre todo ahora que llegamos a extremos tan destacados como los del Samsung Galaxy S8 o el LG G6. En esta ocasión la meta no era lograr el mejor ratio pantalla-frontal dado que la posición del sensor es justamente esta parte y el logo de la casa al parecer tenía que coronar la parte superior debajo del auricular.
No obstante, no queda mal del todo estéticamente y a nivel de números. No coincidimos con las cifras que nos da la casa al respecto (un 79&), acercándonos más a la de GSM Arena (72,6%), pero nos acercamos más a ésta última con un 71,6% (por si queréis comprobar los cálculos, la pantalla son 88,11 centímetros cuadrados -124,9 x 70,55 milímetros- y el frontal son unos 122,99 centímetros cuadrados -158,4 x 77,5 milímetros-). Mejor que el Zoom S y que un rival AR, el Phab 2 Pro de Lenovo.
En ese frontal se encuentra el lector de huellas, que en este caso se integra en el botón de inicio. Para gustos, colores, pero sí es cierto que tras probar otras opciones en las que el lector frontal no tiene botón (ni su clic) cuando nos encontramos éste no pudimos evitar tener cierta sensación de volver al pasado. El lector funciona muy bien incluso con el dedo humedecido (donde el Touch ID no lo hace, de hecho), pero sería mucho mejor si no hubiese clic y si funcionase sin tener que activar la pantalla.
El terminal tiene muy buenos acabados y construcción, con un diseño sobrio y discreto y combinando cristal (frontal), metal (bordes) y plástico (trasera). En conjunto queda bastante redondo y más o menos para todos los gustos (salvo que busques algo de color, dado que sólo está en negro), con sólo un reproche que desarrollaremos más adelante: el metal del borde coartará la buena experiencia en el agarre cuando el smartphone ejecute los procesos más pesados llegando a "quemar" (no a herir, pero sí a molestar).
Pantalla: 5,7 pulgadas ajustables a gusto del consumidor, pero el brillo nos la juega
Con este terminal nos subimos a una gama más alta (aunque con un procesador del año pasado), por lo que parece que tenga que asumirse una resolución por encima del FullHD. En este caso tenemos un panel de 5,7 pulgadas super AMOLED con resolución de 2.560 x 1.440 píxeles. Detalle no nos falta con esos 525 píxeles por pulgada, y de brillo máximo tampoco va mal porque cuando la iluminación lo exige es suficiente para ver bien el contenido (aquí no tenemos cifra en nits).
Eso sí, lo que ocurre es que probablemente tengamos que dar nosotros el empujoncito al ajuste automático de brillo porque si no nos deja con un nivel demasiado bajo a pleno sol, de modo que si movemos el deslizador manualmente se queda el nivel necesario (es decir, no es carencia de hardware). En cuanto a contraste y color muy bien, aquí punto positivo para ASUS porque dota a Zen UI de una buena herramienta de adaptación de color y temperatura del panel según las preferencias del usuario.
En interiores el ajuste automático de brillo suele reaccionar bien, pocas veces se ha quedado a un nivel algo inferior de lo deseado. Muy bien en cuanto a ángulos de visión y sensibilidad táctil, aunque echamos de menos un doble toque para activar pantalla y no tener que recurrir al clic bien del botón de inicio o del de encendido.
Rendimiento: potencia y RAM llevan muy bien unas riendas más exigentes
Las tripas del ZenFone AR no están nada mal atendiendo a la familia a la que corresponde el procesador y a la RAM, si bien teniendo en cuenta la principal aplicación del teléfono no había que escatimar en potencia. El ASUS ZenFone AR incorpora un procesador Snapdragon 821 con ocho núcleos a 2,35 GHz acompañados de 6 GB de RAM, una configuración a la altura y que no está nada mal.
¿Pero no es un móvil de 2017 con un procesador de 2016? Si nos guiamos por agenda oficial y cronología sí, lo es, pero esto no es más que un dato y rebuscado. En Xataka Móvil hablaron justamente de las diferencias que implicaban optar por un móvil con este procesador o con su sucesor más reciente, el Snapdragon 835, y por las características de ambos los factores a tener en cuenta eran sobre todo autonomía y la ejecución de apps Win32.
Entre uno y otro hubieron seis meses de tiempo, y en cuanto a potencia y a mover AR y VR en la teoría no había mucha diferencia. Veamos qué tal se porta pues el ZenFone AR en la práctica.
Como cabía esperar, buscarle las cosquillas a esta electrónica no es fácil, aunque al final las tenga. La mayoría de apps se van a abrir sin problemas, desplegándose la interfaz en menos de un parpadeo y sin lag al navegar por ellas o al abrir y gestionar la multitarea.
Yendo muy al detalle sólo hemos notado algún pequeño enganchón en la configuración del Asphalt 8 (una parte muy pesada a nivel de exigencia), abrir la cámara desde el móvil bloqueado (lo cual, dado que no ocurre si se accede a ella desde el icono ni al usarla, probablemente sea cuestión de software) y cuando ejecutamos aplicaciones de VR y AR de manera puntual.
Estas apps suelen tardar un poco más en abrirse, y cierto es que sobre todo la AR puede que sea la tarea más exigente que el teléfono tenga que ejecutar. Hablamos de una función que afecta a procesador, RAM, pantalla, cámaras (tres), tarjeta gráfica y otros elementos en grado mucho mayor que otras tareas como la reproducción de música o el streaming de contenido multimedia.
Se nota el esfuerzo al cerrarlas, pero lo que sí se percibe sin ser demasiado puntilloso es el calentamiento: el elegante borde de metal hace las veces de hierro de marcar reses si nos pasamos unos minutos tirando de alguna de las apps para realidad aumentada, por ejemplo el juego 'Slingshot Island' que es una especie de 'Angry birds', pero colocando una isla en nuestra realidad y lanzando hacia ella.
No es necesario recurrir a la AR, de hecho, para notar el calentamiento. Usando la cámara un rato o jugando a un juego más estándar también se nota, si bien llega a ser molesto sólo durante estas apps (el juego que hemos dicho, la del Wall Street Journal o iStaging), y a parte de la molestia está que el móvil va algo más lento y que afecta también al consumo de batería.
Está claro que es complicado disipar el calor que irremediablemente se genera en los componentes cuando éstos funcionan a pleno rendimiento, pero quizás no optar por este acabado en metal hubiese disminuido la sensación de calor en el usuario.
Fluidez y buen desempeño salvando esto. Si somos más cuidadosos tenemos la opción de ver la RAM que hay en uso en uno de los toggles de la cortinilla de notificaciones, pero lo cierto es que pocas veces veremos que sobrepasa los niveles que el software del móvil considera alarmantes. La doble pantalla, el desbloqueo, la transición entre interfaces o las que son de tipo timeline van ligeras y ni hay cierres repentinos ni lags, tampoco en el teclado.
Para quienes atendéis a los resultados de las pruebas de rendimiento de los benchmarks, el ASUS ZenFone AR obtiene 146.962 en AnTuTu, 5.929 en PCMark Work y 1.830/3.822 en GeekBench entre otras. Os ponemos las capturas de los tests y comparamos algunos de ellos con otros smartphones de configuración parecida.
Prueba |
ASUS ZenFone AR |
LG G6 |
OnePlus 3T |
Pixel XL |
Xiaomi Mi Mix |
---|---|---|---|---|---|
AnTuTu |
146.962 |
157.208 |
164.678 |
141.405 |
149.418 |
GeekBench (Single / Multi) |
1.830 / 3.822 |
1.797 / 4.285 |
1.890 / 4.264 |
1.549/ 4.066 |
1.825 / 4.342 |
PCMark Work |
5.929 |
6.072 |
7.171 |
4.982 |
6.529 |
3DMark (IceStorm Unlimited) |
31.850 |
28.457 |
32.143 |
28.256 |
31.681 |
Software: no tan "Zen" como suena, pero la capa de la casa se mueve bien en este teléfono
Con el recuerdo reciente de un software con disfraz taiwanés en el Zoom S nos volvemos a encontrar lo mismo en este terminal. El ZenFone AR mueve Android 7.0 Nougat sobre el cual se ejecuta Zen UI 3.0, capa cuya actualización nos pedirá automáticamente en cuanto se acabe el preload y empiece a actualizar apps, haciendo que el primer contacto con el software del teléfono ya sea un poco peculiar (como eufemismo de ligeramente abrumador).
En esta carga inicial durante la configuración ya tendremos que lidiar con las ofertas propias de instalar contenidos extra, aunque pueden descartarse fácilmente. Y el terminal nos vendrá, además de con el ligero pellizco de bloatware (que no podremos eliminar, sino inhabilitar) las apps de Project Tango y DayDream, así como algunas relativas a la VR o AR (que desarrollaremos a fondo después).
La capa, como ya dijimos, es agresiva a nivel de modificar la apariencia, imponiendo su interfaz algo más laxa en aprovechamiento de espacio aunque con líneas sencillas y sin cargar en cuanto a colores y diseño como ocurre con EMUI. Los ajustes son algo distintos aunque también en una sola página (en lista) y tendremos secciones propias de la capa del fabricante como "ZenMotion" (para ajustar gestos y el manejo con una mano), "OptiFlex" (herramienta que supuestamente mejora el rendimiento de las apps que seleccionemos)
Pese a las restricciones e imposiciones, hay particularidades de ZenUI que se agradecen como la personalización de los ajustes de pantalla que comentábamos antes, o las apps que velan porque haya una mejor gestión de la batería y de los recursos, así como la personalización de otros aspectos como la interfaz, la pantalla de bloqueo y el cajón de aplicaciones.
Realidad aumentada y virtual: dando la sensación de que aún queda por llegar cuando "nos hemos cansado" de hablar de ellas
Las funciones estrella de este móvil, sin duda. La VR la llevamos viendo hace un tiempo, en paralelo al establecimiento de resoluciones cada vez mayores y con empresas y desarrolladores volcados en que en la práctica haya aplicaciones para aprovechar el potencial de este entretenimiento, incluso yendo más allá de la gama alta con opciones como el Alcatel Idol 4S.
En cuanto a hardware lo importante es, además de la resolución, que el procesador la soporte y que la gráfica y la RAM también tengan un mínimo para la ejecución. De todo esto va bien servido el ZenFone AR, y además la caja es en sí un cardboard que en caso de no tener ningún casco de realidad virtual y querer probar en el momento de recibirlo nos vendrá bien.
El desempeño es correcto tanto en VR como en AR. Hablando de VR, el teléfono también se va a calentar y esto ya lo avisan incluso las propias apps como la de Daydream, pero el cuello de botella aquí van a ser justamente éstas: apps y el tener o no un controlador o mando. La propia app de DayDream lo exige y sin él no podemos probarla, y si no estamos al día en qué apps merece la pena comprar o cuáles son más entretenidas al final es una aplicación que usamos poco.
Lo mejor para esto es disponer de un casco que se agarre a la cabeza (la caja no lo hace y, aunque estemos dispuestos a sostenerla, puede que el móvil quede demasiado cerca de la distancia mínima focal de los ojos y nos toque alejarlo un poco, perdiendo inmersión), así como de auriculares y un mando para poder jugar. Pero en lo referente al móvil, éste responde bien a los giros, sin retrasos, y las apps y contenidos se ejecutan bien, sin parones o cierres.
La realidad aumentada es algo más sencilla de disfrutar al no requerir el casco, aunque nos van a recomendar continuamente que sostengamos bien el móvil cuando éste se encuentra a temperatura ya molesta. Aquí si que se aprecia algo de lag, probablemente porque son apps que exigen RAM, ejecutar tres cámaras y cierta carga gráfica (además del lag que tienen algunos teléfonos cuando se calientan mucho).
Hemos podido probar entre otras las apps que nos venían preinstaladas (de terceros), las cuales son 'Measure' (para realizar mediciones), 'iStaging' (para comprar decoración y muebles pudiéndolos ver en nuestra casa), Slingshot Island (un juego) y 'BMW i Visualiser' (para adentrarnos en un coche BMW). El desempeño depende de cada una:
- BMW i Visualiser es más pesada y costará un poco más que coloque el coche donde queramos, aunque luego visualizarlo se sucede con fluidez.
- Las islas de Slingshot Island pueden colocarse en la mayoría de situaciones y tanto el juego como el móvil son precisos a la hora de apuntar y responder a los movimientos que hacemos (hay que romper ítems con tiro parabólico).
- Los muebles y objetos se colocan fácil en iStaging, sobre todo en luz abundante. Falta algo de precisión al detectar superficies de distintas alturas (en ocasiones no "ve" mesas y hemos de colocar por ejemplo la tetera en el suelo), pero en general hay un buen control de las distancias, la perspectiva y de las mediciones que también podemos realizar.
- Measure funciona muy bien, aunque en ciertas ocasiones la cámara principal no enfoca bien y hacemos las mediciones estableciendo los puntos un poco a ojo.
Cámaras y muchas: lo que cuenta es que la que cuenta rinde bien
Sí, tenemos aquí más de una cámara en la parte trasera y más de dos, pero hemos de olvidar monocromos, zooms o desenfoques porque se trata del hardware necesario para la realidad aumentada como hemos detallado antes. Para fotografía nos interesa el sensor Sony IMX362 de 1/2,6 pulgadas (pixeles de 1,0 µm) de 23 megapíxeles en la cámara principal trasera y el OV 8856 de 1/4 pulgadas (píxeles de 1,12 µm) de 8 megapíxeles para la frontal, ambas con apertura f/2.0.
La trasera sobre el papel pinta muy bien: dejando los megapíxeles a un lado, tenemos estabilización electrónica de 3 ejes para vídeo y óptica de cuatro ejes para fotografías, lo cual debería notarse sobre todo en fotos nocturnas. Además permite grabación a 4K a 30 frames por segundo. Veamos qué tal en la práctica.
Cámara trasera: menos (opciones) es más (práctico)
Zen UI llega a la cámara a través de una interfaz personalizada y repleta de opciones. Ya las vimos cuando hablamos de ella para el Zoom S, pero las recordamos rápidamente para entrar en detalle o con ejemplos de la que al final resulta más útil o destaca, además de que no son exactamente las mismas opciones.
- Auto: modo de disparo con todos los ajustes en automático (salvo el enfoque y la exposición si se prefieren en manual).
- Manual: permite ajustar manualmente o dejar en automático la ISO, la exposición o la velocidad de obturación (a elegir), el balance de blancos y el enfoque.
- HDR Pro: lleva un grado más allá el HDR "estándar" que está disponible en el modo de disparo automático (un botón al otro lado del disparador).
- Embellecimiento: aplica los ajustes de belleza que encontramos en la cámara frontal (relativos a eliminar impurezas de la piel, color de labios, la delgadez de la cara, agradar ojos, aplicar base de maquillaje y el tono de piel) a los sujetos que enfocamos con la trasera.
- Superresolución: disparo maximizando la resolución por parte del software, más o menos el doble que de modo automático.
- Niños: en teoría cuando detecta una cara de un niño.
- Baja luminosidad: éste no lo vimos en el Zoom S. La máxima resolución que permite es 5 megapíxeles.
- Código QR: un escáner para este tipo de códigos.
- Nocturno: disparo preconfigurado para disparar de noche.
- Profundidad de campo: sería el efecto refocus que hemos visto en otros terminales, pudiendo ajustar el grado de desenfoque.
- Efecto: menú de filtros de color y blanco y negro.
- Selfie: modo para fotografía grupal indicando el número de rostros.
- Animación GIF: permite grabar un pequeño clip (pulsando y manteniendo), pudiendo editar la velocidad y quedando grabado como GIF.
- Panorámica: modo para realizar fotografías panorámicas.
- Miniatura: muy similar al efecto de desenfoque que hay disponible en Instagram (en horizontal o en círculo), pudiendo ajustar desenfoque y el contraste/saturación.
- Rebobinar tiempo: una especie de live-photo, captura durante unos segundos y permite navegar en dicha captura.
- Eliminación inteligente: captura cinco fotografías y elimina los objetos en movimiento que detecta automáticamente.
- Todo sonrisas: dispara cinco veces, permitiendo elegir qué resultado se prefiere por cada cara (detecta los rostros automáticamente y al pulsar sobre ellos ofrece las cinco alternativas).
- Movimiento lento: grabación en cámara lenta (hasta resolución FullHD)
- Intervalo de tiempo: para grabar un time-lapse, es decir, disparos interválicos durante una determinada duración (hasta 4K).
A estos modos se accede por un icono en forma de cuatro cuadrados que encontramos en una esquina. Teniendo en cuenta que por el tamaño del terminal muchas veces sostenemos el móvil con dos manos también al hacer fotos, suele ser fácil llegar tanto a este icono como al resto de opciones disponibles (HDR, flash, ajustes, etc).
La app funciona bien y sin lags o parones (salvo lo de que se arrastra un poco al abrirla desde la pantalla de bloqueo, como hemos comentado), pero** podría mejorarse un poco para que fuese más cómoda**. Por ejemplo, probablemente tuviese más sentido que el HDR Pro estuviese como opción en el botón de HDR estándar y no dentro del menú especial.
También sería algo más cómodo que los ajustes ocupasen toda la pantalla como lo hacen las opciones de disparo y no una ventana flotante, porque evitaríamos un scroll que no resulta demasiado práctico conforme sostenemos el gran terminal para hacer las fotos. Y no estarían de más avisos de los cambios de resolución para ciertos modos (cámara lenta, etc., en "Baja luminosidad" sí lo indica) así como advertir que en el modo manual puede guardarse una copia en RAW (igual que se avisa de las posibilidades de las opciones de belleza, de manera bastante notable, además).
¿Y las fotos? De día conseguimos disparos acertados y muy realistas en la mayoría de ocasiones, con una saturación y brillo adecuados y destacando el detalle en macros. En general suele salvar bastante las situaciones en modo automático salvo cuando escasea algo la luz que puede ayudar alguno de los HDR, aunque éstos tampoco son muy agresivos y el HDR Pro en ocasiones satura algo más.
ASUS es uno de los fabricantes que da la opción al usuario de obtener el archivo RAW, aunque sólo dispondremos de él si disparamos en modo manual (guarda el JPG y el DNG). Como siempre, resulta de utilidad si el procesado automático no nos suele convencer y estamos dispuesto a invertir nuestro tiempo e interés en editarlas posteriormente; podremos evitar por ejemplo el exceso de saturación y contraste que en ocasiones aplica el procesado automático (aunque esto va bastante según gustos).
Aquí hay un minipunto que se gana indirectamente por el almacenamiento. En nuestro caso no nos hemos cortado un pelo en grabar a 4K, salvar los RAW y descargar gigas en juegos y demás y no nos ha faltado espacio en ningún momento (con 128 GB es lo lógico), y de todas formas habría la opción de añadir una micro-SD de hasta 2 TB. Esto es un punto a favor teniendo en cuenta que además si usamos el modo de Superresolución las fotos ocupan más del doble (el tamaño de una foto normal de 5.488 x 4.096 píxeles en disco es de unos 8,3 MB, el de una de Superresolución de 10.976 x 4.096 píxeles es de unos 18,9 MB).
Para cuando baja la luz hay varias opciones para dar apoyo a la estabilización por parte de hardware. Concretamente los modos de Baja luminosidad o el de Disparo nocturno (o el siempre presente manual). En el modo Baja luminosidad salen fotografías de menor tamaño (las automáticas salen de 5.488 x 4.096 píxeles, mientras que éstas quedan en 2.744 x 2.496 píxeles) pero no hay unos valores predefinidos: la exposición suele quedar en 1/6 segundos (el automático suele disparar más rápido pero no siempre) y la ISO es variable. En el Nocturno sí tenemos una preconfiguración fija: exposición 1/14 segundos, ISO 3200 y tamaño 5.488 x 4.096 píxeles.
Es decir, con poca luz los modos pueden ayudar algo cuando el usuario no controla los ajustes manuales (y/o no tiene trípode), sobre todo el de baja luminosidad al "achuchar" algo más la ISO en bastantes ocasiones (sacando menos ruido). Por ello puede compensar recurrir a este modo de noche (antes que al nocturno o a algún automático con HDR).
En resumen: la cámara está a la altura en la mayoría de situaciones, siendo su punto débil el equilibrio de contraste, saturación y temperatura los disparos a media tarde cuando ya escasea un poco la luz. Quizás mucho modo (que luego olvidamos, como el de GIF o el de Rebobinar en el tiempo), pero familiarizándose con los que es más probable que nos ayuden al final lo hacen. Y se agradece el modo manual y el salvar el RAW.
Vídeo: la realidad sin aumentar queda muy bien a 4K, de día y de noche
Las opciones de la cámara sobre el papel eran prometedoras también para vídeo, incluyendo la posibilidad de grabar en 4K, la estabilización y algunas características como el timelapse y la cámara lenta, si bien en estos casos como es habitual la calidad queda en un máximo de 720p. Como para las fotos, en los vídeos unos frames valen más que mil palabras, así que veamos qué tal se porta el ZenFone AR.
Los vídeos son buenos a nivel de detalle, color y audio, sobre todo si optamos por la máxima resolución. La interfaz de la app de cámara siempre mostrará el botón de "rec", por lo que podemos iniciar el vídeo en el momento que queramos, tanto en modo automático como manual, pudiendo bloquear enfoque en el momento que queramos.
Aquí una misma toma en 4K y 1080p con buena iluminación, con iluminación media y de noche. La diferencia entre una resolución y otra es notable, y teniendo en cuenta el espacio del móvil y que no supone un esfuerzo extra (perceptible) en cuanto a rendimiento compensará dejar el 4K fijo.
La estabilización se nota sobre todo de noche. En este caso hay una pérdida de detalle y calidad debido a las condiciones mucho más exigentes, pero la captura está a la altura y de hecho en plano general y encuadres algo más cecanos la calidad es más que aceptable (con zoom siempre aparecerá el ruido y la falta de nitidez).
Bien también a la hora de capturar cámara lenta y timelapses, sobre todo en este segundo caso ya que se queda en uno muy digno 1080p y salva la situación muy bien incluso en baja luz.
Cámara frontal: insisten en añadir "belleza" cuando la propia cámara saca muy bien "la que tenemos"
Hablar de una frontal en ASUS es hablar de un salón de belleza omnipresente y de botones fucsia. O quizás podríamos decir quirófano, dado que las opciones y los grados de las mismas de los que dispone la app de cámara en el caso de la frontal pueden dejar un resultado bastante alejado de la realidad (lo cual puede o no ser deseado).
- Tono de piel: podemos ajustar eligiendo un tono más pálido, rosado o bronceado.
- Rosáceo: aplica colorete, pudiendo elegir el tono del mismo.
- Piel suavizada: el clásico efecto de "piel de porcelana". Tenemos diez grados de intensidad, de piel real (cero) a personaje de animación 3D (diez).
- Emblanquecer superficie: aplica una ligera aclaración a la piel, haciendo que algunas pecas o imperfecciones mínimas se diluyan un poco.
- Ojos mejorados: en realidad la "mejora" es el agrandamiento (diez grados)
- Mejillas delgadas: nos hace la parte inferior de la cara más en triángulo al adelgazar los mofletes y la mandíbula (diez grados).
Dejando a un lado todo esto, la cámara da buen resultado, aunque el enfoque automático puede jugar una mala pasada cuando salta y deja de desenfocar el rostro, quedando éste desenfocado y sobreexpuesto al tomar la fuente de luz en un punto no deseado. Si corregimos y bloqueamos (si no obedece), el resultado mejora.
Buen nivel de detalle si domamos al enfoque en estas situaciones en las que se vuelve algo irreverente y buen resultado también en interiores con media-baja luz. Aquí ya hay menor nitidez, pero las luces, el contraste y el color están equilibrados. En situaciones de luz muy baja no hay milagro y el ruido y la falta de detalle imperan, pero tampoco a un nivel fuera de lo esperado.
En el vídeo también da buen resultado, si bien aquí hemos de olvidar el 4K de la trasera para quedarnos en 720p. Buena calidad con luz media y abundante, quejándose más en baja luz donde invado el ruido, aunque dentro de lo que se espera en una cámara de estas características.
Os dejamos muestras de una y otra cámara en distintas situaciones y modos en esta galería.
Autonomía: los flacos flaquean aquí y las prestaciones exigentes no ayudan
Sin duda el punto débil de este terminal tan vitaminado en otros aspectos. A nivel de números hablamos de 3.300 mAh, en un terminal que no es precisamente pequeño (en el ZenFone Zoom teníamos 5.000 mAh) pero que seguramente haya tenido que ceder un extra de volumen para los módulos y sensores de AR.
¿En qué se traduce esto? En que lo habitual es que no acabemos el día, aunque hayamos pasado gran parte de éste en conexión wifi y haciendo consultas puntuales a redes sociales con algún rato de música (en altavoz Bluetooth). Menos horas si jugamos, vemos contenido multimedia, estamos en 3G o sobre todo si tiramos de apps de realidad aumentada: pantalla activa, cámara y ejecución son un generoso chorro de miliamperios.
Ayuda claro está la carga rápida, que nos da un 100% de carga desde el 0% en algo menos de dos horas, con un 40% de carga en la primera media hora. No obstante la batería externa será una excelente amiga, y si nos gusta la opción del Always-On (algo así como el Ambient Display de Android) tendremos que tener en cuenta que el consumo en segundo plano será algo mayor (aproximadamente un 4% de diferencia en un tiempo de cinco horas de medición sin tocar el móvil).
Así, la vida media de la batería se nos queda en torno a las 14 horas, con unas 3-4 horas de pantalla activa y gran parte del tiempo bajo wifi. Si somos usuarios intensivos lo dicho, el cable USB tipo-C y la batería externa no nos vendrán nada mal.
Sonido: de todo un poco
El ASUS ZenFone AR tiene un altavoz de cinco imanes en la parte inferior (al lado del puerto de carga), amplificador NXP Smart y una salida de audio Hi-Res a 384 kHz. También tiene jack de audio, ya que de momento la marca no está jugando a eliminarlo como sí hicieron Apple o Motorola en su momento. Veamos qué tal es todo esto en la práctica.
La sensación que tenemos al reproducir sonido por el altavoz no es buena, sino mediocre. Quizás pueda ayudar algo la app específica para gestión de sonido (DTS Headphone X) que se abre automáticamente si conectamos auriculares, aunque nos vale para ajustar ambas salidas de audio. Pero la mejora que podemos hacer es muy ligera, eligiendo una preconfiguración o bien yendo al ecualizador.
La calidad mejora con auriculares, bien con los que se entregan con el terminal o con cualquier otros, ya sean de cable o Bluetooth. De hecho, algo que nos puede ayudar aquí es un altavoz Bluetooth que además reducirá un poco el gasto de batería, mientras nos da una mejor experiencia auditiva.
En cuanto a la salida del audio, hemos registrado un máximo de 107 decibelios en nuestras pruebas, lo cual no está nada mal y de volumen lo cierto es que no anda corto. La calidad claro empeora si lo ponemos a tope o en el Modo exteriores que nos dispone al ajustar el volumen, pero quedándonos en un 80% ya mejora con respecto al máximo.
No es un sonido malo del todo, pero nos esperábamos algo más en un móvil aparentemente centrado en el entretenimiento audiovisual (más allá de las especificaciones que el fabricante facilita).
ASUS ZenFone AR, la opinión de Xataka
Nuestros ojos se abren tanto como las cámaras traseras del ZenFone cuando nos dicen eso de que vamos a probar un móvil para realidad virtual y aumentada, con Project Tango y DayDream, y además que a priori no pinta ser un megalodón como el Phab 2 Pro. Pero lo cierto es que luego la experiencia empeora un poco con el aumento de temperatura (que además de molesto enlentece y empeora la autonomía) y con el que aún no sean demasiadas las apps disponibles, o el que no tengamos el controlador DayDream que algunas exigen.
Por lo demás el móvil está bastante bien. Los 6 GB de RAM son un gustazo inherente que hacen que en la mayoría de situaciones nos olvidemos de qué es aquello del lag, y que cuando éste aparezca sea por efectos colaterales como ese calor o puntualmente con apps muy exigentes. La prueba de que un buen procesador no caduca por ser de otro año, además.
La pantalla, aprovechando lo que aprovecha del frontal, da muy buena experiencia (la dará aún mejor si corrigen el ajuste brillo automático) y la cámara nos deja contentos en muchas situaciones, además de tener un modo manual y el guardado del RAW para contentar a quienes no nos conformamos con lo automático. Eso sí, con tanto sensor y cámara para AR aquí no podía haber una doble cámara como la del ZenFone, no hay tanta trasera para subirse a tanto tren.
Una lástima el tema del sonido y de la batería, sobre todo viendo autonomías tan geniales como la del ZenFone Zoom S. Por ello pesa más el fallo del audio, aquí depende de lo que se disponga a nivel técnico y de aspectos como el diseño, la batería era un reto bastante más difícil de atajar dadas las características y se perdona algo más.
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A favor
- El diseño y la construcción: elegante, sobrio, bueno materiales y además de resultar cómodo no se resbala.
- La cámara sale airosa en la mayoría de situaciones y da muchas opciones, como el modo manual y el guardado en RAW.
- La carga rápida: se agradece muchísimo sobre todo en casos como éste, en el que la batería es algo ajustada.
En contra
- La batería: aguantar AR, VR, multimedia, juegos, etc. no es fácil, pero en un uso más estándar (redes sociales, cámara, etc.) tampoco nos aguanta el día.
- El audio: pobre para lo que nos esperábamos, el que asumiríamos para un móvil de gama inferior.
- El coste: no podía ser un terminal de precio ajustado dadas las características, pero no es competitivo.
El análisis en vídeo es trabajo de Jesús Maturana y Pedro Santamaría.
El terminal ha sido cedido para la prueba por parte de ASUS. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
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