Una de las evoluciones más complejas en la historia del iPhone. Esta la primera definición que le daría a un lector a la hora de describir al iPhone 15 Pro Max. Revisando su hoja técnica no se sugieren grandes cambios. Una vez se prueba a fondo y se analiza todo lo que va más allá de la pura spec, se descubre que este iPhone empieza a trazar el nuevo camino que quiere recorrer Apple.
Este es un análisis tan complejo como interesante para el que quiera conocer al detalle cómo se comporta su cámara, procesador y todo aquello que lo diferencia de su generación anterior, la del iPhone 14 Pro Max. Ponte cómodo, porque hay mucho por contar.
Ficha técnica del iPhone 15 Pro Max
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APPLE IPHONE 15 PRO max |
---|---|
dimensiones y peso |
15,99 cm x 7,67 cm x 0,83 cm 221 g |
pantalla |
Super Retina XDR 6,7 pulgadas ProMotion 1 - 120 Hz Resolución 2.532 x 1.170 px 458 ppp Brillo pico de 2.000 nits Contraste 2.000.000:1 |
procesador |
Apple A17 Pro |
ram |
8 GB |
almacenamiento |
256/512 GB/1 TB |
cámaras traseras |
48 megapíxeles, f/1.78. 12 megapíxeles ultra gran angular, f/2.2 12 megapíxeles teleobjetivo 5x, f/2.8 |
cámara frontal |
12 MP f/2.2 |
batería |
4,422mAh |
sistema operativo |
iOS 17 |
conectividad |
5G (sub-6 GHz) WiFi 6E Compatibilidad con Thread |
otros |
IP68 Botón de acción |
precio |
Desde 1.469 euros |
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Apple iPhone 15 Pro MAX (256 GB) - Titanio Azul
Diseño: los iPhone podían ser aún más duros
Apple tiene una apuesta para este iPhone y, presumiblemente, las próximas generaciones: el titanio. El iPhone 15 Pro Max dice adiós al acero inoxidable para abrazar un contorno de titanio pulido y grado aerospacial. Esta es la denominación con la que Apple trata a los metales con los que también se construyen las naves espaciales. Más allá de la estrategia de marketing alrededor de este material, la práctica delata que su presencia no es tan notable.
Apple indica que la estructura interna sigue siendo de aluminio 100% reciclado y con un rediseño interno para realojar nuevos componentes como el teleobjetivo "tetraprisma". Desmontajes del teléfono demuestran que el papel del titanio es recubrir mediante una fina capa el aluminio del chasis, por lo que su presencia en el dispositivo (en relación a la presencia de aluminio) no es tan alta. Más allá de que tenga más o menos protagonismo, lo destacable son los cambios que se ganan al emplear este material.
Vayamos a la traducción real que tiene utilizar titanio en lugar de acero inoxidable. Este material brilla por su mejor relación resistencia-peso. Esto último se ha hecho notar de forma evidente: el dispositivo ha adelgazado nada menos que 19 gramos. Al sujetarlo en la mano y estar acostumbrado tanto al iPhone 14 Pro Max como al iPhone 14 Pro, he de decir que este nuevo modelo recuerda más al iPhone pequeño en mano que al Max.
Además del salto en peso, el nuevo proceso de fabricación del iPhone logra que extraer el vidrio de la parte trasera sea una tarea menos ardua. Gracias a esto, el precio de reparar un cristal roto pasa de los 669 euros del 14 Pro Max a 229 euros, más de 400 euros de diferencia.
Mi unidad es la acabada en Titanio Natural. Bajo mi punto de vista, el acabado a comprar esta generación por su estética y limpieza. Mucho se ha referido en redes sociales acerca de lo mal que se lleva el titanio con las huellas. En el caso de esta unidad, no ha sido así. No atrae más huellas que el marco brillante de algunos iPhone 14 Pro (al menos, en este color). De hecho, es algo más discreto que mi iPhone 14 Pro en color blanco, con un acero inoxidable plateado muy, muy sucio. Esto no significa que no atraiga ningún tipo de huella o aceites y que no haya que limpiarlo para mantenerlo limpio, pero en mi experiencia este punto no va más allá.
Quiero destacar, tras unos días de uso, lo bien que le sienta el acabado a este iPhone. Pensaba que era complicado crear un proceso de fabricación aún más premium, me equivocaba. El titanio, viendo el teléfono en persona, le sienta mucho mejor que el acero (reitero, ciñéndome al color de esta unidad). La parte trasera apenas atrae huellas y, habiendo probado prácticamente la totalidad de la gama alta este año, pocos teléfonos se me ocurren a la altura de este conjunto en lo referente a calidad de construcción.
Ha habido cambios asimismo en el frontal del dispositivo. Los biseles son ahora más estrechos, pasando a una relación de aprovechamiento frontal más cercana al 90% (89,8% frente a 88,3% en generación anterior), según datos de GSMarena. ¿Se nota la reducción de biseles? En mi opinión sí, pero no de una forma radical. Si tenemos un iPhone de la generación anterior a su lado y afinamos la vista, será sencillo percatarse de la estrechez del nuevo marco.
De lo contrario, no es un salto tan notable. Destacar, no obstante, que Apple sigue siendo de las pocas compañías que fabrican dispositivos con biseles completamente simétricos, sin la molesta barbilla inferior que aún mantiene buena parte de la gama alta actual.
Se ha refinado también el acabado tanto en esquinas como en la capa más superficial del vidrio frontal. Ahora es un móvil más redondeado y el cristal tiene una transición mucho más suave hasta el marco. Esto, sumado al peso que se ha perdido, convierten al iPhone 15 Pro Max en un teléfono más agradable de sujetar con una mano.
En la parte inferior sigue manteniendo la misma estructura de altavoz, micrófono y puerto. Este último ahora es de tipo C y cuenta con tecnología USB 3.2. En el apartado del rendimiento desgranaremos su funcionamiento. La botonera en titanio tiene ahora una pulsación incluso más sólida y, encima de la misma, encontramos al gran protagonista de esta generación: el botón de acción.
El interruptor de volumen muere por una buena causa
Adiós al interruptor de volumen que nos lleva acompañando desde 2007. ¿Lo echaré de menos? No. Apple lo ha remplazado por un botón de acción. Mucho más pequeño y discreto que el que estrenó la compañía con el Apple Watch Ultra, pero con una filosofía similar. Un botón programable, con un total de ocho acciones:
- Silencio
- Modos de concentración
- Cámara (foto, selfie, vídeo, retrato, selfie en modo retrato)
- Linterna
- Nota de voz
- Lupa
- Atajo
- Accesibilidad (todas las funciones de accesibilidad)
- Sin acción
Como mencioné en las primeras impresiones de este dispositivo y, tras una semana de uso, me reitero en el único pero de este botón: no basta con pulsarlo, hay que dejarlo pulsado. Cuando estudiaba en la universidad la asignatura de ergonomía cognitiva, enfocada puramente a la lógica que deberían llevar los elementos de los productos comerciales, me enseñaron algo muy simple: siempre es más cómodo pulsar que dejar pulsado.
Probablemente, con el fin de evitar pulsaciones erróneas que conlleven abrir apps o funciones por error, Apple ha querido implementar este botón bajo el requisito de que debemos dejar pulsado algo menos de un segundo. La cuestión es que, por la propia ubicación del botón de acción, así como por su buena dureza y recorrido, es prácticamente imposible pulsarlo sin querer.
Me incomoda tener que aplicar fuerza y tiempo adicional en un botón que, con tan solo pulsarlo, podría abrir mi cámara, silenciar el iPhone o abrir el atajo que yo quisiera. Problemas del primer mundo, sí, pero sigo con la esperanza de que Apple ofrezca mediante software la opción de activarlo con tan solo una pulsación.
Respecto a la interfaz del botón de acción, no puedo más que quitarme el sombrero. El comentario que más he leído/escuchado es el de "parece que esto no lo ha diseñado Apple". En mi opinión, es justo lo contrario: solo Apple podría diseñar un menú con esta estética. La integración dentro del sistema es prácticamente perfecta y, aunque rompe con la estética plana y minimalista de iOS 17, de forma inexplicable, casa perfectamente con el software. Si inclinamos el iPhone, se activa una animación para girar la vista previa del botón de acción. Cada una de las acciones programables, perfectamente coloreada y con el correspondiente icono del sistema, se dibuja encima del propio botón.
Una funda más ecológica... y de menor calidad
Antes de dar por concluido el apartado del diseño, es necesario dedicar algunas líneas a la nueva línea de fundas de Apple. La compañía ha querido dejar de lado la piel, dando paso a las nuevas fundas de trenzado fino compatibles con Magsafe.
Está fabricada en microsarga, un tejido bastante utilizado en uniformes y ropa de trabajo. Es un tejido de alta calidad que se caracteriza por su técnica de tejido: un trenzado en el que se entrecruzan tres hilos para hacerlo resistente y duradero. El principal objetivo con este cambio es reducir las emisiones de carbono y ser más ecológicos. Todo bien sobre el papel.
En la práctica, esta funda no es de de la mejor calidad. En tan solo una semana de uso los bordes ya están bastante desgastados, se ha despegado algo de tela de los bordes y hay alguna que otra marca. No es una funda que vaya a envejecer bien y teniendo en cuenta que cuesta 69 euros, apostaría por otras alternativas mucho más económicas y duraderas.
Pantalla: sin cambios a la vista
La pantalla es uno de esos puntos en los que, bajo mi punto de vista, Apple ha pecado de conservadora. A nivel técnico es exactamente el mismo panel, con la misma resolución, tamaño y brillo. Comparando con mi 14 Pro y midiendo brillo con luxómetro, los valores que ha ofrecido en HDR y brillo pico son exactamente idénticos respecto a la generación pasada.
Apple es de las pocas compañías que ofrece un brillo de 2.000 nits real y sostenido (siempre y cuando el móvil no se caliente). Aunque estemos viendo algunas propuestas que a nivel técnico llegan hasta 2.500 o 2.600 nits, estos tan solo se muestran en contenidos HDR en pequeñas zonas blancas del panel. Esto se traduce en que, bajo plena luz solar, el iPhone 15 Pro Max seguirá siendo uno de los mejores.
Pese a ello, y vista la potencia del procesador, quizás hecho en falta que Apple se atreva a dar un salto en resolución, que le pierda el miedo a aumentar el brillo máximo y, en definitiva, me choca que si compras un iPhone 15 Plus, la única diferencia notable en panel sea ProMotion.
Un año más, es importante destacar el ejercicio a nivel de calibración. Este panel de 6,7 pulgadas, con resolución 2.778 x 1.284 píxeles y tasa de refresco adaptativa de hasta 120 Hz realiza un ejercicio sencillamente sobresaliente con la colorimetría.
ProMotion sigue siendo el método más eficaz para adaptar el refresco. Si no recuerdas cómo funciona en el iPhone, te comparto esta pieza en la que explico al detalle por qué iOS gestiona mucho mejor la tasa de refresco que Android.
El Always On Display y su segunda vida con iOS 17
Con el iPhone 14 Pro llegó el modo Always On Display, que permite dejar el panel encendido con una interfaz idéntica a la pantalla de bloqueo, nada de pantallas completamente negras. Al igual que en la generación anterior, un puntazo del AOD del iPhone es que depende del propio sensor de brillo. Si estamos en un exterior y bloqueamos el panel con brillo alto, el panel brillará más. Si estamos en un interior con el brillo bajo, el Always on Display ilumina de forma mínima.
Es capaz de bajar a 1 Hz en modo Always On Display, pero el consumo de batería me sigue pareciendo alto. Activarlo durante todo el día se traduce en perder cerca de un 15% adicional de batería (gasta aproximadamente 1% cada hora). Con ese 15% adicional es sencillo hacer una hora de pantalla, por lo que personalmente no estoy dispuesto a perder tanta autonomía. Si queremos minimizar este consumo, siempre podemos configurar el Always on Display completamente en negro, sin fondo de pantalla ni notificaciones.
Una de las novedades de iOS 17 llega con el modo "En Reposo", activo por defecto. Cuando el iPhone está cargando y en posición horizontal, se activa este modo que muestra widgets, relojes y demás información. Bajo mi punto de vista personal, es una función muy visual, pero quizás poco amigable para el envejecimiento del panel OLED. La carga de un iPhone demora casi dos horas, y dejarlo cargando con la pantalla encendida mostrando contenido estático es una práctica a mi juicio poco recomendable.
La isla dinámica, un año después
La isla dinámica por fin ha dado muerte al notch y está presente en todos los miembros de la familia iPhone 15. Fue uno de los cambios más notables el año pasado, y una forma de convertir el hogar de los sensores Face ID en un espacio funcional y dinámico. El tamaño del a isla no ha cambiado esta generación, por lo que sigue siendo tan característica como molesta. Esta solución de diseño está ubicada algo más abajo que la parte inferior del notch, por lo que se hace más notable cuando estamos visualizando contenido.
De hecho, por aquí arriba te dejo un frame de 'Ashoka', en el que se aprecia perfectamente cómo la Isla Dinámica rompe la simetría de la imagen al no casar perfectamente con el formato (las franjas negras superior e inferior se deben al propio formato de la serie, no al iPhone.) En videojuegos no resulta especialmente molesta y en navegación web, aunque desplaza los contenidos ligeramente, no es demasiado apreciable.
Comentadas las problemáticas de la isla, toca hablar de las bondades. iOS sigue integrando algunas funciones nativas para sacarle partido, como los avisos de carga, la pausa/reanudación de grabaciones de voz y pantalla, las indicaciones en tiempo real de mapas... Estas son algunas de las funciones del sistema para la isla.
- Llamadas entrantes
- AirPods conectados
- Face ID
- AirDrop
- Batería baja
- Interruptor de silencio Activar/Desactivar
- AirPlay
- Modo avión/Sin servicio
- Llamada en curso
- Apps de música/reproducción
- Temporizador
- Direcciones de Mapas
- Notas de voz
- Grabar la pantalla
La lista de apps compatibles va creciendo, encontrando entre ellas Uber, Flighty, Spotify, Citymapper, Nike Run Club, Audible, etc. La evolución está siendo correcta. No es un elemento revolucionario, pero sí una de las mejores formas de convertir un mal necesario (si queremos tener el sistema biométrico más avanzado, en algún lado hay que ocultarlo) en una función de valor.
Sonido: uno de los líderes de su categoría
El audio del iPhone 15 Pro Max sigue siendo uno de los mejores, si no el mejor que hemos probado en un móvil de gama alta. Sonido claro, nítido, limpio de frecuencias agudas, rico en frecuencias graves, y con un volumen final muy alto, sin llegar a distorsionar de forma muy notable. Esta generación los auriculares oficiales de Apple pasan a tipo C, para ser compatibles con esta nueva generación de producto.
Con iOS 17 se renuevan también los tonos de llamada, y contamos con una opción para personalizar el audio espacial utilizando la cámara del iPhone. Esta elaborará un perfil personalizado según el propio tamaño y forma de nuestra oreja, para que los auriculares con audio espacial (como los nuevos AirPods) puedan adaptarse a nuestra anatomía.
Rendimiento: calor y potencia a partes iguales
El primer procesador de la industria fabricado en un proceso de tres nanómetros. El Apple A17 Pro ha sido diseñado sobre la base del Apple A16 Bionic, con el nuevo nodo litográfico de ultravioleta extremo (UVE). Las mejoras en la microarquitectura del procesador se traducen en un rendimiento de la CPU un 10% superior respecto a la generación anterior y una GPU que cifra en un 20% el salto y gana un core (seis núcleos esta generación). Apple nos habla de que sus núcleos de alta eficiencia tienen una mejor relación de rendimiento por vatio (hasta tres veces mejor que su competencia) y este procesador es el primero en la compañía que cuenta con soporte nativo para trazado de rayos.
Esto último permitirá al iPhone 15 Pro correr juegos de consola como 'Resident Evil Village', 'Resident Evil 4', 'Death Stranding' o 'Assassin’s Creed Mirage' a 30 FPS estables. No se trata de juegos desarrollados para móvil, el acuerdo de colaboración con los gigantes del videojuego vendrá de la mano de entregas directamente portadas de consola (en menor resolución, claro está).
¿Cómo se logra este salto a nivel de rendimiento? Más allá de las mejoras en el nodo y la propia fabricación del chip, con una táctica que todos conocemos: aumentar la frecuencia de reloj. Este A17 Pro corre a a 3,78 GHz, frente a los 3,46 GHz del Apple A16 Bionic y también ha subido la frecuencia de los núcleos de alta eficiencia de los 2,02 GHz a los 2,11 GHz. Para que tengas algo más de contexto, el Qualcomm Snapdrgon 8 Gen 2 corre hasta 3.36 GHz, y el MediaTek Dimensity 9200+ a 3.35 GHz.
Esta desmesurada frecuencia en los cores de alto rendimiento tiene una consecuencia inevitable: el Apple A17 Pro llega a consumir incluso más que el Apple A16 Bionic en tareas de alta demanda. El punto clave es que estos picos de consumo adicional llegan en momentos puntuales: cuando el teléfono alcanza su rendimiento máximo. Tras calentarse y asentarse, el consumo se estabiliza. En otras palabras, este procesador logra rendir más a base de consumir más en momentos puntuales, una de las razones por las que, pese al aumento en miliamperios hora y los tres nanómetros, Apple promete exactamente las mismas horas de uso que en el iPhone 14 Pro.
Si bien los cores de alto rendimiento tienen ese pico momentáneo de consumo, los cores de alta eficiencia sencillamente barren a los del Qualcomm Snapdragon 8 Gen 2. En test como Spec 2017 las mediciones muestran que este procesador ha logrado consumir prácticamente la mitad que los núcleos del Gen 2. Esto significa que, en uso fuera de benchmarks y trasladado a un escenario habitual (redes sociales, navegación, aplicaciones de diario, etc.) el consumo de este iPhone es contenido.
El test de estrés de 3DMark es la mejor prueba para entender lo que sucede con este procesador. Su estabilidad ha sido de un 59,6%, inferior al 65,8% que hemos obtenido con el iPhone 14 Pro. Es un dato a priori pobre... hasta que analizamos lo que está sucediendo. El rendimiento pico del iPhone 15 Pro Max es muy alto, de 15.375 puntos frente a los 12.463 puntos del iPhone 14 Pro. Tan alto, que es incapaz de mantenerlo durante mucho tiempo, para caer de forma drástica a los pocos minutos.
El punto clave es que, incluso tras caer de forma rápida, el rendimiento sostenido una vez caliente está por encima del Apple A16 Bionic: 9.170 puntos en el loop más bajo frente a 8.195 en el iPhone 14 Pro. ¿Resumen? Este procesador es más potente, tanto en rendimiento pico como en rendimiento sostenido. La caída refleja que ese consumo puntual pico no se sostiene durante mucho tiempo y que, una vez caliente, el teléfono se estabiliza.
No es, aun así, el escenario ideal de estabilidad en este benchmark. El Qualcomm Snapdragon Gen 2 ha mostrado una estabilidad superior al 80%, con un rendimiento pico inferior, pero un sostenido más equilibrado. En la tabla puedes apreciar que la caída de la gama alta con Gen 2 es mucho más comedida. Pese a ello, los benchmarks no siempre se traducen a uso real. En 'Genshin Impact' el Apple A17 Pro logra la misma tasa de FPS consumiendo 2,5W menos que el Gen 2, casi nada.
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iPhone 15 Pro Max |
IPHONE 14 PRO |
Xiaomi 13 Ultra |
ONEPLUS 11 |
SAMSUNG GALAXY S23+ |
---|---|---|---|---|---|
PROCESADOR |
Apple A17 Pro |
Apple A16 Bionic |
Snapdragon 8 Gen 2 |
Snapdragon 8 Gen 2 |
Snapdragon 8 Gen 2 (for Galaxy) |
RAM |
8 GB |
6 GB |
16 GB |
16 GB |
8 GB |
GEEKBENCH 5/6 (SINGLE/MULTI) |
2.637 / 7.103 (6) |
2.508 / 6.306 (6) |
1.982 / 5.492 (6) |
1.176 / 4.960 (5) |
2.019 / 5.308 (6) |
3D MARK Wild Life Unlimited |
13.667 |
12.463 |
13.978 |
14.018 |
14.250 |
3D MARK Wild Life Stress Unlimited |
15.375 / 9.170 |
12.463 / 8.195 |
13.926 / 12.788 |
14.250 / 11.186 |
14.018 / 13.968 |
PCMARK WORK |
- |
- |
15.048 |
11.406 |
15.823 |
Los números mejoran cuando pasamos Geekbench, donde el iPhone 15 Pro Max brilla con luz propia. Hablamos de 2.834 puntos en single-core (un procesador al nivel del M1 de Apple) y en 7.103 en multi-core, una cifra bastante alejada de la que logra la gama alta Android. En definitiva, un procesador con un músculo brutal y un mejor rendimiento que la generación anterior, pero quizás no tan brillante como podía esperarse del primer procesador con proceso de fabricación de tres nanómetros.
Aclarado el aspecto técnico, más que necesario en el primer chip de tres nanómetros de Apple, toca hablar de cómo funciona este Apple A17 Pro en uso real. Sobra decir que el iPhone 15 Pro Max vuela, y que los 8 GB de RAM ayudan a evitar los molestos cierres de juegos pesados que he sufrido generaciones atrás. No hay app que pueda con este teléfono, la mayoría de juegos (como 'Genshin Impact') funcionan en una resolución mayor que en Android.
Por último, apuntar dos grandes saltos esta generación: la memoria interna base en el modelo Pro Max es de 256 GB. Por otro, he notado mejoras en cobertura. Este procesador se alimenta del modem Snapdragon X70 y, más allá de mejoras en la velocidad de descargar, he notado que pierde la cobertura con mucha más dificultad respecto a la generación anterior.
Apple, tenemos que hablar de refrigeración
Lo que no se ha solucionado es el problema de la gestión térmica. El nuevo cuerpo de titanio y la estructura renovada, según Apple, ayudan a la dispación del calor. En nuestras pruebas, ha servido de poco. Pasado el verano y con 24 grados en el sur, este iPhone se calienta, y mucho. No termino de entender que no haya solución a estos problemas de temperatura en un teléfono con tamaño cuerpo.
Es especialmente curioso, al menos bajo mi experiencia, que el teléfono se caliente más con tareas sencillas que con tareas exigentes. He medido con láser más de 40 grados en la parte trasera usando Instagram durante unos 10 minutos y reproduciendo música en segundo plano. Una partida de 'PUBG: Mobile' en HDR con gráficos al máximo no le ha hecho sobrepasar los 38 grados.
¿Culpables? Directos y claros, ningunos. Sospechosos, unos cuantos. La potencia pico del procesador y su desmesurado consumo, falta de optimización en estas primeras versiones iOS, una CPU que dispara los núcleos de alto rendimiento cuando no debe, disminución del área de disipación en el cuerpo del terminal, incapacidad del cuerpo para disipar el calor de forma eficiente. Hay un cúmulo de factores que no parecen controlados y que, sumados, hacen que este iPhone sea propenso a calentarse.
Otros rivales apuestan por cámaras de vapor, pero en el iPhone seguimos con un teléfono que se calienta más de la cuenta y que, en verano, llegará a ser especialmente problemático (deja de cargar, baja el brillo de la pantalla, disminuye su rendimiento, etc.).
Apple necesita dejar de confiar en el que propio cuerpo del dispositivo disipará el calor, y empezar a plantearse la introducción de alguna ayuda adicional para gestionar la temperatura. De lo contrario, las mejoras en CPU serán cada vez más limitadas: este chasis (pese a estar rediseñado en la generación 15 Pro) no parece estar preparado para disipar bien el calor. La única solución a la vista pasa por una actualización. Quedará por ver si, en las próximas semanas, Apple logra equilibrar un problema que no es nuevo.
Pese a todo este pequeño drama, comentar que los problemas de este iPhone 15 Pro ya los tenía el 14 Pro. Los iPhone llevan un par de años calentándose más que el resto de rivales hasta puntos preocupantes en los que reducen el brillo e incluso rendimiento. Por alguna razón, este año parece haber saltado el escándalo.
Del mismo modo, tanto en mi experiencia como en la de mi compañero Alejandro Alcolea con el iPhone 15 Pro, si bien el móvil se calienta de forma sencilla, en ningún caso llega a ser dramático. Puedo garantizar que he probado teléfonos de gama alta que se calientan más y más rápido que este iPhone 15 Pro Max. ¿Exime eso a Apple de buscar con un urgencia una solución? No.
El USB-C
Esta generación el iPhone por fin da el salto al USB-C. En los iPhone 15 lo hace con el estándar USB 2.0, mientras que en los iPhone 15 Pro y Pro Max la apuesta es por USB 3.2. Como comenté en las impresiones, en la caja del iPhone 15 Pro Max llega un cable con el estándar USB 2.0. A todas luces una práctica a mejorar, pero el contexto aquí está bastante claro: todos los fabricantes Android siguen la misma tónica.
De hecho, algunos terminales como el Xiaomi 13 Pro o el OnePlus 11 no son compatibles con el estándar USB 3.2. A Apple no le ha quedado otra que seguir la legislación europea y apostar por este estándar, que nos permitirá por fin cargar nuestro iPad, Mac o iPhone con el mismo cable. En el apartado de la batería aclararemos su funcionamiento.
¿Y qué diferencias hay entre USB 2.0 y USB 3.2? Principalmente, la velocidad de transferencia de datos:
- iPhone 15/Plus: USB-C (USB 2.0, hasta 480 Mbps)
- iPhone 15 Pro/Max: USB-C (USB 3.2, hasta 10 Gbps)
El iPhone 15 Pro Max, acompañado del cable adecuado, tiene una velocidad de transferencia de datos altísima, de hasta 10 Gbps. Esto tiene especial sentido si tenemos en cuenta que este dispositivo graba 4K en ProRes HDR. Si no tienes un cable que soporte USB 3.2 (como en mi caso), tengo una mala noticia: el cable original es más lento que AirDrop.
Destacar asimismo que el USB-C del iPhone tiene salida de vídeo, por lo que si usamos un adaptador de USB a HDMI, podremos duplicar el contenido de nuestro teléfono en monitores o televisiones. Es una genial opción para los que somos más jugones, ya que podemos disfrutar de entregas del iPhone en pantallas grandes.
Por lo demás, ya era hora de acabar con la vida de Lightning. Discos duros externos, pendrives, el adiós al "déjame un cable de iPhone", conexión a todo tipo de periféricos mediante un dongle tipo c... El iPhone por fin se abre a ser compatible con todos esos dispositivos que tenía por casa y que, por el capricho de Lightning, quedaban fuera.
Biometría
El apartado de la biometría será parco y conciso: tenemos las mismas funciones que el año pasado. Face ID sigue siendo el sistema de reconocimiento facial más eficaz del momento, y la integración con el sistema operativo es completa. Sirve como identificación para pagos, desbloqueo de aplicaciones, identificación para contraseñas, etc. Es posible configurar un rostro alternativo para que dos personas puedan desbloquear el mismo iPhone, así como desbloquear el teléfono con mascarilla.
Software: iOS 17 es la definición de estabilidad
iOS 17 es la versión que da vida a este iPhone 15 Pro Max y, tras serios problemas de autonomía y rendimiento con las versiones beta, puedo asegurar que el funcionamiento es impecable en su versión estable. En el momento en el que escribo estas líneas, la versión que utilizo es iOS 17.0.2, una pequeña revisión de la primera versión con mejoras en seguridad y estabilidad. Como es habitual en iOS, los cambios son bastante menores respecto a la generación anterior, aunque este en un sistema que vuelve a ser algo más maduro y a estar más pulido.
Muchos de estos cambios son visuales. En primer lugar, cambia la interfaz de llamadas, en la que podremos ver los pósters personalizados que creemos para nuestros contactos. Estas pueden ser imágenes o memojis de los contactos a los que le asignemos un póster, todo ello personalizable desde la aplicación de contactos.
Llegan también funciones como NameDrop, que permiten crear una ficha de contacto con nuestro propio póster y compartirla a través de AirDrop con tan solo acercar el iPhone. Y, hablando de esto último, ahora basta con tener un iPhone cerca de otro para compartir archivos mediante esta vía. En el caso de que estemos enviando un archivo por AirDrop y la persona se aleje, la transferencia ya no se para: terminará enviándose por internet.
La app de Fotos también ha mejorado. Ahora reconoce mascotas y agrupa sus fotos como ya lo hacía con personas. También es posible convertir nuestras fotografías en stickers con tan solo dejarlas pulsadas. Esto funciona en apps como iMessage o incluso en WhatsApp.
Pero la función que más me convence es cómo se ha integrado la IA dentro de la propia app, al estilo de Google Fotos. Reconocer sitios de interés, recetas, etiquetas de la ropa, crear el mapa de profundidad de las fotografías de forma automática (detallaré esto en el apartado de fotografía). Esta app de cámara es mucho más inteligente, sabe analizar las fotografías al detalle, y proporcionarnos información de valor sobre las mismas.
La app de Salud ahora tiene nuevas funciones relacionadas con la salud mental. Podremos llevar un registro durante varios puntos del día para tener una visión global acerca de cómo nos sentimos. Por el momento, es una función algo limitada, pero se agradece que Apple tome en cuenta la salud mental, tan o más importante que el monitoreo físico que hace el iPhone o complementos como el Apple Watch.
Autonomía: ni más, ni menos
Respecto a la autonomía, no encontramos un salto notable respecto a la generación anterior, pese a los tres nanómetros y que la batería es ligeramente mayor. He usado este móvil durante un viaje a Alemania, con la mayoría del día en redes 5G y con un abuso de la cámara que, en circunstancias más habituales, no sería normal.
Aún así, ha aguantado las jornadas sin problema. Hablamos de que es prácticamente imposible bajar de seis horas de uso extremo, pudiendo superar las ocho o nueve horas de pantalla con brillo moderado, WiFi y poco juego. Es uno de los teléfonos de gama alta con mayor autonomía, aunque seguimos con la sospecha de que en este chasis hay espacio para una batería aún mayor.
Respecto a la carga, he anotado las mismas cifras que con el iPhone 14 Pro Max: 29,9W medidos en el cargador. Teniendo en cuenta el margen de error, la cifra se acerca a los 27W máximos de este teléfono. Un punto importante es que este teléfono es compatible con el estándar Power Delivery, por lo que cualquier cargador que trabaje bajo este protocolo puede cargar el iPhone a máxima potencia.
Respecto a los rangos de temperatura, algo por lo que parece haber preocupación en redes sociales, comentar que he hecho pruebas tanto con el cable original de Apple y el cargador USB-C Power Adapter de 61W como con el GaN anteriormente mencionado. Los resultados con el cable C de Apple y cargador original de Apple han sido los siguientes:
- Hasta el 50% - pico máximo de 36.7 grados.
- Del 50% al 80% - pico máximo de 34 grados.
- Del 80% al 100% - pico máximo de 32 grados.
Con el cable C y cabeza GaN de Xiaomi, estos han sido los números:
- Hasta el 50% - pico máximo de 34 grados.
- Del 50% al 80% - pico máximo de 33 grados.
- Del 80% al 100% - pico máximo de 30 grados.
Como puedes ver, curiosamente, se me ha calentado más utilizando el cargador y cable original de Apple que utilizando un cable de Xiaomi. He hecho también pruebas conectando el cable de Apple y el de Xiaomi al mismo cargador GaN y los resultados son parejos. Da igual el cargador que utilicemos, el estándar bajo el que se carga es Power Delivery. La calidad del cable puede determinar que el teléfono alcance más o menos temperatura, pero en ningún caso hemos obtenido cifras alarmantes.
Otro punto relevante en esta generación es que, desde los ajustes, podemos consultar los ciclos de carga. Este es un dato curioso que, sobre todo de cara al año que viene, nos ayudará a comprender el uso que hemos dado y si es normal o no la degradación que sufra.
Pero la novedad más inesperada viene heredada de bastantes teléfonos Android: la de poder limitar la carga al 80%. Esto se debe a que el punto de menor estrés a la hora de cargar un teléfono se alcanza cuando trabajamos en cargas de entre el 20 y el 80%. En este iPhone 15 Pro Max no es una mala idea si queremos aumentar su longevidad. En iPhone más pequeños quizá no es tan interesante sobrevivir sin ese 20% extra.
La carga completa ha demorado dos horas y dos minutos, con un 50% alcanzando en tan solo media hora. Hay una gran diferencia entre la primera y la segunda parte de la carga: primero carga rápido, después cada vez gotea más. Sigue siendo una cifra pobre y lejos del resto de sus rivales. Apple parece primar la vida útil de sus dispositivos.
Cámaras: uno de los sistemas más complejos de la industria
Explicar las cámaras del iPhone 15 Pro Max es todo un reto. No tanto por el propio hardware del teléfono, que no dista demasiado respecto a sus rivales directos, sino por todos los cambios a nivel de software y procesado que llegan esta generación. Empecemos por lo más sencillo: el hardware que lleva este 15 Pro Max.
- Sensor principal: 48MP, f/1.78, 24 mm, 1/1.28", 1.22µm, dual pixel PDAF, sensor-shift OIS.
- Ultra angular: 12MP, f/2.2, 13mm, 120˚, 1/2.55", 1.4µm, dual pixel PDAF
- Teleobjetivo tetraprisma: 12 MP, f/2.8, 120mm, 1.12µm, dual pixel PDAF, 3D sensor‑shift OIS, 5x zoom óptico.
- Cámara selfie: 12MP, f1.9, Autofocus.
- Vídeo: 4K 24/25/30/60fps, 1080p 25/30/60/120/240fps, modo cine 4K HDR @30fps, vídeo macro, cámara lenta, time-lapse, vídeo ProRes LOG, modo acción, audio espacial.
Nos encontramos ante un hardware a priori idéntico al del iPhone 14 Pro Max, salvando que el zoom óptico 3x da ahora paso a un teleobjetivo "tetraprisma" de cinco aumentos con una golosa apertura f/2.8. También se ha mejorado el recubrimiento de las lentes para evitar uno de los males endémicos de la cámara del iPhone: los reflejos. Pero, lo primero de todo, ¿qué es eso de "tetraprisma"?
Apple ha creado un diseño propio a la hora de abordar este teleobjetivo. Se trata de una estructura de vidrio que se pliega justo debajo del objetivo y que tiene la función de reflejar cuatro veces los rayos de luz. ¿Para qué? Para que la luz recorra el mismo espacio durante más tiempo, logrando así ampliar la distancia focal hasta los 120mm. Para no complicarte demasiado, puedes quedarte con que Apple ha diseñado un zoom 5x que no necesita un sensor físicamente mucho más grande.
Como apoyo, se ha añadido un módulo de estabilización óptica por desplazamiento de imagen (un sistema similar al que encontramos en el sensor principal, aunque con 10.000 microajustes por segundo).
Aunque tenemos un total de tres cámaras, Apple presume de que utilizar un iPhone 15 Pro Max es como utilizar siete cámaras. ¿Por qué? Porque es capaz de disparar en las siguientes distancias focales.
- Macro
- 13mm (ultra gran angular)
- 24mm (1x)
- 28mm (1.2x)
- 35mm (1.5x)
- 48mm (2x)
- 120mm (5x)
La versatilidad fotográfica de este rango focal la dan pocos teléfonos y, salvando la escasa calidad del macro, el punto principal de Apple es que todas ellas tienen calidad "óptica" ya que no se realizan zoom digital al uso, sino que se emplean recortes de distintas zonas del sensor para lograrlo. Esto es... una verdad a medias.
Este último punto no siempre es fácil de comprender, cuál es la diferencia entre recortar sensor y hacer un zoom digital. En un zoom digital, sobre una imagen ya tomada, ampliamos determinado número de veces. Esto se traduce en una irremediable pérdida de calidad ya que simplemente estamos ampliando de forma digital.
Los iPhone recortan las zonas más nítidas del sensor cuando disparan a 48 megapíxeles, las centrales, utilizando los grupos de píxeles que más detalle captan. De esta forma, simplemente estamos recortando parte del sensor, no ampliando de forma digital la zona. Es por esto que el iPhone es capaz de disparar en 24, 28, 35 y 48mm, todo desde el sensor principal.
No obstante, la explicación de Apple no es del todo clara y no podemos garantizar que los disparos en 28 y 35mm sean o no recortes directos del sensor. En el caso del 35mm, todo parece apuntar que así es: un disparo en esta distancia focal ocupa la zona central del sensor, por lo que tiene sentido que siga el mismo proceso del 48mm (2x).
Con el 1,2x y ese mínimo salto de 0,2x respecto al tamaño completo del sensor, no queda tan claro. Es más que probable que Apple esté realizando un recorte de la imagen ya tomada a 48 megapíxeles para reescalarla posteriormente a 24 megapíxeles.
Estamos pues ante una cámara con un nuevo teleobjetivo 5x estabilizado desde el propio sensor, un mejor recubrimiento de las lentes para evitar reflejos, la posibilidad de disparar en más rangos focales gracias a los recortes de sensor y, lo más importante, un histórico cambio en la forma de procesar imágenes.
Los 24 megapíxeles
Para comprender esta cámara es clave explicar cómo funciona ahora el disparo del iPhone. Las fotografías, por defecto, se realizan a 24 megapíxeles. Es el primer teléfono es disparar así de forma nativa. Lo han logrado con zero shutter lag, por lo que no notaremos un disparo más lento a la hora de realizar las fotografías. La velocidad es la misma de generaciones anteriores disparando a 12 megapíxeles.
Hemos de tener en cuenta que ahora las fotos ocupan más, prácticamente el doble. No debería ser demasiado problema, no obstante, ya que el formato predeterminado sigue siendo HEIF frente a JPEG (aunque si por alguna razón queremos disparar en JPEG, es posible).
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HEIF 12/24 MP |
JPEG 12/24 mp |
Proraw 12/48 mp |
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Peso de la imagen |
2 MB / 3 MB |
3 MB / 4,8 MB |
25 MB / 75 MB |
¿Por qué 24 megapíxeles? Podríamos pensar que tan solo para rescatar más detalle y no estaríamos del todo descaminados. Pero las cosas no son tan sencillas. Jon McCormack, VP Software en Apple, explica en Petapixel la filosofía detrás de esta decisión.
"Los 24 megapíxeles son una especie de 'Ricitos de oro' en los que se obtiene todo el rango dinámico adicional de los 12 megapíxeles y la transferencia de detalles de los 48 megapíxeles".
Los 24 megapíxeles son un punto dulce para Apple en lo referente a detalle, pero también en rango dinámico. Cuando disparamos en 24 (auto) el teléfono está combinando fotografías de 12 megapíxeles en media y baja luz con fotografías de 12 megapíxeles en alta luz. Tras combinarlas, Deep Fusion es capaz de obtener un HDR más rico, sin perder la transferencia de detalles del sensor de 48 megapíxeles. Es, además, más sencillo procesar una fotografía de 24 megapíxeles que una de 48. Más adelante comprobaremos si es cierto o no lo que cuentan del HDR.
Aunque la explicación no ahonda en cuántas fotografías toma el teléfono, cómo se combinan exactamente y cómo han cambiado los algoritmos de Smart HDR (información clave para comprender las decisiones que toma este teléfono y que, por desgracia, no conocemos), tenemos claro que Apple ha priorizado el rango dinámico esta generación. Los quemados que llevamos arrastrando desde hace generaciones eran un pecado imperdonable que, por fin, se ha rebajado (que no eliminado).
App de cámara
La app de cámara del iPhone se divide en dos escenarios: el de la propia app de cámara y el de los ajustes de cámara dentro de la app de ajustes (cosas de Apple). Con lo primero estoy satisfecho. Con lo segundo, no tanto.
En iOS 17 la app de cámara es prácticamente idéntica a la que teníamos antes, con la diferencia de que en la esquina superior derecha tenemos un indicador con "HEIF Máxima" que activará el modo de alta resolución a 48 megapíxeles. En el caso de que queramos activar ProRAW en sus distintas resoluciones, tendremos que dejar pulsado el botón de HEIF Máxima.
Bajo mi punto de vista, sería mucho más intuitivo tener un botón para HEIF/HEIF Máxima y otro para RAW/RAW Máxima, en lugar que dejar pulsado un botón que, a priori, nada tiene que ver con el RAW. Problemas del primer mundo.
Tenemos también como novedad la grabación en formato Apple ProRes en LOG hasta 4K 30 FPS. Para ir más allá de esto necesitamos un disco duro externo conectado al tipo-C. No es un capricho de Apple, grabar en ProRes en LOG a 4K 60 FPS ocupa nada menos que 6 GB por minuto.
Un punto bastante curioso de esta cámara tiene que ver con una de las obsesiones que suelo tener al analizar las apps de cámara: la vista previa. Hasta el momento, tan solo Apple y Google son capaces de mostrar en la vista previa (antes de hacer la foto) cuál será el resultado final, HDR incluido. El resto de rivales muestran las altas luces completamente quemadas y, hasta que no abrimos la galería, no sabemos si se ha podido corregir o no.
Tal es el esfuerzo que parece hacer Apple esta generación con el HDR, que la app no es capaz de mostrar de forma 100% fiel el resultado final. Esto puede deberse a la complejidad que tiene ahora procesar fotografías de 24 megapíxeles que contienen información de 12 y 48. Pese a ello, el A17 Pro debería tener suficiente músculo como para pre-procesar este HDR, aunque sea bastante complejo.
He de matizar que esto solo sucede en escenas en las que el HDR tiene que trabajar al máximo, en las fotografías más habituales seguiremos con una vista previa muy fiel a la realidad, altas luces incluidas.
Fotografía con la cámara principal
Vamos al grano, cómo hace fotos este iPhone 15 Pro Max y qué cambia respecto a la generación anterior. Hay mejoras bastante evidentes. La primera de ellas es el funcionamiento de Smart HDR en su quinta generación. Por fin, la cámara es confiable en aquellos disparos en los que las altas luces son propensas a quemarse. En generaciones anteriores teníamos prácticamente garantizados los quemados.
El iPhone 15 Pro Max tiene un rango dinámico muy mejorado en altas luces. En sombras sigue apagando más de la cuenta y la mejora no es palpable. De hecho, en algunas fotografías mata sombras respecto al iPhone 14 Pro.
No es tan solo un tema de Smart HDR: el iPhone 15 Pro Max realiza algo mejor las mediciones a la hora de exponer las escenas. Esto le permite, sin necesidad de estar ajustando de forma manual la exposición, encontrar un mejor balance entre altas y bajas luces.
Es cierto que, con iOS 17, la cámara del iPhone 14 Pro ha mejorado de forma notable. Pese a ello, el procesado del iPhone 15 Pro está por encima: no solo tenemos fotografías en mayor resolución, también tenemos fotografías con mayor rango dinámico incluso en 24 megapíxeles.
Esta segunda escena es perfecta para comprender la importancia de ampliar y analizar al milímetro las escenas. A priori, estas dos imágenes seguramente te parezcan muy similares. Pero veamos qué sucede en cuanto empezamos a ampliar y comprender qué está pasando.
De nuevo, el iPhone 15 Pro Max ha sido capaz de recuperar las altas luces. Esto también le ayuda a preservar los tonos cálidos del atardecer, que se habían perdido por completo en la fotografía del iPhone 14 Pro. También hay bastante aliasing en el modelo anterior. En un resumen fácil de entender: hay algunos artefactos que no deberían estar presentes en los bordes del edificio.
Hay asimismo mayor cantidad de nitidez en la fotografía del iPhone 15 Pro Max. Si te detienes en la textura de los remaches del helicóptero, podrás apreciar perfectamente que están completamente diluidos en el iPhone 14 Pro. También se aprecia que hay menor sharpening (nitidez artificial), sobre todo en los bordes de los números, aunque es algo apreciable en toda la imagen.
Esto se debe a que ha mejorado la forma en la que el iPhone interpreta el procesado general de la imagen. Cuando disparamos en 24 megapíxeles (automático) las fotografías son algo más naturales que en la generación anterior, menos desproporcionadas forzando los bordes y con algo menos de lavado. Sigue habiendo mucho de la vieja Apple y necesitaré comparar esta cámara con el resto de rivales de la gama alta para tener claro si es la más nítida o no en automático, pero el salto ha sido destacable.
En lo que respecta a interpretación de pieles, el iPhone sigue siendo prácticamente imbatible. No modifica el tono de las mismas, es extremadamente preciso tanto con pieles claras (algunos móviles las giran al amarillo) como con pieles oscuras (algunos móviles las giran a tonos más claros) y el nivel de detalle que se rescata es espectacular.
La última mejora notable de esta generación tiene que ver tanto con los flares como con el glare de la lente. El glare hace referencia a la dispersión de la luz que dificulta la visión de la imagen. La luz difusa que empapa al completo la imagen y le resta visibilidad.
Los flares, hablando en plata, son los pequeños puntitos y reflejos que llevan sufriendo los iPhone desde hace generaciones. No han desaparecido por completo, pero se hace notar el mejor recubrimiento que tienen ahora las lentes. Esta mejora es especialmente perceptible en fotografías nocturnas con luz artificial y en fotografías diurnas en las que la incidencia solar en la lente es bastante directa.
Si hablamos de fotografía en baja luz o nocturna, los resultados se mantienen en la tónica de lo visto de día. Sigue siendo una cámara muy luminosa, por lo que el modo noche no suele activarse salvo en circunstancias extremas. En los casos en los que se llegue a activar, tendremos que tener en cuenta que el disparo se hará en 12 megapíxeles. La implementación de Photonic Engine ayuda a tener un punto adicional de nitidez y un extra de luminosidad, aunque el salto no ha sido mayúsculo.
Lo que más he notado tiene que ver, de nuevo, con el procesado. El nuevo HDR es capaz de mantener las altas luces en su sitio, y esto es algo capital cuando disparamos a luz artificial por la ncohe. Como puedes observar en los ejemplos de arriba no es solo que no haya quemados, es que el equilibrio de luces es sobresaliente.
El modo noche sigue siendo una herramienta para rescatar la máxima luminosidad posible a base de fusionar fotografías y recurrir a la larga exposición. Es un recurso útil cuando las condiciones lumínicas impiden rescatar información de forma natural, aunque los resultados (como en todo modo noche), distan de la escena real.
24 megapíxeles, 48megapíxeles y ProRAW
Unas líneas más arriba te he explicado con detalle cómo los 24 megapíxeles son un punto dulce para rescatar el detalle de los 48 megapíxeles y el rango dinámico de los 12. He querido comprobar cuáles son las diferencias de disparar entre un modo y otro. El ganador está bastante claro.
Disparar en 48 megapíxeles tiene varios inconvenientes. El primero es que las fotografías tardan más en dispararse, prácticamente lo mismo que hacerlas en ProRAW. El segundo asunto tiene que ver con el rango dinámico: las fotografías en 48 megapíxeles tienen un serio problema con las altas luces, que se queman prácticamente por defecto. En este ejemplo en particular, incluso el color es peor que en la fotografía tomada a 24 MP.
En este ejemplo vamos a ir incluso más allá. He querido comparar la misma fotografía en 24, 48 megapíxeles y ProRAW. Las diferencias son muy, muy interesantes.
Siempre me gusta tener claro qué está haciendo el teléfono al disparar en RAW para comprender dónde están sus límites físicos. Comparando con el disparo automático en 24 megapíxeles, apreciamos una clara mayor naturalidad en toda la escena en el disparo ProRAW, fácil de apreciar en la zona de los labios.
En el caso de 48 MP HEIF vs 48 MP en ProRAW, hay diferencia, aunque esta se recorta. Mi opinión aquí es que ganaremos detalle con los 48 MP frente a los 24 MP, a costa de perder unas altas luces que ya os adelanto suelen ser imposibles de recuperar. ¿Compensa? No.
¿Resumen? Apple ha acertado con los 24 megapíxeles. Ofrecen un punto de rango dinámico excelente, a nivel de nitidez están muy cerca de los 48 megapíxeles, y no tenemos compromisos más allá de los 3/4 MB que ocupan ahora las fotografías.
Pese a este acierto en automático (el modo en el que haremos el 90% de fotos), estoy algo decepcionado con los resultados en 48 megapíxeles. A falta de comparar en profundidad con rivales directos, esta no es ni mucho menos la cámara más nítida cuando se dispara en modo de alta resolución.
Fotografía con ultra gran angular y zoom
Por el ultra gran angular pasaré de forma rápida: es igual de justo que en la generación anterior, aunque las mejoras en el procesado también aplican a este sensor. Tenemos así imágenes algo por encima de las vistas en el 14 Pro, pero no lo suficiente como para no echar de menos un sensor con más músculo en este tipo de fotografías.
De cara al zoom, como apuntamos al describir esta cámara, ahora podemos disparar en 26, 28, 35, 48 y 120mm. El disparo en 28mm (1,2x) y 35mm (1,5x) es un recorte, por lo que está limitado a 24 megapíxeles. La pérdida de calidad es sencillamente inapreciable, y la opción de contar cuatro distancias focales con un mismo sensor es... maravillosa.
Respecto al teleobjetivo de 120mm, wow. Es sin duda la cámara que más utilizado durante este análisis no ya solo por la novedad, sino por el excelente trabajo que ha hecho Apple con el mismo. La compresión que generan las tomas con este 120mm, el bokeh natural, el procesado sin demasiada agresividad, el look de las escenas. Prácticamente todo está bien con este sensor en términos generales.
Destacable también el trabajo con el zoom digital. Ahora llega hasta 25 aumentos y es bastante digno incluso en esta cifra. Si bajamos hasta los 10 aumentos, vemos que las imágenes también siguen estando relativamente bien procesadas. Más allá de la curiosidad, no recomiendo ir más allá del 5x si queremos fotografías de calidad. Comentar asimismo que, a partir de 8x, aparece un pequeño cuadro al estilo Samsung que nos ayudará a encuadrar cuando estemos en rangos de zoom bastante altos.
Como en toda cámara móvil, le podemos sacar las costuras si obligamos al HDR a trabajar bastante, y en algunas escenas hemos notado que el procesado es mejorable. Incluso en rangos de ISO bajos hay más ruido del esperado. Estoy deseando que Apple empiece a apostar por sensores grandes de alta resolución para sus cámaras secundarias (algo costoso en lo económico y complejo a la hora de implementar en el cuerpo del terminal), aunque este es un primer buen avance.
La única pega reseñable de este teleobjetivo es que a veces no se activa. Si el sujeto a enfocar está demasiado cerca o si las condiciones de luz no son suficientemente "buenas", lo que estaremos haciendo es un x5 mediante ampliación digital.
Fotografía en modo retrato
El modo retrato es, junto a los 24 megapíxeles, el mayor cambio en esta generación. Puedo decir sin miedo a equivocarme que es la mejor implementación de este concepto en un smartphone. El iPhone 15 Pro Max es capaz de detectar de forma automática que queremos que una fotografía esté en modo retrato. Apple nos habló de personas y animales pero... va mucho más allá.
Si en una fotografía en la que hay distintos elementos a distintas profundidades en el plano, basta con pulsar en uno de los elementos para que Apple detecte que queremos que esa foto sea un retrato. En la vista previa veremos una 'f' (el icono de apertura clásico del modo retrato'). Esto nos estará chivando que en la galería, a posteriori, podremos editar esa fotografía con su pertinente mapa de profundidad.
Esta fotografía es un gran ejemplo. El árbol está a cierta distancia del edificio de atrás. Algo quizás difícil de apreciar dada la compresión de imagen que genera un 120mm. Pese a ello, apunté al edificio para indicarle al iPhone que quería desenfoque en los árboles.
Como puedes ver, el mapa de profundidad generado es prácticamente perfecto: me permite establecer como elemento principal al edificio, pero también al árbol. La complejidad técnica a la hora de establecer este tipo de mapas es alta. En la gama alta solemos tener muy controlado el retrato a personas y animales, pero distinguir profundidad en objetos (más aún en planos así), no es sencillo.
Respecto a la fotografía a personas, aquí la cosa es más fácil aún: el mapa se genera de forma automática, sin necesidad de hacer tap to focus. Esto cambia por completo la forma de hacer fotos con el teléfono. Ya no es necesario abrir el modo retrato, esperar a que se active e ir probando. Simplemente abrimos la cámara, enfocamos, comprobamos que la 'f' está activa y listo. En edición ya la podremos dejar como queramos.
El iPhone es también más preciso a la hora de segmentar elementos finos de la escena, como el pelo en el caso de los retratos a personas. Bajo mi punto de vista, el retrato del iPhone sigue siendo el mejor con bastante diferencia, por su consistencia, interpretación de color, naturalidad y bokeh.
Un punto curioso es que, en los propios ajustes del teléfono, se indica que el modo retrato siempre dispara a 12 megapíxeles. Esta es una explicación no del todo precisa por parte de Apple: los únicos retratos a 12 megapíxeles serán aquellos que tomemos con el 2x (por ser un recorte) y con el 5X (por ser este un sensor de 12 megapíxeles). El resto de retratos se realizan a 24 megapíxeles, salvo que disparemos en modo noche.
Esto último no será necesario, y es que este teléfono es capaz de rescatar tanta luminosidad que en ninguna situación se nos ha activado el modo noche. Incluso en escenas con luz poco favorable, ha usado el teleobjetivo.
Selfie
Sobre el selfie, comentar que ha mejorado respecto al iPhone 14 Pro. Las mejoras en HDR, colorimetría e incluso reflejos (he notado menor glare en algunas escenas, aunque quizás ha sido algo puntual) son palpables. Sigue siendo propenso a quemar en algunas situaciones, pero nada que ver con lo que vimos
Vídeo
En vídeo hay dos principales novedades. La primera es que por fin podemos grabar cambiando de cámara en modo 4K 60 FPS. La segunda es, para mí, una de las novedades de vídeo más importantes en la historia de Apple: la grabación en formato logarítmico.
Con el iPhone 15 Pro Max es posible grabar en LOG, un perfil de grabación plano en el que es bastante sencillo rescatar mayor cantidad de imagen y mejorar el color en post-edición. He querido comparar las diferencias entre grabar en 4K 24 FPS (mi formato preferido para grabación cinemática) en formato HDR Dolby Vision, sin Dolby Vision y en LOG. Los resultados me recuerdan a cuando vi por primera vez un RAW en el iPhone.
Las mejoras que aporta Dolby Vision llegan principalmente en rango dinámico aunque, si somos expertos en edición, podremos rescatar un extra de información de los archivos en bruto. Pese a ello, lo que he visto en LOG es relevante. Acaba con el exceso de nitidez artificial que tienen los vídeos y permite lograr unos resultados finales brutales, en tan solo unos segundos. Basta con aplicar un perfil de conversión a rec.709, tocar un poco al gusto y listo.
Con la llegada de un LOG de tanta calidad (otros fabricantes tienen también perfiles LOG planos, pero no procesan así), Dolby Vision HDR, modo acción 2.8K en todas las lentes (especialmente útil en 5x) y el trabajo general de imagen, similar al del año pasado, el iPhone sigue siendo el teléfono que mejor graba, con diferencia, bajo mi criterio.
iPhone 15 Pro Max, la opinión de Xataka
El iPhone 15 Pro Max es una evolución mucho más importante de la que aparenta su ficha técnica. El salto al USB-C es uno de los cambios más relevantes en la historia del iPhone. Ha llegado muy tarde, pero ha llegado. El acabado en titanio, más allá de las polémicas que hay sobre la mesa acerca de su resistencia, supone el mejor remate estético y ergonomía en un iPhone en los últimos años. Es algo que no esperaba, un salto que tan solo notaremos cuando lo tengamos en mano.
Los cambios en cámara son relevantes. Por fin tenemos las mejoras que esperábamos en Smart HDR, el disparo en 24 megapíxeles es uno de los mejores que hemos visto en modo automático (los 48 megapíxeles no convencen, pero este es un modo de uso marginal) y el teleobjetivo 5x con un comportamiento óptico y digital más que decente sitúan por fin al iPhone a la altura del resto de sus rivales en términos de zoom.
Si a esto le sumamos que sigue siendo el móvil con más soporte, el mejor en perfil LOG, la CPU más potente del mercado y una de las mejores autonomías en la gama alta, apostar por el iPhone 15 Pro Max es un seguro de vida en la gama alta.
9,4
A favor
- La nueva cámara de 24 megapíxeles es un pequeño salto adelante.
- La autonomía sigue siendo un espectáculo.
- iOS 17 ha dado un salto adelante en madurez.
En contra
- Sin mejoras en pantalla de ningún tipo.
- El tema del calor es tan aleatorio como preocupante.
- La carga rápida sigue por detrás de sus rivales directos.
Apple iPhone 15 Pro MAX (256 GB) - Titanio Azul
El dispositivo ha sido cedido para la prueba por parte de Apple. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
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