Sam Altman tiene claro por qué OpenAI no puede ser una empresa de capital abierto: “Superinteligencia”

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Mientras que muchas empresas con desempeño exitoso y un prometedor modelo de negocio apuntan a cotizar en bolsa, los creadores de ChatGPT creen que es mejor evitar ese camino. Al menos eso es lo que dijo Sam Altman el martes en un evento sobre inteligencia artificial en Abu Dhabi.

El máximo responsable de OpenAI defiende la idea de mantener a la organización que representa como una compañía privada, un status que considera el adecuado para los tiempos venideros en los que se espera que sean protagonistas de avances significativos en el campo de la IA, recoge Bloomberg.

OpenAI no cotizará en bolsa, al menos por ahora

“Cuando desarrollemos superinteligencia, es probable que tomemos algunas decisiones que los inversionistas del mercado público verían de manera muy extraña”, dijo el empresario. Aunque no dio detalles sobre las posibles decisiones, añadió: “no quiero que me demanden”.

Si bien las declaraciones de Altman tienen un tono críptico, las diferencias entre una compañía privada y una de capital abierto podrían ayudarnos a entender el escenario que imagina el CEO de OpenAI. Pues se trata de dos vías muy diferentes que pueden condicionar su desarrollo a futuro.

Openai

En la actualidad, como compañía privada, OpenAI no cotiza en bolsa y funciona con un esquema de “ganancias limitadas” para sus inversores (lejos ha quedado su modelo de sin ánimos de lucro). Entre sus socios más importantes encontramos a Microsoft, que ha invertido más de 10.000 millones de dólares en OpenAI.

La flexibilidad y la agilidad para tomar decisiones es una de las principales ventajas de una compañía privada. Uno de los ejemplos más claros de este tipo de compañía es Twitter, que adquirió este status cuando fue comprada por Elon Musk. El empresario no debe rendirles cuentas a accionistas del mercado abierto, porque no existen.

En líneas generales, una empresa de capital abierto, por el contrario, cotiza en bolsa y está sujeta a regulaciones y normativas más estrictas que las privadas. Su valoración de mercado está ligada al valor de sus acciones. Además, opera bajo la atenta mirada (y de la aprobación) de los accionistas.

Imágenes: Humanloop

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