Qué esconde la tala de árboles en Bélgica para evitar el escondite de inmigrantes

Qué esconde la tala de árboles en Bélgica para evitar el escondite de inmigrantes
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Una peculiar noticia se ha viralizado en redes sociales españoles. Bélgica estaría talando árboles de sus bosques masivamente para eliminar la posibilidad de refugio de los inmigrantes que intentan pasar del país flamenco a Países Bajos o a Reino Unido.

¿Qué ha pasado? El medio La Libre distorsiona algunos de los hechos acaecidos en estos últimos meses en la localidad de Ranst. Los alrededores del aparcamiento de camiones de Groot-Bijgaarden, en la frontera entre dos conocidas rutas de acceso, ha sido durante años el lugar escogido por transmigrantes para acampar hasta poder colarse en los camiones y traspasar las fronteras. Primero fueron los sirios, ahora es cosa de somalíes y sudaneses, que según varios testigos ejecutan el movimiento con el apoyo de mafias holandesas. Hubo recientemente una trifulca entre decenas de agentes e inmigrantes (los primeros dicen que los africanos les atacaron, los segundos que los guardas no se identificaron, vestían de paisano y pensaron que se trataban de miembros de la mafia). Ante el revuelo mediático la agencia de tráfico dio orden de talar los árboles de los alrededores del parking para mejorar la visibilidad de la policía en encuentros sucesivos.

No es una deforestación masiva: no se han destruido hectáreas de árboles, no al menos motivado por la persecución activa de la inmigración. Sí se han podado arbustos en puntos calientes de Vorselaar, Jabbeke y Zelzate, pero sobre todo se han intensificado diversas medidas de vigilancia (vallas, postes de iluminación, videocámaras) en otros tantos estacionamientos del país. Eso sí, como han explicado organizaciones por los Derechos Humanos, la tala de árboles es una medida ineficaz y estúpida. A los alrededores del citado parking sólo pudieron captar a 25 migrantes. Es matar moscas a cañonazos.

Una ofensa ecologista: lo sorprendente del caso es que el foco de indignación de varios medios flamencos no es en un primer momento la opresión contra estas personas, sino el daño causado contra el medio ambiente. La noticia de los cortes de árboles en la E313 ha alarmado a la ciudadanía porque, por culpa de los retrasos en la ejecución de la tala, se ha perjudicado a la temporada de cría de aves. Los belgas son especialmente sensibles ante este tema porque se trata de la región europea con menos bosques de toda la unión, y su contaminación ambiental es extrema.

Bélgica contra la inmigración: en Bélgica, el resentimiento popular contra la inmigración azuzado por la crisis económica lo ha capitalizado el partido nacionalista flamenco N-VA, cuya lista fue la más votada en las pasadas elecciones. El rostro más emblemático del N-VA es Theo Francken, actual secretario de Estado de Asilo e Inmigración y azote de los migrantes. Sus discursos son tremendamente racistas. Utiliza el término “limpiar” para referirse a la expulsión de ilegales en el país y ha protagonizado noticias como el intentas que los inmigrantes muriesen ahogados, deportar a sudaneses a un país que sufre gravísimas acusaciones de abusos de derechos humanos o desafiar a la justicia europea negando la entrada a familias sirias a las que se les habían garantizado un visado humanitario.

Medidas inefectivas: pese a todo, muchos de estos actos antiinmigratorios son poco más que instrumentos publicitarios. Por ejemplo, hace poco de descubrió que, aunque la policía de West-Flemish había anunciado 800 arrestos en el último mes se trataba de las mismas 60 personas detenidas una y otra vez. Más peligrosa que su persecución activa es la pasividad estatal a la hora de ofrecer medidas de asilo, aunque vaya en contra de los reglamentos de la UE.

Árboles o personas: el sentimiento xenófobo sigue creciendo en el corazón de Europa y una polémica como esta, por la que se ven más protestas por la destrucción de árboles que por la persecución de sinpapeles, es una muestra clara. A todo esto, el número de afiliados al N-VA no para de crecer.

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