El Mar Menor es sorprendente por muchas razones. Por la riqueza de su ecosistema, por sus paisajes, por su historia y porque, pese a ser una albufera mediterránea, dispone de un estatus de persona… persona jurídica, entiéndase. Semejante condición está refrendada por la ley y recogida desde otoño de 2022 en el BOE, que reconoce a la laguna como un "sujeto de derechos". No abundan casos como el suyo. De hecho, en su día la albufera murciana se convirtió en el primer ecosistema de toda Europa en gozar de una personalidad jurídica propia.
Ahora ese logró acaba de recibir un nuevo aval.
Una laguna con personalidad. El 3 de octubre de 2022 fue una jornada importante en la crónica medioambiental de España. También en la política y legislativa. Ese día el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó la ley que reconoce personalidad jurídica a la laguna del Mar Menor y su cuenca, un texto surgido de una iniciativa legislativa popular (ILP), que salió adelante con un respaldo político aplastante y convirtió al paraje del sureste español en un caso excepcional.
Como celebraba Greenpeace por entonces, la laguna se transformaba así en el primer ecosistema de Europa con personalidad jurídica propia, "al igual que las personas y las empresas", recalcaba la organización ecologista. El País precisa que a día de hoy aún no hay ningún otro ecosistema con derechos propios en Europa y a nivel mundial se cuentan con los dedos de las manos: apenas media docena, como el río Atrato, en Colombia; o el río Whanganui, en Nueva Zelandia.
Un logro digno del "Nobel". De aquello hace ya más de año y medio, pero el logro fue lo suficientemente importante como para que tenga repercusión aún a día de hoy. Y no solo a nivel legal. Los responsables del Premio Medioambiental Goldman, el "Nobel del ecologismo", han decidido galardonar a la persona que en 2019 puso en marcha la maquinaria política y legislativa que acabó fructificando en la ley de septiembre de 2022: Teresa Vicente, abogada y profesora.
"Vicente lideró una campaña de base histórica para salvar del colapso el ecosistema del Mar Menor, la laguna de agua salada más grande de Europa, que resultó en la aprobación de una nueva ley en septiembre de 2022 que otorga a la laguna derechos legales únicos", recuerda el jurado de Goldman, que cada año reconoce a seis "activistas ambientales de base" por sus esfuerzos. Esta semana Vicente se trasladó a San Francisco (EEUU) para recoger el suyo. Es la segunda española en lograrlo. Antes que ella ya lo recibió, en 2003, Pedro Arrojo.
Una demostración de fuerza. Vicente y sus colaboradores pusieron en marcha su iniciativa en 2019, justo antes de la crisis sanitaria, y si salió adelante fue gracias en gran medida al enorme respaldo que logró en la calle: 639.826 firmas avalaron una iniciativa legislativa popular que acabó llegando al Congreso un texto que reconoce a la laguna mediterránea un estatus excepcional en Europa.
"Mis compañeros me decían 'Teresa, no llegamos' y yo decía, llegamos. El momento más difícil fue en 2021. En octubre necesitábamos 500.000 firmas y en agosto llevábamos 250.000", recuerda en una entrevista con elDiario.es.
"Un grito de muerte". Su propuesta acabó con un éxito arrollador. Y en parte, recuerda Vicente, porque el propio ecosistema lanzó "un grito de muerte". "Cuando surge el movimiento social en defensa de la laguna, en 2019, muchas personas se movieron por su emoción al ver con claridad que el Mar Menor de sus recuerdos ya no existía", relata a El País. Entre 2016 y 2021 la laguna dejó varios episodios que daban una idea meridiana de su delicadísimo estado de salud: muerte de praderas de algas y fauna marina, enormes cantidades de peces y crustáceos que aparecían flotando sin vida en el agua… Y el fenómeno más elocuente, la "sopa verde".
"El Mar Menor viene sufriendo episodios de eutrofización avanzada fruto del exceso de nutrientes —explicaba el Gobierno—, principalmente nitratos y fosfatos, procedentes de la agricultura intensiva y otras actividades humanas, los cuales llegan a la laguna a través de las cuencas vertientes del Campo de Cartagena".
A finales del verano de 2021 un grupo de buzos de Ecologistas en Acción se sumergieron en la laguna para analizar la concentración de algas unicelulares, nutridas por los altos contenidos de nitratos y fosfatos procedentes de la agroindustria, y constataron que la visibilidad en el agua era "casi nula".
Personalidad… ¿para qué? La Ley de 2022 reconoce con claridad su fin: "Otorgar personalidad jurídica al ecosistema lagunar del Mar Menor para poder dotarlo, como sujeto de derecho, de una carta de derechos propios". Quizás suene abstracto, pero las consecuencias prácticas se precisan a lo largo de la normativa. Por ejemplo, reconoce al Mar Meno una serie de derechos, como a la protección, la conservación y a "evolucionar naturalmente"; y delega la representación de la laguna en tres comités, con participación de científicos y ciudadanos.
"Cualquier persona física o jurídica está legitimada para la defensa del ecosistema del Mar Menor, y puede hacer valer los derechos y las prohibiciones de la ley […]. Dicha acción judicial se representará en nombre del ecosistema del Mar Menor como la verdadera parte interesada", concreta la ley. Prueba de sus efectos más allá del papel es que en septiembre de 2023 un juzgado de Cartagena que investigaba un caso de contaminación por residuos reconoció la personalidad jurídica de la laguna y llamó a participar en el proceso a su Comité de Representantes.
El futuro del Mar Menor. Que haya logrado ese blindaje legal no significa que el futuro del Mar Menor se haya despejado. Hace poco los investigadores del IEO alertaban de los primeros indicios de "extinción" de la nacra, un molusco bivalvo endémico del mar Mediterráneo, y Ecologistas en Acción ha alertado también de que el ecosistema permanece en un "estado permanente de precolapso" y avanza hacia un "punto de no retorno". A nivel política también se han dado intentos por reformar la Ley de Protección y Recuperación del Mar Menor. Hace solo unas semanas el PP, al frente del Gobierno regional, se abría a su modificación.
Imagen | Massimo_b. (Flickr) y Werner Wilmes (Flickr)
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