Yoga Book, análisis: una gran aproximación al ordenador del futuro

Yoga Book, análisis: una gran aproximación al ordenador del futuro

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Yoga Book, análisis: una gran aproximación al ordenador del futuro

Lenovo presentó en IFA su Yoga Book, uno de los dispositivos más interesantes del año. Con una idea que no es nueva, la propia Lenovo ya cuenta con tablet 2 en 1 o convertibles -según queráis llamarlo-, pero sí muy bien ejecutada y con algunos elementos muy característicos que llaman la atención.

¿Qué ofrece? ¿Cómo es la experiencia de uso en el día a día? ¿Es un producto con futuro o por el contrario tiene los días contados? Es pero que después de leer este análisis todas estas cuestiones queden resueltas. Como adelante os diré que personalmente le veo mucho potencial.

Por cierto, el Yoga Book cuenta con dos versiones: una con Windows 10 y otra con Android. Nuestra unidad de pruebas llega con Android pero de igual modo nos sirve para hacernos una idea de todo lo que puede ofrecer en ambas opciones.

Análisis en vídeo y características

Yoga Book comparte el mismo hardware tanto en su versión Windows 10 Pro como Android 6.0.1. Una hoja técnica interesante de cara al tipo de dispositivo que es y los usos a los que apunta.

Características Yoga Book
Procesador Intel Atom X5-z8850 a 2,4Ghz
RAM 4GB LPDDR3
Almacenamiento 64GB ampliables vía microSD (admite hasta 128GB)
Pantalla 10,1”
Resolución 1920x1200 (225 ppi)
Profundidad de color 16,7 millones
Gama de colores y brillo 70% y 400 Nits
Tecnología táctil Tecnología táctil capacitada AnyPen en pantalla, Tecnología táctil capacitiva y EMR Pen en superficie plana táctil
Cámaras Delantera de 2MP y trasera de 8MP
Conectividad Wifi ac, Bluetooth y LTE (ranura SIM)
Batería 8500 mAh (13 horas teóricas)
Dimensiones 256,6 x 170,8 x 9,6 mm
Peso 690 gr
Sistema operativo Android 6.0.1
Precio 499€ versión Android y 599 versión Windows 10
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En un dispositivo tan delgado y cuyo fin en poder llevarlo allá donde vayamos la elección de un procesador Intel Atom parece buena idea. En primer lugar porque permite instalar Windows 10, sistema que da mucho juego y más opciones a nivel productividad por el tipo de apps que permite -aunque algunas requieran más potencia de la que ofrece el Yoga Book-.

Por otro lado, junto con Android como sistema operativo, el Intel Atom es capaz de ofrecer unos consumos más reducidos de cara a una mayor autonomía. Todo ello sin olvidar que también tendremos menos necesidad de contar con un sistema de refrigeración más capaz.

De este modo, con dicho procesador, 4GB de RAM y 64GB de almacenamiento que se pueden ampliar vía microSD, el Yoga Book se presenta como un equipo interesante a nivel de especificaciones. Donde tampoco falta conectividad wifi, bluetooth y LTE gracias a su ranura SIM integrada.

Un diseño que se adapta a tus necesidades: tablet o portátil

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Con un cuerpo fabricado en aleación de magnesio y aluminio, el diseño de Yoga Book resulta elegante, ligero, compacto y de gran calidad. Cuando lo sujetas en manos aprecias el buen trabajo realizado a pesar de haber algunos puntos en los que podría mejorar. Aún así, con un grosor de sólo 9,6mm cuando está plegado, es un dispositivo que llama la atención por méritos propios gracias a dos elementos claves: la bisagra y la superficie plana táctil.

Haciendo uso de un sistema de bisagra que ya conocíamos por productos anteriores, como el Lenovo Yoga 900, podremos colocar la pantalla del Yoga Book en la posición exacta que queramos y también en diferentes posiciones. Las cuales son reconocidas y marcadas en pantalla a través de un icono: portátil, tablet, modo caseta y libro. Cada una de estas posiciones tiene su utilidad real en el día a día.

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El sistema de bisagra usado permite colocar el Yoga Book de diferentes modos de forma precisa

Junto a la bisagra el otro elemento que llama nuestra atención es la superficie plana táctil. Y lo hace por dos motivos, el primero porque sirve como tableta digitalizadora para el lápiz que incluye. Llegando a reconocer hasta 2048 niveles de presión. En segundo lugar, porque esa misma superficie es la que luego se transforma en el Halo Keyboard del que hablaremos con detalle luego.

Para finalizar, en los laterales apreciamos la salidas de los dos altavoces estéreos con tecnología Dolby, conector Micro USB para la carga y sincronización de datos, una salida mini HDMI, ranura para SIM y micro SD así como dos botones (encendido y control de volumen) más la salida de auriculares de 3,5mm.

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Por supuesto no es un producto perfecto, más allá de la posibilidad de haber optado por dos conectores USB C en lugar del microUSB y micro HDMI, lo que más acuso es que no haya una pequeña muesca en los bordes para facilitar su apertura. Vale, puede parecer una crítica menor pero me resultó incómodo de abrir en muchas ocasiones por ese pequeño detalle.

Por lo demás, lo cierto es que tanto en construcción como resto de apartados el Yoga Book se sitúa a un gran nivel. No sorprende pues Lenovo ya venía dando muestras de su potencial pero sí agrada. Pues este inusual diseño hacen que se convierta en una propuesta diferente, atractiva y especial. Tal vez para un nicho muy concreto ahora mismo pero con potencial de futuro.

Teclado o tableta digitalizadora, tú decides

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La superficie plana táctil que incorpora la Yoga Book es, sin duda alguna, el principal atractivo y razón de ser de este producto. Y lo es por dos motivos, según decidamos se podrá usar como teclado o como tableta digitalizadora.

Si nos fijamos bien, en dicha superficie están los dibujos de cada una de las teclas que conforman el teclado Halo. Una vez se activa ese se ilumina para que podamos trabajar con claridad y, sobre todo, acertar en las pulsaciones. Y listo, no hay ningún tipo de relieve ni nada que de más información de la ubicación de cada tecla. Se podría decir que es idéntico a usar uno en pantallas capacitadas pero hay pequeñas diferencias.

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El uso del teclado Halo requiere práctica para lograr escribir a buena velocidad y sin faltas ortográficas

La principal, además del tacto de la propia superficie, es que a otros teclados, el teclado Halo ofrece una respuesta háptica que ayuda a sentir cada pulsación. Este detalle facilita mucho la escritura, algo que junto al software optimizado ayuda a corregir posibles errores se agradece.

A pesar de ello, adaptarse y ser eficiente a la hora de escribir durante largos periodos o textos extensos no es sencillo. La curva de aprendizaje es grande pero a medida que se practica se mejora tanto en comodidad como velocidad.

Como detalle, esta superficie plana también ofrece en esta versión Android una superficie que funciona a modo de trackpad. En la de Windows el dibujo cambia para ofrecer los botones de click izquierdo y derecho. Con este trackpad podremos desplazar por pantalla un puntero con el que seleccionar elementos y usar el equipo como si de un portátil se tratase. Es cierto que Android, y en particular esta versión, no es lo más cómodo pero en el modo portátil puede ayudar bastante para evitar estar tocando la pantalla.

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La superficie plana táctil puede ser usada tanto a modo de teclado como tableta digitalizadora

Por otro lado, cuando hacemos uso del lápiz digital Real Pen la superficie plana cambia y se comporta como si de tableta digitalizadora Wacom se tratase. Así, gracias a la aplicación que incorpora Lenovo -aunque ellos dicen que se podrían usar otras- podremos tomar notas o realizar dibujos con muy buena precisión y hasta 2048 niveles de presión.

En mis pruebas lo cierto es que el reconocimiento ha sido bueno. Tanto en la escritura como en el dibujo los trazos se recogen de forma precisa. El problema es que por mucho que podamos afinar tampoco es una herramienta pensada para usuarios exigentes, como por ejemplo, dibujantes u otros artistas. Aún así, ir tomando notas o esbozando ideas resulta muy práctico.

Any Pen

Junto a la posibilidad de usar la superficie como tableta digitalizadora también está la tecnología AnyPen. Una vez activada en los ajustes podremos usar el stylus para dibujar directamente sobre la pantalla. Una función que está bien para dar soporte a aplicaciones como Autodesk SketchBook. La única pega es que, a pesar de ser preciso el trazo, hay cierto lag entre que deslizamos el lápiz y aparece la línea en pantalla. Aún así es un añadido interesante.

Y si todo esto no fuese suficiente, también podremos intercambiar su punta y colocar una de bolígrafo tradicional. Con ella, junto al uso de cualquier hoja fina de papel -ellos recomiendan usar su libreta, la cual se queda fija gracias a un sistema de imanes- tomar notas que se transferirán en tiempo real a la aplicación de Lenovo o de golpe tras finalizar y pulsar el botón de volumen.

Una pantalla perfecta para el consumo y creación de contenido

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Hablando de superficies tenemos la pantalla. Con un panel de 10,1 pulgadas y tecnología IPS la calidad de la misma está a un gran nivel. Gracia a su resolución de 1920 x 1200 píxeles obtenemos imágenes nítidas y con una buena representación de color, contraste, brillo, profundidad de negros y ángulos de visión.

Tanto en temas de visualización como a la hora de responder a nuestros gestos táctiles la pantalla ofrece todo lo que esperamos. Tal vez podamos encontrar pantallas con más resolución y también con mejor representación de color, etc. pero en el cómputo global la elección de Lenovo es acertada.

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A la hora de consumir contenido nos encontramos con un panel donde el texto que se visualiza al leer una web, un libro en formato digital o visualizar contenido multimedia como fotos o vídeos se visualiza con la suficiente nitidez para no apreciar el tamaño del pixel.

Cuando creamos contenido igual, con un escritorio de 1900x1200 píxeles hay espacio suficiente para trabajar cómodamente en aplicaciones de edición de textos, presentaciones o editores de imágenes. De todos modos, sí es cierto que la interfaz de Android en ocasiones ocupa demasiado espacio que podría ser aprovechado.

Ya uses el Yoga Book en modo tablet como portátil la experiencia con su panel es notable. Tal vez en exteriores sea cuando sufra un poco más pero tampoco es algo negativo. Ocurre con la gran mayoría de dispositivos así que nada nuevo.

Potencia de sobra para quien busca algo más que una simple tablet

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Con Android 6.0.1 y un procesador Intel Atom, además del resto de características, el Yoga Book ofrece potencia de sobra para quién simplemente quiere algo más que un tablet. Y es que puede llegar a suplir perfectamente a dispositivos como los Chromebooks o portátiles más económicos. Sólo hay que ver su rendimiento en test sintéticos.

Esos números de Geekbench, AnTuTu, etc. se traducen en un buen desempeño a la hora de utilizar prácticamente cualquier aplicación para Android. Editores de textos, fotografías, aplicaciones de dibujo entre otras se ejecutan sin problemas. No hay ningún tipo de ralentización y a la hora de realizar tareas como la aplicación de efectos todo va fluido.

Sólo en temas donde se exige mucha carga de GPU, como en juegos 3D más exigentes, podemos llegar a apreciar momentos puntuales en los que parece haber una pequeña caída de frames pero no es nada importante ni que penalice.

El rendimiento de Yoga Book es notable, sólo en juegos con alta carga gráfica se aprecian ligeras caídas de frames

Por supuesto hay que tener en cuenta que estamos frente a un dispositivo con Android. La misma configuración de hardware pero con Windows 10 es la que dudamos llegue a rendir tan bien. Lo hará pero habrá que ser conscientes que aún pudiendo instalar aplicaciones como Adobe Photoshop, Premiere o más juegos no podremos esperar el rendimiento de un portátil o PC más potente.

Un detalle, cuando exigimos potencia al dispositivo el calor que se genera no es para nada preocupante. Como en cualquier otro se aprecia una ligera subida de temperatura pero ni quema ni resulta molesto. Aún así, es en la parte del teclado Halo donde se aprecia más.

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Respecto a la experiencia de uso, Android como sistema ofrece posibilidades a la hora de ser usado como dispositivo móvil mucho mayores que Windows 10. En modo tablet o cuando queremos usar la pantalla táctil el sistema de Google y sus apps ofrecen interfaces mejor estructuradas.

La única pega es que la versión 6.0.1 carece de algunas características que ya hemos visto en Android 7 como el uso de pantalla dividida que vendría genial. Porque ahora mismo tener dos apps en pantalla sólo se puede con aquellas que soportan el modo multiventana, que no es otra cosa que recurrir a su interfaz de smartphone. En ese modo podremos colocarlas en cualquier parte de la pantalla o incluso fijarlas para que estén siempre por encima del resto.

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Si hablamos de su uso como portátil, sin haber podido probar la otra versión a fondo, sí creemos que Windows 10 da más opciones a nivel de apps productivas. Incluso el uso del lápiz se puede aprovechar bien gracias al soporte Windows Ink Workspace.

No obstante vuelvo a repetir, el único problema es que mientras el procesador Intel Atom ofrece potencia sobrada para la versión Android en Windows 10 Pro igual se quede algo corto. Habría que analizarlo pero por otros equipos con configuración simular me temo que será así. De modo que si pretendes usarlo más como portátil tendrás que tenerlo en cuenta.

Una batería muy capaz y unas cámaras del montón

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En temas de autonomía, con una batería de 8500 mAh, el Yoga Book ofrece 13 horas teóricas. En nuestras pruebas, haciendo un uso relativamente intenso, viendo mucho contenido multimedia, consultando webs, redactando textos y dibujando hemos llegado a unas 10 horas aproximadas que creemos no están nada mal.

En situaciones de uso cotidiano tenemos la certeza de que el producto de Lenovo aguantará bien el día de uso como dispositivo principal, sin que tengamos necesidad de conectarlo al cargador. Esto es importante pues con un producto pensado básicamente para usar en movilidad es vital.

Para que os hagáis una idea, la autonomía de este Yoga Book dobla a la que ofrece Surface Pro 4 -aunque hay que valorar la diferencia de hardware-. Si lo comparamos con un portátil tipo Slimbook Katana también mejora a pesar de ser una diferencia más pequeña, unas tres horas. Por último, frente al iPad Pro de 9,7 pulgadas se sitúa al mismo nivel, 10 horas de uso.

Con estos datos creo que queda claro que en batería el equipo de Lenovo es muy capaz. Claro que si no fuese suficiente también tenemos soporte para carga rápida. En una hora aproximada llegamos al 80% de la capacidad máxima. Lo que permite darle un empujón aquellos días en los que más lo necesitemos. Es cierto que igual no es la carga más rápida del mercado pero no son malas cifras si tenemos en cuenta la relación tiempo/capacidad.

Pasando a las cámaras, hay poco que contar pues no es un apartado por el que destaque el producto. Yoga Book cuenta con dos cámaras. La frontal, o usada para vídeo conferencias, tiene con un sensor de 2MP. La principal, situada en la esquina superior derecha de la superficie plana táctil, tiene un sensor de 8MP. Ambas cámaras, a pesar de su diferencia en resolución, ofrecen un rendimiento muy justito.

Son cámaras válidas para mantener una videollamada o tomar alguna foto puntual de un documento que quieras “escanear”, idea que quieras capturar o fotografía puntual para algún texto, etc. pero nada más. Es cierto que la frontal genera más ruido en situaciones de poca luz pero por lo demás van muy juntitas en rendimiento. De todos modos, como suele pasar en la mayoría de tabletas y convertibles, el apartado de cámaras no es una de las prioridades de estos productos.

La opinión de Xataka

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Yoga Book no un producto para todos pero sí muy atractivo para quien busca algo más que un tablet pero no necesita un portátil al uso

Yoga Book no es un dispositivo para todos. Al menos no lo vemos así pues si quieres usarlo principalmente como tablet no es tan ligero como gustaría. Y si quieres hacerlo como portátil le falta algo de potencia y, posiblemente, un teclado físico ya que Halo Keyboard para largas sesiones de escritura demanda demasiado aprendizaje y adaptación.

Con buena prestaciones, acabados, diseño y una experiencia de uso en general satisfactoria Yoga Book se presenta como una propuesta atractiva a un precio adecuado, 499 euros. Veremos cómo evoluciona de cara a futuras generaciones y, sobre todo, cómo implementan todo lo que vayan aprendiendo.

Aún así, esta propuesta de Lenovo es muy interesante de cara al futuro y para el presente de esos usuarios que puedan exprimir sus capacidades de escritura y dibujo a través del lápiz óptico. Hoy tal vez siga necesitando algo más pero, junto a propuestas como Surface Pro o incluso el iPad Pro, dibuja cómo podrán ser los dispositivos móviles que veamos en el futuro.

8.1

Diseño8,5
Pantalla8
Rendimiento8
Software7,5
Autonomía8,5

A favor

  • Diseño cuidado y funcional
  • Sistema de bisagra y sus múltiples posiciones
  • Teclado Halo
  • Superficie táctil y la escritura con lápiz
  • Precio
  • Batería

En contra

  • Android no aprovecha al máximo su lado portátil
  • Adaptarse a Halo Keyboard requiere tiempo y práctica
  • En modo tablet el peso es algo elevado

El equipo ha sido cedido para la prueba por parte de Lenovo. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas

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