Los coches de Tesla no son autónomos. Sé que muchos quieren creer que lo son, pero no es así. Son coches eléctricos que cuentan con un modo de piloto automático que funciona realmente bien, pero el grado de autonomía que confiere en la conducción es limitado. La confusión está ahí y ha hecho que muchos usuarios de Tesla pongan a prueba los límites de esa capacidad y por el camino confundan a millones de personas.
Los propios conductores de estos coches deberían saber mejor que nadie hasta dónde se puede (es más, "se debe") aprovechar esa capacidad, pero desde que apareció el modo de piloto automático han aparecido vídeos en los que propietarios irresponsables aparecían durmiendo, jugando a las damas o, como en el caso del reciente accidente mortal, viendo una película en lugar de hacer lo que tenían que estar haciendo: no utilizar su coche para algo para lo que (de momento) no fue concebido).
EL piloto automático de Tesla confunde
Hace más de un año que en Tesla comenzaron a trabajar en su piloto automático. La característica, que debutó en fase de pruebas a principios de 2015 y que lo hizo de forma oficial en octubre del mismo año desató reacciones lógicas pero peligrosas y confusas. Una cosa quedaba clara: no estábamos preparados para aquello.
De repente empezaron a utilizar esta opción de forma totalmente irresponsable. Presumir de conducir un Tesla sin manos en YouTube se ha convertido en una forma más de hacer vídeos virales que no solo ponen en juego la vida de los propietarios de estos coches, sino del resto de conductores.
El propio Elon Musk tuvo que poner freno a las expectativas de fans de la marca y a los propietarios de estos coches. Semanas después de la aparición de los primeros vídeos en Tesla actualizaron el software interno de estos coches para restringir el uso de esa opción y no permitirlo fuera de autovías y autopistas. Como se indica en las notas de la versión 7.1 del firmware, se permite el uso del piloto automático fuera de autovías y autopistas, pero en esos casos se limita la velocidad al máximo permitido en esas carreteras más 10 km/h (o 5 mph).
Eso no impide que Musk haya dejado claro que la opción de la conducción de sus vehículos con el piloto automático es una de las características prioritarias de cara al futuro: tendremos coches de Tesla cada vez más capaces en este sentido, pero al mismo tiempo sus responsables quieren dejar claras las limitaciones de esos modos. La confusión es inevitable, y lo que hace falta es que los conductores apliquen el sentido común en todos los casos.
Conductores irresponsables: haberlos haylos, con o sin Tesla
Así, hemos visto cómo los conductores de los Tesla demostraban que lo de conducir con el piloto automático les permitía jugar una partida de Jenga o de damas, pero había casos extremos en los que el conductor parecía dormir mientras el coche conducía en un atasco. La propia Tesla emitía un comunicado al respecto en el que trataba de aclarar una vez más para qué sirve este modo:
El piloto automático de los Tesla está diseñado para proporcionar una experiencia de conducción sin manos que permita a los conductores tener más confianza al volante, incrementar su seguridad en carretera y hacer que la conducción en autopista se disfrute más. El piloto automático es de lejos el sistema más avanzado de su clase en carretera, pero no convierte al Tesla en un vehículo autónomo y no permite que el conductor que renuncie a su responsabilidad. Desde el lanzamiento del piloto automático hemos educado continuamente a los clientes sobre el uso de esta característica, recordándoles que son responsables de estar siempre alerta y presentes cuando se use el piloto automático y deben estar preparados para retomar el control en todo momento.
En Tesla están tratando de afrontar el problema de una forma coherente: siguen presumiendo de tener una característica especialmente atractiva para los conductores, pero en todo momento dejan claro que esa opción debe ser utilizada con responsabilidad. La aclaración expuesta en ese mensaje no parece haber calado demasiado hondo en esta comunidad de usuarios, que puede que solo comiencen a reaccionar tras el accidente del pasado mes de mayo.
Queda mucho para que nos podamos dormir al volante
Algunos de los coches de Ford cuentan con el llamado Sistema de mantenimiento de carril, pero esta característica, similar a la que ofrece el piloto automático de los Tesla, obliga al conductor a mantener las manos sobre el volante:
Cuando el modo de asistencia esté activado y el sistema no detecte actividad en el volante por un corto espacio de tiempo, el sistema te avisará para poner tus manos sobre el volante. El sistema también podrá identificar un ligero agarre sobre el volante como una conducción sin manos.
Nuestros compañeros de MotorPasión lo dejaban claro hace unos días: los límites de la conducción autónoma son humanos. En el estado de California querían por ejemplo imponer la presencia de un conductor capaz de retomar el control del coche en caso de emergencia, así como la necesidad de sacarse una carné de conducir específico para coche autónomo.
Estas restrictivas medidas podrían extenderse -y adaptarse, por supuesto, aún es pronto- a todas las regiones en las que este tipo de vehículos vayan apareciendo en las carreteras. La idea tiene sentido: el "conductor" de esos vehículos, aunque no esté conduciendo en realidad, seguirá siendo responsable en caso de infracción o accidente. Este tipo de medida probablemente evitaría descuidos e imprudencias al volante de unos vehículos que parece que tarde o temprano dominarán nuestras carreteras.
No nos confundamos: de coche autónomo, de momento, nada
No hay coches autónomos. No al menos bajo la definición de la NHTSA de los Estados Unidos, el organismo que ya en mayo de 2013 emitía su clasificación de los distintos grados de autonomía que podíamos esperar en este tipo de vehículos:
- Sin autonomía (Nivel 0): el conductor está en control completo y absoluto de los controles principales del vehículo -freno, volante, aceleración y potencia- en todo momento.
- Autonomía en funciones específicas (Nivel 1): la automatización en este nivel incluye una o varias funciones de control específicas. Los ejemplos incluyen el control electrónico de la estabilidad o la precarga de los frenos, en los que el vehículo asiste de forma autónoma en el frenado para permitir que el conductor recupere el control del vehículo o frene más rápido que si lo hiciera él solo.
- Autonomía en funciones combinadas (Nivel 2): este nivel incluye la autonomía de al menos dos funciones de control principales diseñadas para trabajar al mismo tiempo para evitarle al conductor el control de esas funciones. Un ejemplo de funciones combinadas que habilitaran una autonomía de nivel 2 sería el control de velocidad de crucero en combinación con el centrado de carril.
- Conducción autónoma limitada (Nivel 3): los vehículos con este nivel de automatización permiten al conductor ceder el control completo de todas las funciones claves para la seguridad bajo ciertas condiciones de tráfico o medioambientales y que en esas condiciones se dependa en gran medida del vehículo para que este monitorice cambios en esas condiciones que requieran que el conductor vuelva a tomar el control. Aquí se espera que el conductor esté disponible para un control ocasional, pero con un tiempo de transición suficientemente confortable. El coche de Google es un ejemplo de esta conducción autónoma limitada.
- Conducción autónoma completa (Nivel 4): el vehículo se diseña para ofrecer todas las funciones críticas para la seguridad de la conducción y para monitorizar las condiciones de la carretera en un viaje completo. En este diseño se prevé que el conductor proporcionará el punto de destino o datos sobre la ruta, pero no se espera que esté disponible para controlar el vehículo en ningún momento durante el viaje. Esto incluye tanto vehículos ocupados como no ocupados.
La propia clasificación de este organismo deja claro que hoy por hoy los coches que más se acercan a ese futuro coche autónomo son los cohces de Google, y siguen estando en el nivel 3 de autonomía que demuestra que estos vehículos aún tienen margen de mejora. A principios de año la empresa reconocía que sus coches habían tenido 272 fallos y que en 13 situaciones el conductor tuvo que intervenir para corregir la marcha de estos coches autónomos.
Eso resulta revelador para un mercado en el que el resto de competidores parecen estar claramente por detrás de Google. Todos los grandes están trabajando en sistemas de este tipo, y muchos de ellos aprovechan para criticar o comparar sus opciones con la de fabricantes como Tesla que para los expertos está aún en un nivel 2 de autonomía según esa clasificación.
Lo que queda claro tras todo este debate es que los coches de Tesla están muy lejos de ser coches autónomos. Ahora son los conductores los que deben asumir la realidad y utilizar características como el piloto automático con mucha precaución. La responsabilidad sigue siendo nuestra, y seguirá siéndolo durante mucho tiempo, nos tememos.
En Xataka | No tan rápido, Elon Musk: Tesla todavía no tiene ganada la carrera por el coche autónomo
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