El revolucionario sistema de control de videojuegos Kinect para Xbox 360 funciona siempre y cuando no nos movamos del área de cobertura de sus cámaras y sensores pero ¿y si funcionara en cualquier punto de la casa y pudieramos controlar, con nuestros gestos, no sólo un videojuego sino los electrodomésticos de nuestro hogar?
Este planteamiento, que parece de ciencia ficción, es el objetivo de un equipo combinado de investigadores de Microsoft y la Universidad de Washington. Lo más interesante del proyecto es que no hace falta llenar nuestra casa de cámaras ni caros sensores. La base para su funcionamiento ya la tenemos instalada y son los miles de campos electromagnéticos que emiten los electrodomésticos, las redes eléctricas y las emisiones de radiofrecuencia que nos rodean.
Todos nosotros vivimos, literalmente, sumergidos en una ‘sopa’ invisible compuesta por miles de frecuencias electromagnéticas que se reflejan de forma distinta sobre nuestro cuerpo a medida que nos movemos o cambiamos de posición. El equipo de investigación de Microsoft Research ha logrado rastrear estas señales en sus distintas frecuencias y registrar sus cambios cuando realizamos distintos gestos o movimientos.
Un sensor, que podría instalarse en un teléfono móvil, un collar o un brazalete, sería el encargado de captar los cambios en estas frecuencias y asociarlos a una base de datos de movimientos para desencadenar distintas funciones en un sistema computerizado. De esta manera, bastaría que chasqueáramos los dedos para apagar o encender las luces, o pasar una mano por una pared para subir o bajar el termostato del aire acondicionado. Eso por no mencionar sus posibles aplicaciones para videojuegos si lo unimos a unas gafas que proyecten imagen, o a conceptos como la realidad aumentada. Se nos ponen los pelos como escarpias. Los campos electromagnéticos que hacen posible que funcione están en todas partes, así que podría usarse incluso en exteriores.
El sistema ha sido probado con éxito mediante un sensor unido a un portátil en una mochila pero aún carece de nombre y ni siquiera está patentado. Según Desney Tan, investigador jefe del proyecto, Microsoft aún no tiene claro cómo aplicarlo a la vida real, e incluso se plantea crear una plataforma de código abierto para que otros desarrolladores y fabricantes se impliquen en su evolución. No parece que vayamos a ver este ‘Kinect global’ próximamente, pero el proyecto es, sin duda, prometedor.
Vía | NewScientist
Más información | Microsoft Research
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