La gira mundial de Taylor Swift está a punto de recalar en España. Un espectáculo en vivo que ha batido récords en su versión cinematográfica y que ahora, en vivo, puede llegar a convocar a 60.000 personas en cada uno de los dos días que se celebrará en Madrid. Pero no todo el mundo está contento con lo que le ha tocado para asistir.
Contactos entre fans. Aunque las entradas para los conciertos en España de Taylor Swift, que se celebran los próximos días 29 y 30 de mayo en el Santiago Bernabeu, volaron en apenas unas horas, hay quien no se resiste a encontrar entrada por todos los medios posibles. Uno de los sistemas más habituales son redes sociales, donde desde cuentas de fans como @taylorswiftes_, que cuenta con casi 70.000 seguidores, se centralizan consejos para asistir con seguridad a los conciertos, y también las ofertas de fans que quieren conseguir entrada.
Se busca entrada (mejor). Y no solo eso: a través de estas redes sociales, quienes tienen ya entrada están organizándose para que la experiencia sea lo mejor posible. Por ejemplo, quienes llegan de fuera de Madrid o acuden solos buscan acompañantes para disfrutar juntos del concierto. Y más aún: hay quien tiene varias entradas pero no todas las personas que acuden juntas al evento se sientan juntas (en muchos casos debido al cambio de sitio sin avisar que llevó a cabo Ticketmaster) o al reparto arbitrario de lugares que a veces lleva a cabo la plataforma.
Al grupo. Esta vez, y dado que el cambio de asiento puede comportar el intercambio de datos, los fans están contactando por medios algo más seguros que las redes sociales: con servicios de mensajería. Es el caso de grupos de Whatsapp como 'Taylor Madrid 29/05', que actualmente cuenta con más de trescientos miembros (una cantidad reducida comparado con las 60.000 personas de aforo que tendrá cada uno de los conciertos). Telegram también cuenta con iniciativas similares.
Qué deparan los Excels. Desde ellos se puede acceder a documentos (que no enlazamos desde aquí porque incluyen números de teléfono y cuentas de redes) donde los swifties incluyen sus datos para poder reconocerse entre sí, o bien se señalan quienes buscan un cambio de sitio. Por ejemplo, hemos visto a quien ha pasado por una operación y necesita un asiento de grada para sentarse, o una chica que quiere cambiarse a la grada de un lado u otro para poder sentarse junto a su hermana, de quien está separada.
Todo por Taylor. Esta organización al margen de las reglas oficiales de los eventos no es extraña porque el sistema lo permite: aunque las entradas llevan el nombre de sus dueños, con el acceso al recinto no se chequea la identidad del propietario, lo que permitió también hacer cambios de este tipo en el reciente concierto de la artista en Lisboa. Todo con tal de estar en las mejores condiciones para el concierto más multitudinario del año.
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