El 28 de marzo saltó la noticia y el 1 de abril se puso en marcha. La subvención a la gasolina y el diésel era una medida desesperada para abaratar el precio de un producto que estaba alcanzando (y alcanzaría) máximos históricos en nuestro país.
Desde entonces, las grandes petroleras han estado en el punto de mira. Primero por criticar abiertamente al Gobierno, por su forma de gestionar la ayuda a los consumidores y por obligarles a abaratar en cinco céntimos, al menos, sus carburantes, y, posteriormente, porque los precios siguieron subiendo pese a todo.
Pero incluso antes de comenzar a aplicar la subvención, las grandes petroleras comenzaron una guerra de precios con amplios descuentos, mediante sus programas de fidelización, que confirmaron lo que todos sospechábamos: había margen para reducir los costes para el consumidor final. ¿Seguro? Ahora la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) estudia estas prácticas.
Expulsados del mercado
Ahora sabemos que los investigados son Repsol, Cepsa y BP, después de que estas mismas compañías lo confirmaran. El proceso se han llevado a cabo entre el 28 de noviembre y el 2 de diciembre, cuando la CNMC pidió documentación a estas empresas como respuesta a una denuncia presentadas¡ por dos asociaciones de operadores independientes.
Según estos los operadores denunciantes, los agresivos descuentos que estas compañías han realizado en los últimos meses estaban pactados y tenían como objetivo expulsarles del mercado, pues éstos no podrían afrontar los enormes descuentos que sí han ofrecido las grandes petroleras.
Desde las compañías señaladas se defienden, asegurando un portavoz de Repsol que sus prácticas "cumplen estrictamente con las normas de competencia”, según recogen en el diario Cinco Dias. En el mismo artículo, fuentes empresariales recalcan que "en un mercado liberalizado sólo está prohibido vender a pérdida".
Además, las estaciones de servicio independientes también denuncian que las grandes petroleras les venden el combustible más caro de lo que hacen a sus estaciones de servicio abanderadas. Las compañías se defiende alegando que esto no es cierto y que el precio del mismo depende exclusivamente de la duración de los contratos firmados. A más duración, dicen, menores costes.
A vueltas con la subvención y los descuentos
Como decíamos, no es la primera vez que las grandes petroleras centran la atención del Gobierno y de la CNMC. De hecho, ya en mayo algunas voces dentro del Ejecutivo planteaban que si la subvención no ayudaba a contener los precios, debía retirarse del mercado.
En aquellos días (mayo), la CNMC lanzó un mensaje de aviso a las compañías, asegurando que pondrían una especial atención a sus movimientos y avisaban de que controlaban los precios día a día. Finalmente, mientras que otros países de nuestro entorno investigaban a este tipo de compañía, nada confirmó que en España se estuviera haciendo lo propio.
Ahora, la noticia de una investigación a las prácticas de Repsol, Cepsa y BP salta cuando la subvención a la gasolina y el diésel está en el aire. Ésta terminará el 31 de diciembre si no se llega a ningún otro acuerdo y, de momento, se ha rumoreado la posibilidad de subvencionar exclusivamente a las rentas más bajas y a los transportista, pero no hay nada en firme sobre la mesa.
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