La decisión de no presentar su teléfono franquicia del año en el MWC nos hizo pensar a muchos que venían a la feria con perfil bajo, a cumplir expediente y poco más.
La realidad es casi justo la contraria: uno de los “stands” más potentes, publicidad y cartelería por todo el recinto (y por la ciudad) y una afluencia de público proporcional a su número de productos. Y es en ese punto, en el tamaño de portafolio de teléfonos y, sobre todo, de tablets, donde la estrategia de los coreanos empieza a provocarnos serias dudas a más de uno.
Si tuviésemos que hacer el ejercicio de recordar todos los tablets que tiene Samsung en el mercado, con sus correspondientes tamaños y versiones de sistema operativo, creo que hasta los que pasamos el día en Xataka tendríamos serios problemas.
En Samsung defienden que esta estrategia les permite ofrecer a cada usuario la opción que necesite, en lugar de elegir por ellos el fabricante. También, esto no lo dice Samsung, es una muestra de músculo, de mostrar capacidad de sacar muchos productos y asegurarse el dejar cubierto cualquier enfoque susceptible de tener aceptación en el mercado.
El caso Galaxy Note
Se podría decir que todo esto no es un problema, pero servidor plantearía el caso al revés: con un portafolio tan grande, en el que experimentas con muchos tipos de pantallas, ¿cómo consigues dar visibilidad a las opciones que tienen realmente más posibilidades en el mercado? Es algo que me sucede con el Galaxy Note 10.1. La versión anterior de Galaxy Note me dejó frío, a caballo entre el móvil y el tablet, resultaba al final un teléfono demasiado incómodo y a la vez un tablet pequeño a pesar de sus impresionantes características técnicas.
Galaxy Note 10.1 por el contrario me parece un dispositivo redondo, el tamaño perfecto para poder hacer “mockups” de diseño, dibujar, tomar notas… y con una pantalla y aplicaciones de tablet de buen nivel.
¿Cuál es el problema? Que el esfuerzo necesario para hacerlo destacar entre la cantidad de tablets del sector ya es de por sí importante, pero es que también necesita ser diferenciado como tablet Samsung pues supone una categoría diferente al resto de productos.
Samsung ante el reto de seguir líder de Android en 2012
Sobre su “teléfono del año” circulan muchos rumores en el MWC, aunque creo que casi todos barruntamos lo que podemos esperar del Galaxy S3. El estándar de la feria está en una gran pantalla por encima de las cuatro pulgadas, cuatro núcleos para mover Android Ice Cream Sandwich y mucha pelea por tener la mejor cámara.
HTC, Sony, Motorola, LG están en esa pomada, y poco a poco se van acercando ZTE y Huawei, que este año no están todavía ahí pero apuntan maneras para resultar bastante competitivos en 2013. Tampoco hay que olvidar la competencia en smartphones de entrada con Android, que es donde se mueve más volumen en el mercado.
En ambos lados Samsung tiene cartas para seguir liderando y ahí están Galaxy Ace 2 y Galaxy Mini 2, pero si algo está demostrando este MWC es que nadie se puede dormir en los laureles. A HTC le tocó pasar un año duro en 2011 y venían de estar arriba del todo en Android. Aquí sí que Samsung no debe dejar de pisar el acelerador, todos los ojos van a estar puestos en ese próximo Galaxy s3
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