Puede que para algunos de nosotros correr los 10 kilómetros de la San Silvestre (a trote cochinero y una vez al año, que no hace daño) ya sea una verdadera hazaña. Pero hay otras personas que personas para las que 10 kilómetros es el calentamiento y buscan retos mucho más atrevidos. Hoy os contamos algunas de sus historias, por si os animáis a superarlos.
500 maratones en 500 días
42,195 kilómetros es la distancia que se recorre a pie en el maratón. El récord del mundo lo ostenta ahora mismo el keniata Dennis Kimeto con un tiempo de 02:02:57 que consiguió el pasado año en Berlín. Un corredor amateur suele tardar en recorrer los 42 kilómetros que le separan de la meta entre tres horas y media y cuatro horas, consiguiendo un tiempo "normalito".
Pongamos que vas tranquilo y sin prisas y tardas cuatro horas en correr 42 kilómetros. Ahora pongamos que lo haces cada día durante casi un año y medio. Y ahora agreguemos que es algo que haces en tu tiempo libre cuando sales de trabajar; vamos, que no te dedicas en cuerpo y espíritu a ello. Da vértigo, ¿eh? Pues eso fue exactamente lo que hizo Ricardo Abad entre 2010 y 2012.
Cada día, antes o después de su trabajo en una fundición de Tafalla, de donde es originario, Abad se ponía las zapatillas y salía a correr durante unas cuatro horas. Logró compatibilizar trabajo, carrera y familia (está casado y tiene una hija), e incluso participó en las más importantes maratones españolas recorriendo las 50 capitales de provincia del país.
Este no fue el último reto de Ricardo Abad: en 2013 abad consiguió realizar 52 triatlón Ironman (3,8 kilómetros a nado, 180 kilómetros en bici y una maratón en cada uno) en 52 semanas de forma consecutiva. Otra reto de récord y, al igual que su hazaña de las maratones, también solidario.
El Camino de Santiago francés en 10 días
Desde entonces, Sanjuan ha encadenado un reto detrás de otro: desde la Maratón Des Sables, una de las más duras del mundo, hasta la Titan Desert, pasando por el Costa Challenge, que implica cruzar la jungla de Costa Rica corriendo.
Pero si hay un reto que nos gusta de Valentí es el que él mismo bautizó como "El camino de Sanjuan": cogió su bici y, desde la casa de su padre en Barcelona, se marchó pedaleando hasta Saint-Jean-Pied-de-Port. 600 kilómetros separan estas localidades, y Sanjuan los cubrió en solo tres días. Ya se encontraba en el lugar de inicio de su particular camino.
Desde Saint-Jean le esperaban 775 kilómetros de carrera para recorrer en 13 días (aproximadamente realizó unos 60 kilómetros diarios a la carrera) a lo que hay que sumar las inclemencias climáticas que sufrió, ya que realizó su aventura durante el mes de diciembre con la idea de llegar a Santiago el día de fin de año, conmemorando así los cinco años de la muerte de su madre como gran homenaje.
Y "El camino de Sanjuan" se convirtió en una realidad. Y nos regaló este precioso documental donde comparte con nosotros su viaje.
Ultra-Trail de Mont Blanc
Continuamos con las ultradistancias y, ya que hemos pasado por Saint-Jean-Pied-de-Port, nos quedamos en Francia con una de las pruebas reinas de esta modalidad: el Ultra Trail de Mont Blanc. Dejamos los senderos del Camino de Santiago para adentrarnos en la majestuosidad de los Alpes con la carrera de montaña más prestigiosa de Europa.
Vamos con las cifras: 168 kilómetros de montaña (recordamos que no es lo mismo una carrera urbana que correr por el monte) y 9.600 metros de desnivel positivo esperan a los 2.300 valientes que cada año tratan de dar la vuelta al Mont Blanc en menos de dos días, non-stop. Cae la noche y no hay paradas. Aquí no se duerme: aquí se corre.
Además, el Ultra-Trail de Mont Blanc es una carrera de semi-autosuficiencia: esto quiere decir que cada corredor debe poder abastecerse en cuestión de comida, bebida y ropa entre dos puntos de avituallamiento. En dichos puntos se podrán consumir alimentos y bebidas solamente in situ, y los bidones solo se podrán rellenar de agua.
Como no hay mejor forma de contarlo que habiendo estado allí, os traigo la experiencia de Miguel Ángel Burdalo, corredor en la edición de este año, y que consiguió un tiempo de 44:37:18. Este ex-futbolista reconvertido a runner y parte de los Drinking Runners consiguió ser finisher y entrar en meta con una inmensa sonrisa. Podéis seguir las crónicas de sus carreras en su blog.
El UTMB es el sueño de la mayoría de los que nos gusta correr por la montaña, tan solo estar en la línea de salida ya supone un gran reto, pues has de completar tres grandes ultras, y eso no te garantiza una plaza, también hay que resultar agraciado en el sorteo de dorsales. Qué momento cuando recibes ese mail comunicándote que has sido seleccionado, aunque rápidamente, la alegría inicial se transforma en vértigo, 170 kilómetros y 10000 metros de desnivel positivo esperan. Desde enero, ocho meses parecen pocos para preparar esta locura, múltiples dudas sobre cómo y cuánto entrenar y más cuando es la primera vez que te enfrentas a esa distancia y desnivel.
El día D llega y los nervios se apoderan de tu cuerpo, el momento de la salida es increíble, una multitud nos despide en Chamonix como héroes a la batalla, el Mont Blanc siempre a la vista, no puedes pensar todo lo que tienes por delante, solo en el siguiente avituallamiento. Entras en carrera y empieza lo serio, hay que seguir el plan, hidratación, no dejar de comer, vigilar los ritmos. Pasa la primera noche y ves el precipicio, inevitables las dudas, no sé si seré capaz. El calor del sábado pasa factura y todo se vuelve mucho más duro, luego llega la segunda noche, agónica, casi puede conmigo, 931 abandonos dan muestra de la dureza de la prueba. Es inevitable sentirse grande al llegar de nuevo a Chamonix después de 44 largas horas, no puedo describir con palabras lo que se siente, cumplir un sueño hace que todo lo sufrido haya merecido la pena.
Madrid-Segovia: 100 kilómetros en menos de 24 horas
Otra de las carreras de ultra distancia que más me gustan es la Madrid-Segovia porque en ella participan muchísimos corredores populares que no dudan en atarse los cordones para recorrer los 100 kilómetros que separan las dos ciudades en menos de 24 horas.
El 19 de septiembre se celebra ya la V edición de esta carrera, con salida en la Plaza de Castilla, puntuales a las 05:00 de la mañana para poder aprovechar el fresco de la madrugada. Pasando por Tres cantos, Colmenar Viejo, Manzanares El Real, Mataelpino, Navacerrada y Cercedilla, los runners llegarán hasta Segovia, donde podrán celebrar ser finishers de esta aventura bajo los ojos del acueducto romano.
Sí, es un reto más asequible que los que hemos contado anteriormente, pero aún así sigue siendo una gran hazaña. 100 kilómetros corriendo no es algo que se haga todos los días y requiere, al igual que las otras carreras, de una gran preparación mental y física. Una prueba de resistencia en la que quizás cuenta más la cabeza que las piernas. Un reto a superar para los corredores a los que se les quedan cortas las maratones.
Una vez más, no os lo voy a contar yo, sino uno de sus participantes: Luis Arribas es periodista y bloguero (podéis leerle en su blog Spanjaard y en webs como Correr y Fitness, El Mundo, 20 minutos y revistas especializadas como Runner's World, Planeta Running y Comida's Magazine. Además, ha publicado su obra Periferia Negra (la cual os recomiendo, dicho sea de paso). Os dejo sus palabras como parte integrante de la organización y como finisher de la Madrid-Segovia.
¿Qué me llevó a querer correrla? En realidad el proyecto previo era tan atractivo que me llevó a entrar en el equipo organizador en cuanto me lo ofrecieron. Trasladar un recorrido histórico a gente que ni se lo imaginaría. Lo más duro del reto es considerarlo precisamente como un reto. Ver que la moda runner se pueda comer algo natural. Y es que sí; hacer 100 kilómetros a pie es natural. Desde hace siglos se cruza la sierra de Guadarrama en ambos sentidos, bien por guerra, bien por desplazamientos cotidianos, transportando ganado o incluso peregrinando en dirección a Santiago de Compostela. Porque es un itinerario romano. ¡Hay un Camino que cruzaba desde Madrid! La Madrid-Segovia se prepara caminando mucho y fortaleciendo un poco más de lo normal. En carrera tienes un día entero. Puedes caminar y correr despacio. Es un formato más flexible que los terribles ritmos de las carreras populares en asfalto.
Lo mejor de la carrera es que se asimila desde el primer momento como una prueba amateur. Salvo los piques de cada uno con el cronómetro, el ambiente es de camaradería total. El único objetivo es remontar la montaña y llegar a la meta bajo el acueducto de Segovia. Todo lo demás son horas compartiendo kilómetros con otro igual que tú. Por mencionar lo que más me cuesta asimilar cada año, que tengamos que depender del calor al estar situada en mitad de septiembre. Mi ilusión es esperar cada año al invierno para recorrer esos caminos en mitad de una niebla gélida o con dos palmos de nieve. Pero uno es algo raro.
Cuatro ejemplos de hazañas de ultra distancia realizadas por personas que no son deportistas profesionales o, en el caso de Ricardo Abad, que lo ha compaginado con su trabajo, ajeno a este campo. Cuatro ejemplos de personas que han hecho posible lo improbable (porque ya no es imposible).
Más información | Web de Ricardo Abad, Facebook de Valentí Sanjuan, web del Ultra-Trail de Mont Blanc, web de la Madrid-Segovia
Imágenes y vídeos | iStock y canal de Youtube de Valentí Sanjuan
En Magnet | Soy runner y los que no corren no me pueden comprender