Teletrabajadores y empresas tienen un problema común para afrontar la vuelta a la oficina: el precio de la vivienda

  • El 47% de los empleados regresarían a la oficina si sus empresas ofrecieran algún tipo de beneficio en materia de vivienda

  • El 28% cambiaría de empleo, mientras que el 48% cambiaría de carrera profesional si una empresa les ofrece beneficios en vivienda

Vivienda
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Las políticas de vuelta a la oficina están levantando la alfombra de muchas cuestiones de fondo que hasta fecha parecían no estar conectadas. Primero fue la relación entre productividad y presencialidad. Después entró en juego el aspecto económico de las industrias paralelas a ocupación de las oficinas, como restaurantes, servicios de transporte, etc. Ahora, el gran obstáculo para volver a la oficina está siendo el alto precio de la vivienda cerca de las oficinas.

El teletrabajo permitió el acceso a viviendas asequibles. Cuando en 2020 se permitió a los empleados trabajar de forma remota y, en muchos casos se les prometió que ese modelo se mantendría en el tiempo, los empleados vieron luz la oportunidad de alejarse de las grandes ciudades y sus inaccesibles precios de las viviendas. En muchos casos, estos empleados se mudaron a varios cientos de kilómetros de sus oficinas buscando una vivienda que pudieran pagar.

Sin embargo, políticas de vuelta a la oficina como las que están aplicando Dell, IBMo SAP pone entre la espada y la pared a los empleados, que se cuestionan si realmente merece la pena volver a mudarse a una ciudad masificada a vivir en infraviviendas a precio de oro, o simplemente cambiar de empleo a otra empresa que sí permita el teletrabajo.

El problema no es volver, es tener una vivienda. Una encuesta realizada en enero de 2024 por la aseguradora JW Surety Bonds a más de 1.000 empleados y empleadores, muestra que el 47% de los empleados regresarían a la oficina si sus empresas ofrecieran algún tipo de beneficio en materia de vivienda.

El 69% de los encuestados afirman que la vivienda es su máxima preocupación cuando afrontan la vuelta a la oficina. Un 28% asegura estar dispuesto a cambiar de empleo, mientras que el 48% incluso cambiaría de carrera profesional si una empresa les ofrece esos beneficios habitacionales.

Vivir en la oficina. El teletrabajo impactó de forma directa en el sector inmobiliario comercial provocando que las oficinas se vaciaran o las empresas redujeran el espacio de sus oficinas, generando un agujero de deuda en sus inversores que llegó a estimarse en 1,2 billones de dólares. Datos del informe The Office Property Telescope 2023 elaborado por la consultora EY, indican que, en España, eso se tradujo en una tasa de desocupación de oficinas de entre el 10% y el 15%.

Esta caída hizo que los inversores inmobiliarios se replantearan el modelo y propusieran a las administraciones recalificar el espacio que antes se destinaba a oficinas para convertirlos en espacio de coliving. Es decir, un espacio donde los empleados dispongan de una solución de vivienda compartida cerca de las oficinas.

Madrid y Barcelona ya se han puesto manos a la obra. Según la encuesta de JW Surety Bonds el 44% de los empleados estarían dispuestos a vivir en este tipo de soluciones de coliving, en el que parte de sus compañeros de trabajo lo serían también de alojamiento.

Según el informe de EY, Madrid cuenta con 1,8 millones de metros cuadrados de superficie de oficina, lo cual podría revertir en 20.000 espacios para el coliving en esos edificios ya construidos. Por su parte, la ciudad condal pondría en el mercado unos 8.000 espacios destinados a vivienda, dando un balón de oxigeno a zonas con un mercado de vivienda muy tensionado.

El principal problema es el precio de la vivienda. La encuesta de la aseguradora JW Surety Bonds recoge que el 26% de los empleados estaría dispuesto a renunciar a entre 10 y 15 días de vacaciones por un plan de apoyo a la vivienda y 1 de cada 3 empleados elegiría un plan de apoyo a la vivienda de su empresa antes que un aumento salarial.

gráfica del incremento del precio del alquiler y de los salarios

Estos datos ponen de manifiesto que una de las grandes preocupaciones de los empleados no es el hecho de tener que mudarse, sino que es el desorbitado precio de la vivienda en las áreas cercanas a sus puestos de trabajo. Según datos del estudio realizado conjuntamente entre Fotocasa e Infojobs, en la última década el precio de la vivienda de alquiler se incrementó en un 51,4%, mientras que los salarios solo crecieron un 3.4%. Esto hace que los empleados no puedan asumir esa subida, algo que la llegada del teletrabajo había amortiguado ya que permitía a los empleados alejarse de las zonas de vivienda tensionada.

La España vaciada pide teletrabajar para equiparar oportunidades. El teletrabajo dio un hilo de esperanza a la recuperación demográfica de la España vaciada, equiparando las oportunidades laborales de las zonas despobladas con la ventaja de poder ofrecer viviendas a un precio más asequible para los empleados. Sin embargo, las políticas de vuelta a la oficina y el incremento del modelo de jornada híbrida están dando al traste con los planes de aquellos que se mudaron fuera de las grandes ciudades durante la pandemia.

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Imagen | Pexels (Mantas Sinkevičius, Pierre Miyamoto)

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