Deepfakes

Puede que no necesites un software especializado para saber si alguien está engañándote con un deepfake en una videollamada.

¿Te gusta Seinfeld? Pues le ha salido un serio competidor: la IA.

Los impostores estarían usando esta tecnología para acceder a datos confidenciales de las empresas que los seleccionan, según el FBI.

El deepfake nos gana la partida. Un grupo de investigadores acaba de constatar que, de entrada, no identificamos ni la mitad de las imágenes falsas. No solo eso. De media, también confiamos más en ellas que en rostros reales.

Los deepfakes son un problema creciente. Para plantarles cara un grupo de empresas, colideradas por adobe, ha lanzado un estándar que busca ofrecer garantías sobre el origen e historial de vídeos, imágenes o audios, por ejemplo.

Su rápido perfeccionamiento y abaratamiento la convierten en una herramienta cada vez más atractiva para los delincuentes.

Hasta ahora, esta tecnología se había usado malintencionadamente, sobre todo, contra particulares, como en fake news. Sin embargo, su creciente capacidad para suplantar a personas con éxito ha atraído la atención de los ciberdelincuentes.

Un enorme paso adelante para animar por ejemplo a presentadores y puedan narrar noticias a cualquier hora, o a actores que sean doblados en otros idiomas.

¿Barba demasiado perfecta? ¿Cabeza demasiado grande? ¿Actor o engendro digital?

Cualquiera puede convertirse en el protagonista de una campaña de los clientes de esta agencia.

La cocina también era de mentira (al menos durante ese fragmento).