La próxima serie de Harry Potter se va a convertir en uno de los proyectos más ambiciosos del futuro cercano de HBO. Apenas tenemos datos sobre ella, pero la idea de vertebrarla a través de la adaptación de un libro de JK Rowling en cada temporada da buena medida de la escala de este proyecto. Ahora solo tiene que enfrentarse al inevitable elefante en la habitación: la propia J.K. Rowling.
Un nuevo Harry Potter. Aunque ya en 2021 se hablaba de adaptar Harry Potter en una serie, no ha sido hasta el tremendo éxito de 'Hogwart's Legacy' que el proyecto ha empezado a tomar cuerpo. Aún no hay apenas un reparto definido (mucho menos el de los jóvenes magos protagonistas), y aunque en un principio se hablaba de una fecha de estreno tentativa en torno a 2025, las últimas declaraciones de HBO hablan de un aterrizaje de la serie ya para finales de 2026 o incluso 2027.
Problema: J.K. Rowling. HBO se enfrenta, sin embargo, a un elemento discordante en el recibimiento que aparenta ser unánimente positivo con este tema: la propia presencia de J.K. Rowling, autora de los libros originales, que desde junio de 2020 se ha posicionado públicamente como activista trans-excluyente, defendiendo que las mujeres trans son hombres y los hombres trans son mujeres. Se trata de una actitud que ha llevado al rechazo de nombres públicos muy conocidos en el pasado de la saga, como Daniel Radcliffe, Emma Watson, Rupert Grint y Eddie Redmayne.
La posición de Warner. La polémica desatada por las primeras declaraciones de Rowling (sobre todo, afirmando que solo las "personas que menstrúan" pueden considerarse mujeres, aunque ya había tenido peloteras previas en Twitter) fue de tal calibre que obligaron a Warner a posicionarse al respecto con un comunicado. Y esa posición se distanciaba de Rowling -sin mencionarla, aunque el objetivo estaba claro-, afirmando que "una cultura diversa e inclusiva nunca ha sido tan importante para nuestra compañía y en todo el mundo", y reafirmando la "posición de Warner sobre la inclusividad", que definían como "firmemente establecida".
La (nueva) posición de Warner. Sin embargo, Rowling sigue manteniendo derechos de autoría sobre Harry Potter y se ha implicado en el desarrollo de la nueva serie, hasta el punto de que Warner ha tenido que recular con respecto al comunicado oficial. Casey Bloys, responsable de HBO, afirma que Rowling ha estado "muy, muy implicada en el proceso de seleccionarun guionista y un director" para la serie, y que su posicionamiento anti-trans "no ha afectado al reparto o a la contratación de guionistas o equipo de producción". Y concluye: "J.K. Rowling tiene derecho a expresar sus puntos de vista personales".
La (misma) posición de Rowling. Mientras tanto, la autora se mantiene en un equilibrio entre la promoción de la serie (publicitando la búsqueda de un reparto para la serie, por ejemplo) y, mucho más a menudo, sus puntos de vista transfóbicos (Variety ha llegado a contar más de 200 tuits sobre el tema en los últimos dos meses). Sin duda, su posicionamiento, más radical que nunca, genera cierto desasosiego entre un importante sector de sus fans, que habían entendido sus libros como obras acerca de la aceptación del diferente, la humanidad y los más elementales derechos inclusivos y de concordia. Rowling no ha tenido problemas en desdecirse de parte de lo contado en los libros, así que sin duda tampoco tiene inconvenientes en que el mensaje de su obra y sus puntos de vista choquen frontalmente.
Un posible boicot. Desde el mismo anuncio de la serie, algunos grupos de fans están llamando al boicot. Estos llamamientos no suelen surtir demasiado efercto en franquicias con tanto seguimiento como 'Harry Potter', y el éxito de 'Hogwart's Legacy' es la mejor prueba. Aún así, las protestas prosiguen y las tanganas en redes sociales a causa de la autora, también. Está por ver si el control de daños de Warner es suficiente, o tienen que acentuar el lavado de imagen (y la búsqueda de actores con menos escrúpulos que el reparto original de las películas).
Imagen: CC de Daniel Ogren
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