Oficinas virtuales como videojuegos 2D: así buscan replicar la experiencia social del trabajo presencial en remoto

Oficinas virtuales como videojuegos 2D: así buscan replicar la experiencia social del trabajo presencial en remoto
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A primera vista parecen videojuegos retro en 2D o la interfaz de la red social Habbo, pero son oficinas virtuales. Plataformas para organizar el trabajo de equipos en remoto como Asana o Slack que han adoptado la estética y el funcionamiento de los juegos digitales para reproducir las dinámicas de los espacios de trabajo físicos y así mejorar la productividad.

En estas oficinas, cada empleado tiene un alter ego virtual que se puede mover por todos los escenarios creados por la empresa, interactuar con sus compañeros y trabajar sobre distintos documentos comunes con sólo acercarse a la mesa en la que están y clicar en ellos. Si quiere hablar con otro empleado, basta con que se aproxime a él para que se abra un cuadro de videollamada, y para trabajar en un proyecto se deberá desplazar a la habitación digital donde se esté desarrollando.

Los creadores de estas plataformas aseguran que, al reproducir de forma virtual las oficinas físicas, el cerebro vuelve a trabajar con dinámicas parecidas a las que estaba acostumbrado, organiza mejor sus tareas y aumenta su rendimiento, según recoge The Wall Street Journal. Además, señalan que también permiten que los trabajadores socialicen y colaboren de una forma más amena, lo que tiene un impacto positivo después de meses de chats y videollamadas.

Uno de los elementos clave en estas plataformas es la proximidad, ya que sólo los que están cerca del personaje que habla pueden escuchar lo que dice, y su voz se va silenciando conforme se aleja. Asimismo, sólo las personas que estén en una sala virtual o en una mesa podrán participar en la conversación que en ella se desarrolle. De esta forma, tratan de emular muchos de los aspectos fundamentales de la presencialidad.

Otra de las ventajas a las que aluden los creadores de estas oficinas virtuales es la de la organización del trabajo. Con estas plataformas, los empleados pueden crear salas específicas para cada proyecto y asociar a cada elemento de dicho proyecto un objeto dentro de ese cuarto virtual. De tal forma que el cerebro asocia espacio y elemento a documentos concretos y le es más fácil recordar dónde estaban.

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Aspecto de la oficina virtual de SpatialChat.
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Tendencia en auge

Aunque las oficinas virtuales de este tipo aún no tienen mucho recorrido en España, su popularidad en otros países va en aumento. Más de diez empresas ofrecen espacios de esta naturaleza, y varias de ellas presumen de cifras de envergadura y clientes de renombre.

SpatialChat, con sede en Chipre, asegura que tiene más de 100.000 usuarios de pago activos al mes de empresas como LinkedIn, Sega o McKinsey y universidades como Harvard o Yale. Esta compañía ofrece desde espacios de oficinas virtuales hasta salas salas de convenciones con capacidad para cientos personas y permite compartir imágenes y vídeos en tiempo real. También tiene espacios para organizar eventos sociales.

La estadounidense Remo, por su parte, informa de que cuenta con cientos de miles de clientes de compañías como Lufthansa, Spotify o IBM y que ha conseguido ingresos superiores a los 10 millones de dólares en apenas un año de vida. En este caso, se trata de una herramienta pensada específicamente para coordinar equipos y hacer reuniones, por lo que, de momento, no tiene tantas opciones como SpatialChat.

Teamflow, también norteamericana, acaba de conseguir 3,9 millones de dólares en una ronda de financiación. Su propuesta se caracteriza porque, en lugar de una fotografía o un personaje digital, sus usuarios son burbujas en las que aparecen en tiempo real a través de una videollamada permanente. La intención de esta compañía es que los empleados se vean unos a otros todo el tiempo, como ocurre en una oficina física.

En cuanto al diseño, la más llamativa es la californiana Gather, que ofrece la estética de videojuego retro y la posibilidad de crear oficinas con un alto grado de personalización. Algunos de sus clientes, según muestran en su web, han elegido tener un despacho en la Luna con vistas a la Tierra, mientras que otros han decidido ubicar su sala de reuniones en las mazmorras de un castillo.

Pero, en términos generales, todas ofrecen lo mismo: una oficina virtual en la que los personajes-empleados puedan acercarse a los demás, interactuar en un mismo espacio virtual y tener reuniones para reproducir las dinámicas de un entorno físico.

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