El futuro económico de Tesla pasa por la conducción autónoma. De momento todo son problemas

El futuro económico de Tesla pasa por la conducción autónoma. De momento todo son problemas
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Una vez más, Tesla está siendo investigada por la NHTSA (la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras de Estados Unidos, por sus siglas en inglés). Y una vez más, el Autopilot está en el punto de mira. Pese a las burlas de Elon Musk, las conclusiones de la agencia pueden ser claves en el futuro de la compañía.

La NHTSA. La agencia gubernamental dedicada al tráfico en Estados Unidos ha mostrado un interés creciente en los problemas que plantean los sistemas de conducción semiautónoma que están incorporando progresivamente los fabricantes. De hecho, ya ha avisado a los mismos de que deben tener cuidado con la publicidad que hacen de los mismos pues aseguran dar una imagen falseada de lo que pueden y no pueden hacer estos sistemas.

Desprecio. Una de las compañías que ha estado en el punto de mira ha sido Tesla, cuyo Autopilot ha provocado algunos accidentes en los que los conductores habrían cedido el control completo al vehículo. Algo que, de momento, no está respaldado por la propia compañía, que recuerda que las manos siempre deben estar sobre el volante.

Pese a las advertencias de la agencia, Elon Musk ha mostrado su descontento en reiteradas ocasiones sobre la misma e, incluso, ha mostrado su desprecio sobre las valoraciones de ésta a la que ha denominado como "fun police" (policía divertida).

En el límite. Lo cierto es que Tesla siempre ha jugado en el límite de la legalidad, ofreciendo un sistema Autopilot que carece de cámaras para controlar que el conductor mantenga las manos en el volante (el detector de fatiga será una de las ayudas ADAS obligatorias en Europa) e, incluso, ha optado por eliminar los radares y ahora todos los cálculos de distancia se realizan mediante cámaras, pese a que optar por este sistema se ha mostrado menos eficaz, especialmente por la noche.

Además, el mismo Musk ha reconocido que han podido desarrollar su sistema Autopilot en Estados Unidos porque allí la legislación es mucho más laxa que en Europa. Ante los primeros accidentes con el Autopilot activado, Tesla se limitó a recordar que los conductores debían mantener siempre las manos en el volante y la atención en la carretera, pero no parece haber tomado medidas para que el propio vehículo recuerde con mayor efusividad esto mismo a los conductores.

Valor diferencial. La conducción autónoma es, sin embargo, decisiva para que Tesla siga creciendo. Su sistema Autopilot es uno de los grandes valores diferenciadores de la marca. De hecho, para disfrutar de las últimas actualizaciones del mismo es necesario estar suscrito a una cuota mensual de 199 dólares, que aumenta en otros 99 dólares mensuales si quieres que ésta ofrezca un grado mayor de automatismos.

Esto mismo ha permitido a Tesla contar con que sus propios clientes hagan de beta testers. Personas que han contratado la suscripción, que reportan los fallos que se puedan producir y que, además, hagan publicidad en Internet, con todo un movimiento de probadores no profesionales que graban sus recorridos y analizan el comportamiento del vehículo en diferentes situaciones.

Clave. Las decisiones de la NHTSA y el buen avance del Autopilot será clave en el futuro de la compañía. Hay que recordar que en los últimos meses (noviembre y febrero), Tesla ha tenido que retirar dos actualizaciones del sistema, por errores reportados por sus conductores. Si el Autopilot pierde valor respecto a los servicios de la competencia, también los vehículos pierden parte de su atractivo, ahora que las marcas Premium y de lujo anuncian amplias autonomías para sus modelos topes de gama.

Financiación. Pero, además, que el Autopilot funcione correctamente no es sólo una cuestión de imagen ante los potenciales compradores. Ark Invest, empresa dedicada a la gestión de activos, apunta a que el valor de Tesla en bolsa se multiplicará por cuatro en los próximos años. Señalan que, en 2026, una acción de Tesla costará 4.600 dólares, por los poco más de 1.000 dólares que cotiza en estos momentos. Incluso apuntan a que la misma podría llegar a valer 5.800 dólares.

Para que estas predicciones se confirmen, señalan que un robotaxi autónomo de Tesla es clave, conformando más del 60% del valor de la compañía en el futuro. Un servicio autónomo al que Elon Musk ya apuntó durante el último gran evento de la compañía en Texas, en el que también se puso fecha al lanzamiento del Tesla Cybertruck.

Los resultados. 2020 fue el primer año en el que Tesla fue rentable. Pese a convertirse en líderes en la venta de coches eléctricos y a contar con las mayores autonomías disponibles por entonces, la compañía ha necesitado quemar ingentes cantidades de dinero hasta ver números negros en sus cuentas. Sin embargo, una buena parte de sus beneficios han estado relacionadas con asuntos que nada tienen que ver con los coches eléctricos, como la venta de Bitcoin.

Ahora, con otras marcas igualando sus capacidades técnicas, Tesla trata de abrir nuevas vías de negocio. Una de ellas es la apertura progresiva de sus supercargadores, pero parece que es la conducción autónoma la que mantiene fiel a los inversores y la que le permite tener valoraciones de mercado que multiplican por cuatro las de Toyota, un fabricante que pone en el mercado más de 10 millones de unidades.

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