Vladimir Putin convertido en merchandising: así vive Rusia el culto a su personalidad

Vladimir Putin convertido en merchandising: así vive Rusia el culto a su personalidad

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Vladimir Putin convertido en merchandising: así vive Rusia el culto a su personalidad

¿Quieres oler como el más puro de los eslavos, cabalgando a lomos de un oso por las montañas ariscas de los Urales, pescando con tus propias manos en los profundísimos ríos de Siberia? Ahora es posible gracias a Leaders Number One, edición Vladimir Putin, la primera fragancia inspirada en el presidente de Rusia. No nos lo inventamos: existe y su creador la defiende como una colonia texturada, firme pero suave. De momento, su éxito está por testar, pero experimentos a pie de calle le llevan la contraria.

Sólo en Rusia, allí donde la democracia ha derivado en una en un absoluto culto a la personalidad de la figura política más prominente del país más grande del mundo desde el fin de la Unión Soviética. La admiración por Putin se manifiesta más allá de su dominio total y absoluto del país, más allá incluso de su mirada simbólica sobre cualquier ayuntamiento menor del norte de Murmansk, como bien refleja Leviathan. El culto a su persona ya se ha insertado en el propio imaginario popular y colectivo de los rusos a través de camisetas, tazas, matrioskas y, ahora, fragancias para hombre.

¿Por qué? Al igual que en otros países donde, desde la democracia, figuras autoritarias están cooptando el marco liberal y de libertad de expresión (la Hungría de Orbán, la Turquía de Erdogan), Putin labra su poder en torno a su imagen personal, varonil, directa y eminentemente rusa. Su imagen es su prestigio, que es su poder, también en política internacional. Además, es posible que los rusos asocien a la figura de Putin la posibilidad de acceder a bienes de consumo, y una obvia cultura del consumo, impulsada desde los medios. Por todo ello, Putin resulta en lo siguiente:

Camisetas de Putin

Con un porcentaje de aprobación de más del 80%, es lógico que la cara de Putin haya tomado el objeto de márketing más icónico de siempre: la camiseta. Su figura no sólo es ubicua tanto en eBay como en Google (hágase con su camiseta de Crimea siendo tomada por Vlad por diez euros), sino también en las calles de Moscú. Adiós, camisetas de la CCCP o falsificaciones del Lokomotiv de Moscú, hola Vladimir Putin jugando al kárate (y ganando, claro) con Barack Obama.

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Las tienes de todos los modelos y tallas, hasta en máquinas expendedoras.

Son insuperables.

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Tazas de Putin

Si visitas Londres, vuelves a casa con una taza de la Union Jack. Si visitas París, con una que haga apología del amor con la torre Eiffel de fondo y el Sena iluminado como en todas tus películas románticas favoritas. Si visitas Nueva York, el puente de Brooklyn (o cualquier rascacielos) en blanco y negro. Y si visitas Moscú, pasas del Kremlin: directamente vas a por el hombre que de verdad lo parte en la Rusia contemporánea. Vladimir Putin: ni un sólo desayuno sin su cara mirándote.

Las hay más irónicas.

Y las hay de toda clase.

Por el mismo precio, llévese un chupito de Lavrov, su ministro de exteriores.

Fundas para el móvil de Putin

Que Vladimir te acompañe allí donde estés, además de en lo más profundo de tu corazón, es muy sencillo. Sólo tienes que comprar una de las muchas fundas para el móvil que se comercializan ya sea en las tiendas souvenir de Moscú o San Petersburgo o en los aeroupertos, justo al lado de las máquinas expendedoras de las Putin-camisetas. Referencias a Crimeas, idealizaciones de nuestro héroe, y hasta algunas de lujo, bañadas en pan de oro y con su efigie grabada. Maravillosas.

Relojes de Putin

¿Qué hora es? ¡Hora de invadir Crimea! Que no pase ni una sola hora en punto sin que tu mirada se dirija a la cara de Vladimir Putin. Tienes relojes de pared del líder ruso, además, en todo tipo de circunstancias. Ya sea mirando seductora y relajadamente a cámara o cubriendo sus gélidos ojos con unas intimidantes al mismo tiempo que cool gafas, el tiempo se mide ahora en Putin.

Si prefieres una almohada y un reloj con el retrato que George W. Bush hizo de él, aquí tienes.

Matrioskas de Putin

No podía faltar. Uno de los elementos decorativos más singulares y memorables de la cultura rusa también ha sido colonizado por la figura de Vladirmir Putin. Dado que son conjuntos de muñecas, unas más pequeñas que otras que se van introduciendo en las más grandes, es habitual ver a Vlada acompañado de sus ministros o de otras figuras internacionales o de la historia rusa.

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Cualquier cosa de Putin

Qué mejor modo de entender el fenómeno que acudiendo a la colección de fotografías tomadas en Rusia por Stefan Wermuth para Reuters. Se puede ver completa aquí, e incluye hasta platos decorativos. No aparece la fragancia recién sacada a la venta, pero no creemos que tarde en hacerlo. Al fin y al cabo, Putin no es sólo un icono pop para la red, sino para sus propios votantes.

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