¿Por qué debería importarnos más la crisis bursátil de China que la económica de Grecia?

¿Por qué debería importarnos más la crisis bursátil de China que la económica de Grecia?

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¿Por qué debería importarnos más la crisis bursátil de China que la económica de Grecia?

Ha salido en las noticias, en los informativos, en la radio... pero casi siempre de pasada. La bolsa China está cayendo con fuerza. Y aunque no se le está dando mucha importancia, principalmente porque todo empezó simultáneamente a la crisis griega en la que estábamos focalizados, deberíamos prestarle atención.

Han pasado ya unas semanas y el problema sigue ahí. La bolsa china ha pegado un buen petardazo y las causas son múltiples, los problemas que origina son variados e importantes y las soluciones complicadas. Y sí, debería importarnos porque nos puede afectar.

¿Debería importarnos lo que dice la bolsa?

La bolsa es un buen termómetro de la situación económica. Ante una caída brusca se anticipa una crisis económica grave. Las empresas no ganarán tanto dinero y, por ello, no valen tanto, sus valores en bolsa caen. Hay quien dice que no hay que mirar tanto a las bolsas, pero no estoy de acuerdo.

Pongamos por ejemplo en caso español, el IBEX35, el índice de referencia de la bolsa española. En noviembre de 2007 llegó a los 15.945 puntos. En julio de 2009 había caído un 62% hasta los 5.956 puntos. ¿Y qué pasó en ese periodo? Una crisis económica y destrucción de empleo brutal que lo notó todo el país. Así que mirar las bolsas da pistas de lo que puede pasar. Por cierto, hoy el IBEX35 está en 11.233 puntos, una subida del 88% desde el mínimo de 2009 pero todavía un 29% por debajo del máximo de 2007.

Otra consecuencia que tienen las caídas de las bolsas es la pérdida de ahorros. Dependiendo de quién tenga el dinero metido ahí puede ser más o menos grave. Si una parte importante de la población general tiene su dinero invertido puede ser muy peligroso. Si además la jubilación de mucha gente depende de sus ahorros invertidos en planes de pensiones que a su vez se invierten en bolsa la cosa también es preocupante.

Así que las crisis bursátiles deben preocuparnos, en general. Otra cosa es si China nos pilla muy lejos y si su crisis bursátil es realmente importante para ellos (y para nosotros).

¿Y qué ha pasado en China?

El 12 de junio de este año el índice principal de China, el Shanghai Composite, tocaba los 5.166 puntos. El 8 de julio llegaba a los 3.507 puntos; hablamos de una caída de un 32% en menos de un mes. Es decir, que concretamente desaparecieron en un mes 3 billones de dólares (sí, no me estoy equivocando, billones, no mil millones).

¿Por qué tuvo lugar la caída? El principal motivo es que había una burbuja descomunal. La bolsa de Shanghai antes de la caída había subido un 150% en el último año. Y había otro indicador claro de que estábamos ante una burbuja, no solo una subida espectacular en pleno estancamiento de las cifras de crecimiento: la disparidad de precio entre las acciones A y H.

¿Acciones A y H?

China sigue siendo un país cerrado para los extranjeros. Por ejemplo, los foráneos no pueden comprar acciones en el mercado de Shanghai, únicamente en Hong Kong. Las empresas normalmente cotizan en ambos mercados, los nacionales compran en Shanghai (acciones A) y los extranjeros en Hong Kong (acciones H).

Después de un año de subidas había una diferencia de precio entre ambos mercados. En Shanghai las acciones se valoraban un 30% más que en Hong Kong. Estas disparidades en la cotización se acaban corrigiendo en un sentido u en otro. De hecho es bastante habitual que empresas importantes tengan sus acciones cotizadas en varios mercados pero los precios son muy parecidos, se hace únicamente para facilitar la compra de acciones (por ejemplo Telefónica cotiza en España y en EEUU).

¿Qué provocó la diferencia de precios en acciones de una misma empresa?

Que haya un gap de un 30% indica que algo va mal. De hecho en abril el gobierno chino relajó las reestricciones y permitió que los fondos domésticos pudieran comprar acciones en Hong Kong, con la esperanza de que el gap se cerrara al alza. Pero el problema venía en el otro sentido, no era que las acciones para extranjeros estuvieran infravaloradas sino que las nacionales estaban sobrevaloradas.

La burbuja se produjo por los nuevos llegados al mercado. En el último año se han creado 18 millones de nuevas cuentas de inversión en bolsa, más de las que ya existían. De hecho el 67% de los nuevos inversores no tenían ni siquiera educación secundaria. Además muchas de las operaciones se hacían a crédito, usando incluso la vivienda como garantía. Y todo esto invirtiendo desde el móvil, sin ningún tipo de barreras. Los ingredientes para una gran burbuja.

¿Cómo ha sido la reacción del Gobierno Chino?

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El día 6 de julio el Gobierno Chino decidió tomar medidas encaminadas a parar la sangría: bajada de tipos de interés, paralización de nuevas salidas a bolsa, prohibición de venta de acciones a los directivos o grandes propietarios de las mismas, prohibición de ventas en corto, suspensión de cotización de algunas acciones y creación de un fondo de estabilización para comprar acciones. La última medida es realmente la que puede parar todo esto, pero el fondo tiene 19.300 millones de dólares, insuficiente para la evaporación de 3 billones que ha habido en el último mes.

Desde que se tomaron las medidas la cosa se calmó e incluso la bolsa llegó a subir hasta los 4123 puntos (15%) desde los mínimos, pero de nuevo el lunes 27 se volvieron a registrar bajadas importantes (8%).

Realmente para evitar más caídas de la bolsa la única opción que tiene el Gobierno chino es poner más dinero encima de la mesa y comprar acciones masivamente para evitar que los pequeños ahorradores pierdan sus ahorros y sus casas e impaguen sus créditos. Eso o rescatar a los minoristas y dejar que las empresas se hundan, cosa que debería pasar porque las accciones están sobrevaloradas: en el índice de Shanghai el indicador precio a ganancias está en 70 a 1, cuando la media mundial está por debajo de 20 a 1.

¿Cuáles pueden ser las consecuencias?

Sea esta caída un indicador de una crisis en China o simplemente una explosión de una burbuja que afectará a millones de minoristas las consecuencias nos van a salpicar a todos. Esto es como cuando un pequeño evento en el verano de 2007 (BNP Paribas suspendió la cotización de unos fondos) dio origen a la crisis en la que estamos inmersos.

China no es sólo el gran productor mundial. También es un gran consumidor, un gran importador. Millones de empresas de todo el mundo viven de exportar sus productos a China. Un par de ejemplos importantes son Apple y Volkswagen. ¿Qué pasaría si de repente la economía china se parara y dejaran de importar bienes manufacturados en occidente? Actualmente China importa cada año 1,1 billones de dólares, principalmente de Japón, Corea del Sur, EEUU y Alemania.

La crisis China nos afectará, sin lugar a dudas, ya sea de forma directa (nuestras exportaciones) o indirecta (por ejemplo nuestras exportaciones a países que exportan mucho a China). Así que debemos seguir prestando atención a lo que sucede por allí. Porque al ser un país tan grande (no sólo en extensión y población, sino económicamente) cualquier problema que tengan, por pequeño que sea, nos puede afectar brutalmente en occidente.

Imagen | Luis LuCheng, MikeBehnken

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