Antes de Internet, consumir pornografía era difícil si eras jov... No, no lo era. Sólo en el trayecto entre mi casa y mi insituto había 12 kioscos, cada uno de ellos con una pared entera dedicada a mostrar portadas de revistas subidas de tono. Y mejor no hablemos del vídeo VHS o Canal+. Si acaso, había menos cantidad. Y hacía falta dinero para conseguirla.
Pero tenemos la idea de que como Internet está llena de porno duro y que los chavales de ahora son todos nativos digitales. Así que la pregunta es si está masificación del porno, de su producción y consumo, ha modificado los hábitos sexuales de nuestros adolescentes.
Sí, los adolescentes ven porno en Internet...
El primer problema con el que nos encontramos es que no es fácil saberlo. No es sencillo medir la cantidad de porno que hay en Internet, y menos aún su acceso por menores de edad, debido al tabú del sexo. Depende de organismos externos elaborar estudios.
Como el del consorcio Eu.net.adb, dedicado a buscar actividades de riesgo en Internet entre la juventud europea. España está representada por Protégeles, una ONG que, junto a representantes de otros seis países europeos (Islandia, Grecia, Holanda, Rumania, Polonia y Alemania) llevó a cabo la primera Investigación sobre Conductas Adictivas a Internet entre los Adolescentes Europeos. 13.284 cuestionarios elaborados hace tres años a jóvenes entre 14 y 17 años que indicaban que el 58,8% de los participantes habían estado expuestos a imágenes de contenido sexual.
...Pero no dejan de ser vírgenes antes
Puede que el consumo de pornografía modifique hábitos sexuales, pero desde luego no ha cambiado la edad de inicio sexual. El INJUVE lleva a cabo cada cuatro años el Informe sobre la Juventud en España, el último de ellos en 2012. Se basa en una muestra de 5.000 jóvenes entre los 15 y los 29 años que no ha arrojado variaciones significativas en la edad de inicio sexual. La media está en los 17 años, aunque sí ha aumentado el número de los que tienen algún tipo de contacto sexual (la encuesta no cubre sólo el coito) antes de los 15 años.
Aunque la edad media de la primera relación sexual no ha variado apenas en este período, y se sitúa en el entorno de los 17 años, sí que se observa un ligero descenso desde 2004. En términos porcentuales el porcentaje de jóvenes que han tenido su primera relación sexual antes de los 15 años ha pasado del 5% en 2004 al 12% en 2012
Lo que sí han aparecido son nuevas conductas de riesgo, como el sexting. El intercambio entre adolescentes de imágenes o vídeos eróticos autoproducidos es uno de los mayores riesgos. No por la conducta en sí, que es legal, y se calcula que en nuestro país alcanza al 8% de los adolescentes, sino por el auge del "revenge porn". La práctica de redifundir material íntimo sin el consentimiento de los afectados, tipificada como delito en nuestro ordenamiento jurídico a partir del miércoles.
No hay nada más: porno vs mundo real
El mayor debate sobre la pornografía no está en su existencia, ni en su ubicuidad: el cálculo más preciso hasta la fecha indica que el 4% de Internet es porno duro, así como el 14% de las búsquedas que se realizan.
No, el debate está -como recalcaba la actriz porno Amarna Miller en la entrevista que nos concedió- en "que no hay nada más". La educación sexual en nuestro país es prácticamente inexistente y, como señalan varios expertos, conduce a que los adolescentes busquen información en el único sitio que les ofrece respuestas: Internet.
"Informaciones" que no se corresponden con la realidad. Los adolescentes crecen sin ningún tipo de contrapeso a la pornografía y asumen ciertas prácticas propias de la ficción pornográfica como deseables en el mundo real. Eso es lo que piensa Cindy Gallop, autora de Make Love, Not Porn, una web para adolescentes en la que se explican mitos del porno duro y por qué las cosas no son así en el mundo real. Gallop dio una estupenda introducción en una charla TED en 2009, en la que dejaba claro que es la sociedad la que no está a la altura de los chavales.
Vivimos en una sociedad puritana con un doble rasero donde la gente cree que las campañas para la abstención sexual adolescente de verdad funcionan; donde los padres están demasiado avergonzados para mantener conversaciones con sus hijos sobre sexo; y donde las instituciones educativas están aterradas de ser políticamente incorrectas si recogen el testigo de esas conversaciones. No es sorprendente que el porno duro se haya convertido de facto en la educación sexual.
El mundo del porno: va todo sobre posturas y follar para la cámara. Lo que significa que a menudo las únicas partes humanas que se tocan entre sí son los genitales. El mundo real: una de las mejores es el puro contacto de la piel contra la piel. Es genial follar abrazado a otra persona con los cuerpos apretados. Pero apenas vas a verlo en el porno, porque se entromete con la cámara, que tiene que filmar lo que está pasando en el punto de entrada.
La imposición sexual
El mayor problema actual en la sexualidad adolescente -que no podemos achacar al porno, pero tampoco negar su influencia- está en la imposición de conductas sexuales, casi siempre del hombre hacia la mujer.
Otra encuesta sexual entre varios países europeos (Inglaterra, Italia, Noruega, Chipre y Bulgaria) arrojaba datos escalofriantes: el 40% de las chicas inglesas declaraba haber sufrido coacciones para practicar conductas sexuales.
Y una de las autoras del estudio, la investigadora Christine Barter de la Universidad de Bristol, afirmaba a The Guardian que ese problema se veía agravado por "la falta de apoyo".
“Los descubrimientos de nuestra investigación demuestran que la violencia y el abuso -tanto offline como online- en las relaciones de los jóvenes europeos constituye un gran problema. Y, sin embargo, aún no se valora en la mayor parte de los países, dejando a los jóvenes con escaso apoyo o servicios adecuados”
