Cuando parecía que llegaba (de nuevo) la estabilidad y el buen tiempo, a España le impactó de frente un tren de borrascas que, desde el jueves, viene provocando un drástico cambio de tiempo. Según AEMET, la situación irá in crescendo poco a poco hasta el sábado cuando las lluvias lleguen a toda la península.
Así que la pregunta, para todos los que llevamos casi 10 años viendo cómo la sequía desbarata a dentelladas nuestro equilibrio hidrológico, es ¿qué está pasando aquí?
Está pasando que... Gracias a los bloqueos en latitudes altas de las que hablábamos hace unos días, el suroeste europeo es el foco de toda la actividad de borrascas, lluvia, viento y nieve de estos días. Más aún, hasta donde sabemos, lo seguirá siendo durante toda la primera mitad de este mes de marzo.
¿Bloqueo? ¿Qué bloqueo? Ya a finales de febrero, los análisis probabilísticos sobre la circulación atmosférica del mes de marzo otorgaban muchísima robustez a un conjunto de regímenes de circulación que tenían una cosa en común: un enorme anticiclón de bloqueo se iba a instalar en algún punto entre Groelandia y el Norte de Europa.
Eso era una excelente noticia: como explica el meteorólogo González Alemán, "ese tipo de bloqueos (asociado a una NAO-) es el que más favorece para la continua llegada de borrascas atlánticas que tanto beneficiaría a las regiones orientadas al Atlántico". Es decir, a nosotros.
Y se hizo realidad. Lo que estamos viendo es cómo ese fenómeno (con las variaciones propias de una predicción a tanto tiempo) se está haciendo realidad: un tren de borrascas atlánticas está atravesando España.
AEMET ya ha dado avisos por bajas temperaturas en Navarra y Aragón (donde se alcanzarán los -6ºC ), pero ese es solo el extremo de un bajada de temperaturas mucho más general. Se estima que las temperaturas medias del centro y el norte del país serán entre 3 y 5º por debajo de la media. Algo que, recordemos, no está siendo precisamente normal.
La tormenta realmente profunda. Pero hasta el sábado, el mal tiempo será solo un pasatiempo. Ese día, una tormenta ("mucho más profunda", según AEMET) empezará a barrer la península de oeste a este. Aún no está claro si se le pondrá nombre (Mónica) y será la número 13 de la temporada, pero que traerá lluvia, nieve y frío lo damos por descontado.
¿Qué significa todo esto? Que vamos por el buen camino. Hace unos días, Ignacio Silva, el presidente de la mayor compañía de aceite de oliva del mundo y que comercializa marcas como Carbonell o Bertolli, decía que había visto "las cifras hasta febrero y si marzo se mantiene y no nos fastidia un calor extremo durante la floración, tenemos las condiciones para que los agricultores empiecen a bajar precios después del verano".
Ese "marzo se mantiene" significa, básicamente, que las previsiones de los modelos estacionales acierten y, finalmente, este mes sea bastante más húmedo de lo normal. Y, en caso de que eso ocurriera, la situación sería compleja, pero en general buena, buenísima para todos. Así que solo queda cruzar los dedos y esperar, de nuevo, otro golpe de suerte.
Imagen | Tropical Tidbits
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