En marzo de 2022, España vivió un episodio histórico de calima. Los cielos de Granada, Almería y Murcia se tiñeron de naranja, el aire se volvió irrespirable y edificios, calles y vehículos se cubrieron de un polvo denso y colorido.
Aquellas imágenes marcianas que abrieron los telediarios de media Europa eran algo más: una oportunidad de oro para entender el polvo en suspensión que recorre el mundo.
Al sur, hay un monstruo de arena y queremos saber más de él. Sobre todo, porque el Sahara es el responsable del 70% de todo el polvo en suspensión del mundo. Entender cómo funciona todo lo que envuelve sus dinámicas es interesantísimo por sus efectos a nivel global; pero, habitualmente, las cantidades que podemos estudiar son muy pequeñas.
Lo hemos hecho, claro. En julio de 2023, por ejemplo, un equipo de investigadores franceses publicó en Earth System Science Data un estudio en el que confirmó que ese polvo contiene partículas de elementos radiactivos, como el cesio o el berilio. De hecho, según su hipótesis, parte de esos compuestos podrían venir de los ensayos nucleares que realizó Francia en el desierto en los 60.
Mirándolo más de cerca. Ahora un equipo internacional de investigadores ha examinado diversas muestras de la calima de 2022 para encontrar más datos con los que reconstruir la vida íntima de esos isótopos. Y ahí, efectivamente, han encontrado cesio-137.
El improbable viaje de un partícula radiactiva. O no tan improbable, la verdad. El cesio-137 es un subproducto de las explosiones nucleares. Todo parece indicar, según los investigadores, que las tormentas de 2022 levantaron partículas de zonas desérticas donde el cesio había llegado por muchas causas (como los ensayos norteamericanos de Nevada), pero sobre todo por los ensayos franceses.
¿Y eso? ¿Cómo es posible? Bueno, solo entre 1945 y 1980 hubo más de 500 ensayos nucleares atmosféricos que liberaron una enorme cantidad de partículas. Las dinámicas meteorológicas de los vientos estratosféricos hicieron el resto.
De la misma forma que hay algunas zonas del océano que concentran los residuos que mueven las corrientes submarinas, hay algunas zonas del planeta que se convierten en improvisados vertederos de partículas. Ese es el caso del Sahara.
Lo que hizo la calima de 2022 fue remover muchas de esas partículas.
¿Deberíamos preocuparnos? Como ya hemos dicho, de ninguna manera. Siempre que aparece la palabra "radioactivo", la tendencia es a preocuparnos. Pero hay que ser claros: los niveles detectados en el polvo de la calima no suponen ningún riesgo para la salud. Ninguno. La calima puede ocasionar muchos problemas de salud, pero la radioactividad no está ni entre los 10 más preocupantes.
De hecho, la radiación 'natural' del suelo en España es mayor de la que viene con el polvo en suspensión.
¿Y por qué es interesante? Por lo que decía al principio: los isótopos, al tener una vida media concreta, nos permiten elaborar un mapa temporal de cómo se mueven las partículas por el planeta. Son una herramienta valiosísima para detallar la historia natural de los seres humanos en la tierra.
Imagen | El Coleccionista de Instantes Fotografía & Vídeo | Copernicus
En Xataka | La calima del Sáhara depositará elementos radiactivos sobre España. Y sí, la ciencia lo explica
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