Si echas un vistazo a la lista de relojes inteligentes más vendidos en Amazon no encontrarás un Apple Watch, un Samsung Galaxy Watch o un Amazfit. Nada más lejos de la realidad. El smartwatch más vendido en Amazon no es otro que el Willful Smartwatch, un reloj que poco o nada tiene que ver con lo que suele encontrarse en el sector.
En su haber, el reloj tiene 2.460 valoraciones con un total de cuatro estrellas, además de la insignia naranja que lo califica como "El nº1 más vendido". Su precio máximo teórico es de 78,99 euros, aunque realmente siempre oscila entre los 36 y los 25 euros. Es un precio muy reducido, sobre todo si lo comparamos con sus homólogos de marcas más conocidas, así que nos hemos preguntado ¿qué tiene este reloj para ser el más vendido? ¿Cómo funciona? ¿Qué tal es? Para darle respuesta, he aquí nuestra review.
Ficha técnica del Willful Smartwatch
WILLFUL SMARTWATCH | |
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DIMENSIONES Y PESO | 47 x 42 x 17 mm |
PANTALLA | TFT de 1,54 pulgadas |
TAMAÑO CORREA | 20 mm |
MEMORIA RAM | 128 MB |
ALMACENAMIENTO | 64 MB ampliables con tarjetas microSD hasta 32 GB |
CÁMARA | 0,3 MP |
BATERÍA | 350 mAh |
CONECTIVIDAD | Bluetooth 4.0 |
COMPATIBILIDAD | Android 4.4 o superior |
OTROS | Puerto USB |
PRECIO |
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Grande, grueso y no tan pesado
Empecemos hablando del apartado estético. Siendo claro y conciso, es un dispositivo enorme, muy grande tanto en grosor como en frontal. No es particularmente pesado (tampoco ligero), pero dado que es tan grande la sensación en la muñeca no es particularmente agradable.
En el canto izquierdo tenemos el puerto de carga microUSB, porque sí, el reloj se carga mediante cable, no con una base inalámbrica como otros de otras marcas, así como el micrófono y el altavoz. Luego hablaremos de ellos. En la parte derecha lo único que hay es un botón, que realmente parece una corona girable, pero no, es un botón que sirve para encender y apagar el dispositivo.
La correa es de 20 mm ajustable, pero no intercambiable. El tacto no es el mejor, pero tampoco me ha resultado incómoda. No es la mejor correa del mundo, pero estamos hablando de un reloj de 30 euros, así que tampoco podemos pedirle más Es de silicona y el cierre es de hebilla clásica. Es bueno y viene con dos gomas para atar la correa restante y evitar que se mueva.
En otro contexto hablaríamos de lo que hay en la parte inferior, pero es que no hay nada. No hay sensor de ritmo cardíaco ni pines de carga. En su lugar, hay una tapa negra que se puede sacar si hacemos mucha fuerza que nos permite acceder a la batería. Si la retiramos, encontraremos la ranura para meter la tarjeta SIM y la tarjeta microSD. Porque este reloj no tiene WiFi, sino que todas las operaciones que supongan hacer algo online requieren de una tarjeta SIM. Ahondaremos en esto más delante.
De la pantalla vamos a hablar en el siguiente apartado en profundidad, pero no querría dejar de destacar que en el parte superior del frontal hay, ni más ni menos, que una cámara de 0,3 megapíxeles. Sobra decir que su uso es casi anecdótico, pero es un elemento curioso del diseño.
En cuanto a la experiencia en el día a día, es un reloj demasiado grande y que no se siente bien en la muñeca. Se nota que lo llevas puesto y no es especialmente disimulado. Al hacer deporte (el poco que se puede hacer en casa estando en cuarentena) se nota demasiado y puede llegar a ser incómodo. Lo mismo se puede decir al llevarlo para dormir, pero de las métricas y la experiencia con el sistema operativo vamos a hablar largo y tendido en su correspondiente apartado.
La pantalla: mucho frontal y poco panel
Pasamos a hablar de la pantalla. A pesar de que el Willful Smartwatch es enorme, pero enorme, la pantalla no lo es tanto. Realmente tiene dos marcos bastante generosos arriba y abajo y otros dos marcos, más pequeños, en los laterales. La pantalla TFT tiene unas dimensiones de 1,54 pulgadas con 240 x 240 píxeles de resolución, y ya os adelanto que los píxeles se notan, pero no solo por la pantalla, sino por lo poco cuidada que está la interfaz en cuanto a colores e iconos.
La pantalla es táctil y se ve bien de día y de noche, pero lo evidentes que son los píxeles, unido a que las huellas se quedan muy, pero que muy marcadas, hacen que la experiencia tenga margen de mejora. Tiene cinco niveles de brillo y el que más me ha convencido es el intermedio, el número tres. No tiene modo always on display ni opción para que se active automáticamente al hacer un gesto con la muñeca ni brillo automático.
El tiempo de respuesta es bastante alto, pero no es algo que achaque al panel, sino al sistema operativo. En líneas generales, la pantalla es simplemente suficiente. No es lo que se puede esperar de un smartwatch, pero reconozco que teniendo el precio que tiene tampoco se puede pedir más. Como detalle a tener en cuenta, en la caja se añade un protector de pantalla que se tiene que aplicar manualmente, una especie de cristal templado.
Hay unas cuantas carátulas que se pueden cambiar o bien desde los ajustes o bien pulsando el botón y luego una vez en la pantalla. Lo normal sería que al pulsar la pantalla accediéramos al menú principal, pero no, hay que dejarla pulsada para ello. Si pulsamos la pantalla, se cambia la watchface. ¿He dicho que hay unas cuantas? Bueno, realmente hay tres, todas de relojes analógicos.
Rendimiento, sistema operativo y batería: ¿pero qué?
Llegamos al que, desde mi punto de vista, es el tema más controvertido. Si miramos la ficha en Amazon veremos comentarios de personas con compra verificada que llegan a decir que es lo mejor relación calidad/precio, que no tiene nada que envidiarle a un Apple Watch y demás elogios. Mi experiencia es más bien todo lo contrario. Si por fuera ya echa un poco para atrás, cuando lo conocemos por dentro la cosa va todavía a peor.
Lo primero es que no usa ningún sistema operativo para relojes, sino que es un sistema operativo para móviles. ¿Cuál? Ni idea, no hay forma de saberlo ni en el manual de instrucciones (que sirve para más bien poco) ni en el propio dispositivo. ¿Y por qué digo esto? Porque en todo momento el sistema operativo hace referencia a "teléfono", no a reloj. Y cuando ves todas las opciones que tiene, la cosa cuadra.
Lo primero, la configuración inicial, es un desastre. Tras dejarlo cargando dos horas (porque es lo que recomienda el fabricante), hay que encenderlo dejando pulsado el botón lateral y elegir el idioma. Ya está. Accedes a la pantalla principal y listo. La hora está mal porque no se sincroniza con la red, así que hay cambiarla manualmente. Los menús son caóticos y la interfaz poco o nada tiene que ver con lo que hay en los smartwatches actuales, incluso en los más baratos.
En la pantalla principal tenemos el reloj digital, con la fecha y la hora y cuatro botones. Parece que son dos, pero no, son dos iconos y dos accesos directos, así que hay que atinar bien con el dedo al pulsar: "Telefóno", "Menú", "Mensajes" y "Configuración. Para acceder al menú hay que deslizar en la pantalla principal hacia la izquierda, pero no desde cualquier ubicación, sino desde la zona central. Si deslizas desde más arriba o más abajo, no responde.
En el menú encontramos tres pantallas con todos los iconos puestos en un círculo. Se puede cambiar el orden de los iconos, pero no desinstalar ninguna app. En orden, lo que tenemos en este reloj es lo siguiente:
- Pantalla uno: Bluetooth, calendario, calculadora, controlador de música, grabadora de audio, contactos, buzón de llamadas y teléfono.
- Pantalla dos: ajustes, galería de fotos, cámara, recordatorio de ejercicio, un registro de notificaciones, un buscador para la tarjeta SD, un controlador remoto para ver la cámara del móvil desde el reloj, un explorador de archivos y los ajustes.
- Pantalla tres: alarma, registro de sueño, código QR, Facebook, registro de ejercicio, mensajes, Twitter y un navegador.
Dejando de lado la estética de los iconos y la falta de identidad, todo lo que suponga acceder a la red implica tener una tarjeta SIM dentro del reloj. El dispositivo solo admite redes 2G y GSM, nada de 4G o 3G, así que en pocas palabras, metiéndole una SIM puedes hacer y recibir llamadas y enviar y recibir mensajes de texto. Para el resto de funciones, en las que es necesario tener el móvil conectado (recibir notificaciones, por ejemplo), el reloj recomienda instalar "BTNotification".
Y hay un problema. En App Store no está, directamente. El código QR que hay que escanear para descargar la app redirige a una web china sin certificado SSL y lo único que se puede hacer es conectarlo por Bluetooth para hacer casi nada. No recibe notificaciones ni llamadas, solo se conecta y permite controlar la música, pero nada más. En Google Play tampoco hay una app "BTNotification", sino que cuando buscas el término en la tienda aparecen cientos, y cientos, y cientos de aplicaciones, ninguna llamada "BTNotification".
¿Solución? Manual de instrucciones. Allí nos recomiendan la app Fun Run, que es una app de ejercicio que tampoco está en App Store, pero sí en Google Play. Esta nos permite sincronizar la hora y activar las notificaciones de las aplicaciones (podemos verlas, pero no responder), pero las llamadas siguen sin aparecer. También nos permite acceder al registro de nuestros ejercicios y al sueño, de lo que hablaremos enseguida. Todo lo que sea hacer llamadas o acceder a Internet requiere meter una SIM, así que... lo hice.
No soy muy dado a meter mi SIM en dispositivos que me generan cierta distancia como este, pero por la ciencia, quise probar. La ranura no tiene el tamaño exacto de una nanoSIM como la que uso yo, pero con un poco de pericia puede ponerse bien. Luego se enciende el reloj, nos pide el PIN y, efectivamente, se conecta. Ahora ya es posible hacer y recibir llamadas, enviar y recibir mensajes y conectarse a Internet. Pero para ello, el reloj nos pide que instalemos la aplicación "Navegador", así que la instalé (hay que meter una SD para poder hacerlo).
Al hacerlo, te das cuenta de que las apps de Twitter y Facebook son realmente accesos directos a la web en el navegador, así que nada de apps. Cuando accedes al navegador se abre Google y puedes buscar, si tienes suficiente paciencia para hacer una búsqueda usando un teclado alfanumérico, lo que quieras. La experiencia es nula, muy mala, como era de esperar. Es una conexión 2G o GSM y todo tarda muchísimo en cargar. 10 segundos tarda en cargar Google, y para nada, porque si haces una búsqueda cualquiera te dice que el navegador no soporta la web. Es decir, que no funciona.
En cuanto a las llamadas, y para mi sorpresa, el reloj se escucha sorprendentemente bien, tanto por nuestra parte (en el reloj) como por parte del interlocutor. La voz se escucha medianamente limpia y en el reloj igual, aunque el volumen es demasiado bajo y dudo que en un ambiente más ruidoso de la talla. Me habría encantado probarlo, pero estamos en cuarentena y ni puedo salir de casa ni voy a encontrar bullicio en ningún lado. En el vídeo inferior lo podéis ver en acción con una canción.
Por lo demás, el uso de la tarjeta SIM es poco más que anecdótico. ¿Por qué? Porque te quedas sin tarjeta SIM en tu teléfono, lo que significa que ni recibir llamadas, ni acceder a redes sociales ni mandar mensajes por WhatsApp. No es práctico, simple y llanamente. Podrías solicitar el servicio multiSIM a tu operadora, pero creo que no merece la pena para un dispositivo de este tipo.
Si metemos una tarjeta microSD podremos reproducir la música almacenada en ella desde el propio reloj, y como decía, el altavoz se escucha bien (teniendo en cuenta el contexto en el que estamos), pero la experiencia es bastante pobre. No se me ocurre un solo contexto en el que sea más deseable escuchar música desde un reloj que desde el móvil o con los auriculares. También se pueden ver fotos, pero de nuevo, ¿para qué?
Y ahora que hablamos de fotos, hablemos de la cámara. Lo primero, ¿tiene sentido un reloj con una cámara? Si fuera gran angular, todavía, pero es que la cámara tiene un campo de visión demasiado bajo y las fotos salen desde demasiado cerca. La calidad es pésima, muy baja, y no sé en qué situaciones podría ser buena idea usarla. Decir que es necesario tener una tarjeta microSD insertada para poder hacer fotos. Es un añadido que tampoco importa que esté, pero que no aporta absolutamente nada a la experiencia del día a día. Aquí tienes unas cuantas fotos para que veas cómo quedan.
Por otro lado, el reloj tiene una función curiosa: ver la cámara del móvil desde el propio el reloj. Para ello, hay que abrir la cámara en el móvil y en el reloj pulsar el icono de la cámara con el logo de Bluetooth. Problema: hay que abrir la cámara manualmente, no se activa sola. Punto positivo: para hacer fotos a distancia dejando el teléfono sobre una superficie puede ser útil. Más allá de eso, otra función anecdótica.
En cuanto al rendimiento, los tiempos de respuesta son altos pero las transiciones entre menú son bastante rápidas y diría que hasta fluidas. La batería dura hasta dos días si lo tenemos conectado todo el rato al reloj y unos cinco días si lo usamos sin tenerlo conectado. No está mal, pero para ser un reloj tan, tan básico, lo cierto es que se queda por debajo de otros competidores quizá algo más caros, aunque más duraderos, como un Amazfit Bip.
Hacer deporte y dormir con el Willful Smartwatch
Uno de los usos que se le pueden dar a un reloj inteligente es monitorizar nuestras sesiones de ejercicio y sueño, y el Willful Smartwatch "puede hacerlo", más o menos. Desde el reloj podemos iniciar una sesión deportiva en general, pero no hay diferentes deportes para elegir y la información es bastante vaga. Solamente podemos darle a "Iniciar" y "Pausar" para registrar la sesión, pero nada más.
El reloj tiene un podómetro que calcula los pasos y, en función de ellos, la distancia recorrida y las calorías quemadas. Su funcionamiento es bastante errático, y prueba de ello es que en una sesión de musculación con mancuernas (es decir, estático) me registró 347 pasos, que vienen a ser 243 metros con mi zancada. No se sabe absolutamente nada de las pulsaciones y del ritmo cardíaco porque no tiene sensor dedicado.
En pocas palabras, el registro deportivo es muy malo. Puede servir para saber cuántos pasos (más o menos) has dado durante un paseo y qué distancia estimada has recorrido, pero para los que busquen algo más avanzado, es más recomendable una pulsera cuantificadora, que por el mismo precio tiene sensor de ritmo cardíaco y registro del sueño.
Y ahora que hablamos del sueño. No funciona automáticamente como en las pulseras o relojes porque no tiene sensor de ritmo cardíaco. Si te vas a dormir con el reloj puesto, este no registrará el sueño, sino que tenemos que activar nosotros manualmente la función que, en pocas palabras, cuantifica el tiempo que pasa entre que la activamos y la desactivamos al despertarnos. No te da medidas ni datos, simplemente es un temporizador que en la práctica es poco útil.
Para más inri, la sincronización entre el reloj y la app para móvil (Fun Run) es muy mala, hasta el punto de que las sesiones de ejercicio y sueño no se sincronizan, así que la app queda relegada por completo a un segundo plano. No es un reloj recomendable para llevar un registro de sesiones deportivas y sueño, por muy bajo que sea su precio.
Buscando el origen
Visto todo lo que ofrece el reloj, me llamó la atención que al sincronizarlo con el móvil tuviéramos que buscar el modelo "GT08", y no "Willful Smartwatch" o un nombre por el estilo. Suena a que es un modelo genérico y una simple búsqueda en Alibaba despejó todas mis dudas.
El Willful Smartwatch es un rebranding de un producto fabricado en China cuyo precio es de 7,05 dólares la unidad. Al comprar más de 2.000 unidades, el comprador puede añadir su propio logo, un packaging personalizado y modificaciones gráficas. Hay diferentes modelos, pero todos con un diseño parecido y un precio que no pasa de los 9 dólares.
Básicamente, el Willful Smartwatch no es un producto diseñado por Willful, sino un rebranding de un reloj genérico que vale menos de 10 dólares y que estamos comprando por tres veces su precio.
Willful Smartwatch, la opinión de Xataka
Tras haber probado el reloj, lo cierto es que me quedo con un sabor de boca muy amargo. Entiendo que por el precio que tiene no se le puede pedir más, pero es que por ese precio hay pulseras cuantificadoras con quizá menos funciones, pero más útiles en el día a día. La pantalla, aún viéndose bien a plena luz del día, tiene una resolución baja; el diseño es tosco, grueso y abulta demasiado en la muñeca, y el punto más destacable, que es la opción de tener conexión celular, supone quedarse sin SIM en el teléfono.
El sistema operativo es poco intuitivo y está lleno de opciones superfluas que no aportan nada en la experiencia diaria, como la cámara, el navegador, el reproductor de música local y el visor de fotos. La única función que ha resultado ser útil es la de controlar la música a través del reloj, pero poco más. Las opciones de personalización son escasas, por no decir casi inexistentes, y es un reloj cuyo sistema operativo es poco probable que reciba una sola actualización a lo largo de su vida útil.
Dado que no tiene sensor de frecuencia cardíaca, monitorizar las sesiones deportivas se convierte en un sinónimo de contar pasos y hacer reglas de tres para obtener calorías y distancia recorrida, y del sueño mejor ni hablar, porque conseguirías un resultado muy similar activando el temporizador en el móvil antes de irte a la cama.
Entiendo que el factor forma sea interesante para los que busquen un dispositivo conectado similar a un reloj, pero es que no vale la pena. Por 10 euros menos tienes la Mi Band 4, con pantalla a color, sensor de ritmo cardíaco y batería para dar y regalar, y por poco más de 60 euros está el Amazfit Bip, que es más ligero, menos grueso y tiene más batería y sensor de ritmo cardíaco. Antes de optar por el reloj de Willful, mejor mirar otras opciones. No es un producto recomendable.
4,3
A favor
- Su precio
- El altavoz se oye bien
- Puedes controlar la música y ver notificaciones
En contra
- Es muy grueso y grande y se nota demasiado en la muñeca
- El sistema operativo funciona regular y usarlo en iOS es casi imposible
- La monitorización de deporte y sueño es muy, muy básica
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