Pocos fenómenos tan característicos de cualquier manifestación cultural que tenga fandoms más o menos activos, y a la vez tan deprimentes, como el review bombing: grupos organizados de aficionados que se coordinan para poner puntuaciones muy bajas a producciones que creen que merecen ser castigadas. A veces tiene tintes políticos, como tan a menudo sucede con el cine y los movimientos anti-woke, y otras veces es puro fanatismo a la contra de una consola rival. La última víctima de estos movimientos ha sido 'Starfield'.
'Starfield' no ha recibido una consideración masivamente positiva por parte de la crítica, pero en términos generales ha sido un juego bien valorado. Sin embargo, el contraste entre las notas de la crítica y de los usuarios es muy dispar: en Metacritic encontramos 87 y 5'6 respectivamente en la versión de PC, y 85 y 64 en la versión de consola. Algo más equilibradas parecen en Steam, donde el 77% de los usuarios han dado una impresión positiva del juego, en un total de más de 38.000 reseñas.
Algunos observadores del fenómeno explican la situación hablando de cómo el juego ha cultivado tal hype con el paso de los años y sus sucesivos retrasos que posiblemente no ha sido capaz de sobrevivir a sus propias expectativas. Pocos de los aficionados más entusiastas se ven capaces de poner este 'Starfield' a la misma altura de 'Skyrim' o los mejores 'Fallout'. El mito de Bethesda y su capacidad de crear juegos absorbentes ha funcionado un poco en su propia contra.
Este revés en las notas coincide en el momento en el que Microsoft ha anunciado que más de seis millones de jugadores lo han probado, lo que supera cualquier marca previa de Bethesda. En el momento de escribir estas líneas es el quinto producto más vendido de Steam, pero ojo, el segundo si descontamos dos free to play y la propia consola Steam Deck. Está lejos de ser un fracaso, pese a las notas.
De hecho, este choque entre las volubles notas de plataformas como Metacritic y las excelentes ventas del juego nos dejan un par de cuestiones acerca de las que reflexionar. Por una parte, el fiasco de hace tan solo unas semanas de 'Redfall', de la propia Bethesda, queda definitivamente atrás. No ha sido, para nada, una mancha que no se haya podido limpiar.
Por otra, tenemos que replantearnos la utilidad y la veracidad de los agregadores de notas, de Rotten Tomatoes a Filmaffinity, pasando por IMDB. Si la media aritmética de un centenar de críticos no debería significar nada cuando hablamos de productos culturales, mucho menos deberían serlo notas infladas o arrasadas por el capricho completamente arbitrario de fandoms cada vez más tóxicos.
Cabecera: Bethesda
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