Dicen que las bicicletas son para el verano. Pero cuando eres milmillonario, una bicicleta te sabe a poco. Cuando se acerca el buen tiempo y las vacaciones, los millonarios sueltan amarras para embarcarse en sus superyates que han permanecido en el puerto quemando combustible durante el invierno a razón de 2.000 dólares al día. Puede parecer un gasto desproporcionado, pero alquilar este tipo de embarcaciones tampoco sale barato.
Jeff Bezos, Mark Zuckerberg, Eric Schmidt, Amancio Ortega o Laurene Powell Jobs tienen a su disposición algunos de los mayores yates del mundo, y muchos de ellos lo estrenarán este verano. Hablamos de embarcaciones que cuestan nueve cifras y que, a menudo, van acompañados de otros yates de soporte para que los invitados a bordo disfruten del mismo lujo, confort y privacidad que en sus mansiones en tierra firme.
Estos son algunos de los mayores superyates del mundo y sus millonarios propietarios. Suban a bordo, que levamos anclas.
Jeff Bezos: Koru, el tamaño importa. El yate de Jeff Bezos fue una clara declaración de intenciones del fundador de Amazon tras el divorcio de su anterior esposa MacKenzie Scott. Koru significa “nueva etapa o evolución”. El millonario pagó 500 millones de dólares por esta goleta de 125 metros de eslora y 70 metros de altura, que le dio problemas incluso desde antes de su botadura, debido a su gran tamaño. El millonario celebró la fiesta de su compromiso con Lauren Sánchez a bordo de este yate.
Los 14 invitados que pueden alojarse a bordo del Koru podrán disfrutar de tres jacuzzis de grandes dimensiones en las distintas cubiertas recubiertas en madera natural, una gran piscina en popa.
El Koru va acompañado por el Abeona, un yate de apoyo equipado con helipuerto, que en sí mismo ya es un superyate de 75 metros de eslora valorado en 75 millones de dólares, donde se almacenan botes auxiliares, motos de agua, equipos de buceo e incluso minisubmarinos. Su capacidad es de hasta 40 personas a bordo, sirviendo como alojamiento adicional para el séquito del millonario y tripulación.
Mark Zuckerberg: Launchpad y la crisis de los 40. Con los 40 recién cumplidos, Mark Zuckerberg ha considerado que comprarse un deportivo descapotable rojo era demasiado mainstream, así que ha optado por gastarse 330 millones de dólares en dos superyates: el Launchpad y el Wingmanque hace las veces de yate de soporte.
El Launchpad es un superyate de 118 metros de eslora y tiene una capacidad para alojar a 24 invitados, atendidos por una tripulación dedicada de 48 personas. Por ponerlo en contexto, el Launchpad es solo 9 metros más pequeño que el Koru, por lo que se espera que sus gastos de atraque asciendan a unos 16.500 dólares por semana debido a su tamaño. Aunque el Launchpad ha sido visto recientemente visto en Florida, se espera que establezca su base operativa en Hawái, donde el millonario ha construido un gigantesco complejo con ganadería propia.
Eric Schmidt: Whisper, caminando al filo del bloqueo ruso.El antiguo consejero delegado de Google, además de contar con su propia flota de aviones, también disfruta de la navegación sobre las aguas. El millonario ejecutivo, estuvo caminando por el filo del bloqueo impuesto a los oligarcas ruso cuando hizo una oferta por el Alpha Nero, un superyate incautado por EEUU en las islas Antigua y Barbuda por pertenecer al oligarca ruso. Al final, fueron tantos los problemas legales que Schmidt se retiró y, en lugar del Alpha Nero, compró el Kismet aunque inmediatamente le cambió el nombre a Whisper.
El Whisper de Eric Schmidt tiene 95 metros de largo y fue construido en 2014. Tiene una capacidad para 12 invitados y se necesita una tripulación de 28 personas para operarlo. Cuenta con un jacuzzi en la cubierta principal, spa completo, piscina de entrenamiento, hammam y chimenea al aire libre. Además, cuenta con un cine a bordo, y dos helipuertos, aunque uno de ellos está habilitado como cancha de baloncesto, mientras que el otro se puede convertir en discoteca cuando no está en uso.
El Whisper está valorado en 149 millones de dólares. En una subasta benéfica reciente, alguien donó 2,4 millones de dólares a cambio de pasar una semana a bordo de esta mansión de lujo flotante, según publicaba el medio especializado Yatch Charter Fleet.
Larry Ellison: Musashi, a la cuarta va la vencida. Larry Allison se compró una isla entera en Hawái, por lo que hace un uso muy intenso de su yate. No en vano, el Musashi es el cuarto superyate del millonario fundador de Oracle, aunque la afición de Ellison por el mar viene de los 90, cuando incluso llegó a patrocinar al BMW Oracle Racing, ganador de la Copa América de 2003.
El yate de Ellison tiene 88 metros de eslora y pagó por él unos 160 millones en 2011. Su nombre es un homenaje a uno de los samuráis japoneses más populares, y también tiene su reflejo en la decoración interior donde muestra influencias niponas, además de ascensor interior, piscina, salón de belleza, gimnasio y una cancha de baloncesto en cubierta.
Laurene Powell Jobs: Venus, el legado de Steve Jobs. La viuda de Steve Jobs, además de un abultado paquete de acciones de Apple y Disney, también recibió el yate Venus del fundador de Apple como parte de su legado.
Jobs se enamoró de la experiencia de pasar los veranos en alta mar tras varias travesías en los yates de su buen amigo Larry Ellison, tras lo cual decidió encargar su propio superyate. Como todo lo que hacía Jobs, el millonario quiso implicarse personalmente en el diseño de la embarcación, que se hizo realidad bajo los lápices de del arquitecto y decorador Philippe Stark, según publica VanityFair.
El Venus es un yate vanguardista de 78 metros de eslora valorado en 130 millones de dólares y se impregna del minimalismo que caracterizaba a los productos de Apple de la era Jobs. En su interior, seis camarotes iguales, zonas de silencio y la omnipresencia tecnológica. "Nunca volverá a existir un barco de esta calidad. Porque no habrá dos locos que se junten para llevar a cabo una tarea así", dijo Starck en aquella entrevista para VanityFair.
Sergey Brin: Dragonfly, el secreto de Google. Dragonfly fue el nombre en clave para un proyecto de motor de búsqueda secreto para China de Google que finalmente fue cancelado. Sin embargo, en este caso, Sergey bautizó con el mismo nombre a su superyate. Aunque no fuera un buscador, al menos podría navegar con él.
Según publica el medio especializado Superyatch Times, Dragonfly es un superyate de 73,3 metros de eslora, capacidad para 18 invitados que necesita 16 tripulantes para operar. El fundador de Google creó una flotilla de soporte a su megayate, formada por el Butterfly, de 30 metros de eslora, que habitualmente utiliza en travesías cortas por la bahía de San Francisco, mientras que el pequeño y ligero FireFly, lo usa para practicar deportes náuticos. En total, la flotilla de Sergey Brin requiere de unos 50 tripulantes para operar las distintas embarcaciones del millonario.
Amancio Ortega: Project 24, tan nuevo que todavía no tiene nombre. Tras muchos años surcando el mar a bordo del Drizzle, Amancio Ortega estrena su flamante Project 24 este verano, un superyate por el que el fundador de Inditex ha pagado 185 millones de dólares, tras vender el Drizzle por 76 millones.
Amancio Ortega recibirá su yate a tiempo para pasar el verano en él, por lo que, hasta el momento de su botadura, se le conoce por el nombre del proyecto en el astillero. Según la web del armador, Project 24 es una embarcación de lujo de 72 metros de eslora, con helipuerto en la proa y 564 metros de espacio en el interior. Tiene capacidad para 12 invitados que se acomodan en la suite vip y en ocho camarotes. Además, cuenta varios jacuzzis exteriores en las cubiertas, comedores techados y terrazas y zona de club de playa con plataforma en la popa del barco.
Imagen | Superyatch Times, FeadShip
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