La gran arma de Europa para retar a China en la producción de baterías se llama Northvolt. Despedirá a 1.600 empleados

  • El gran proyecto de producción de baterías europeo sufre un duro revés en mitad de un enfriamiento de la tecnología

  • Northvolt no será rescatada por el Gobierno sueco y uno de cada cuatro empleados será despedido

Northvolt
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Europa ha saltado al coche eléctrico. Las decisiones que ha ido tomando a largo plazo han empujado a los fabricantes a dedicar sus recursos a esta tecnología por encima de otras alternativas y a ofrecer coches electrificados con baterías de más y más tamaño.

Unas decisiones que han sido el caldo de cultivo perfecto para que China lance su ofensiva en un tipo de industria que hasta ahora se le resistido. No es sólo que cuente con algunos gigantes como BYD (el fabricante que más coches eléctricos pone en el mercado) o que los fabricantes europeos se lanzaran a sus brazos para producir allí, también dominan la cadena de suministro con mano de hierro.

En su ambición por dominar el coche eléctrico, el Estado chino hace años que tomó posiciones en todos y cada uno de los lugares de la cadena de suministro de un vehículo de este tipo y las baterías no son una excepción. No es casual que dominen su producción con empresas como CATL, BYD o CALB.

Las consecuencias se han dejado notar en el mercado. Corea del Sur, tradicional productor de este tipo de acumuladores de energía está intentando por todos los medios volver a ganar impulso allí donde Samsung, Panasonic o LG han ido perdiendo terreno.

En Europa, donde las normas de emisiones serán cada vez más severas y apuntan a un futuro eléctrico, nos hemos encontrado con un problema muy sencillo y simple: no tenemos una producción de baterías suficiente. La dependencia de China en este sentido es, sencillamente, imposible de solventar en el corto plazo.

Para rivalizar con China y posicionarse como un salvavidas ante la marejada actual, Northvolt quería ser el mayor productor de baterías de Europa. En su accionariado está Volkswagen, que posee un 21% de la empresa.

Ya han anunciado que quieren despedir a 1.600 empleados.

Uno de cada cuatro trabajadores.

Northvolt, de salvavidas a empresa en dificultades

Para hacernos una idea del poco impacto que tiene el mercado europeo de baterías en estos momentos, según datos de France 24, Europa sólo produce el 3% de las baterías utilizadas mundialmente. A finales de esta década se esperaba producir un 25% de las baterías utilizadas en todo el mundo.

Parte de este plan pasaba irremediablemente por Northvolt, que con 6.500 empleados cuenta con una Gigafactoría de baterías en Suecia con una capacidad de producción de 16 GWh. Esa cantidad debía ampliarse a 30 GWh en un proyecto que ha sido descartado por la propia compañía en el anuncio que han realizado.

Además, el Gobierno alemán aprobó una ayuda de 902 millones de euros (700 millones de euros en formato de ayudas directas) para empujar la construcción de una planta con capacidad para producir 60 GWh en celdas de baterías. La producción debía empezar en 2026 y funcionar a pleno rendimiento en 2029.

Evidentemente, parece que la presencia de Volkswagen en el accionariado de la empresa fue clave para realizar una inversión gigantesca que convenciera a la compañía de optar por Europa en lugar de Estados Unidos, que con su Ley de Reducción de la Inflación también otorga jugosas aportaciones a quienes produzcan en el país.

Ahora, la salud económica de la compañía está en el aire. En el último año, Northvolt perdió 1.00 millones de euros en 2023 que achacaron a "múltiples retos y contratiempos" que impidieron aumentar la producción, en palabras de la compañía recogidas por Europa Press. El Gobierno sueco no ha tardado en dejar claro que son inflexibles con este tipo de situaciones y que no rescatarán a la compañía.

Esta difícil situación llega justo en un momento en el que el coche eléctrico no pasa por su mejor momento en Europa. Pero, más allá de la caída en las ventas de este tipo de tecnología, Northvolt hace tiempo que está en el ojo del huracán por sus entregas.

BMW, que tenía cerrada una inversión de 2.000 millones de euros en sus baterías, la canceló por los continuos retrasos y la mala calidad del producto que recibían. Volkswagen o Scania, que también tienen acuerdos milmillonarios con la empresa, han sufrido retrasos en sus entregas.

Además, la emisora sueca SVT asegura que la compañía ha filtrado un químico tóxico cerca del Circulo Polar Ártico por un problema en las tuberías de la compañía, que no soportarían el frío de Skellefteå, donde Northvolt tiene una de sus sedes.

Estas informaciones, recogen en The Guardian, han sido desmentidas por la compañía. Aseguran que el diseño de sus edificios contemplan las condiciones meteorológicas extremas de la zona y que el vertido tóxico no se debe a una mala construcción de la planta.

Foto | Northvolt

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