Ford y Tesla han llegado al acuerdo que nadie imaginaba. Y de paso han abierto un debate enterrado

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Aunque la evolución tecnológica siempre es recibida de buen grado es fácil que de vez en cuando, se enfrenten dos posiciones. Productos similares pero no completamente iguales que luchan por dominar sobre la competencia e imponer sus nuevos estándares. El coche eléctrico tampoco ha estado exento de estos problemas.

Y la historia sobre sus conectores ha dado un giro inesperado.

El Betamax. La historia reciente nos ha dejado grandes vencedores y grandes vencidos en lo que a estándares y soportes se refiere. Y, con ellos, miles de consumidores que recuerdan con nostalgia cómo optaron por la opción correcta o, por el contrario, cómo vieron perder un pellizco de sus ahorros por la "nueva revolución" que, finalmente, quedó completamente obsoleta en muy poco tiempo.

Quizás una de las tecnologías que mejor ha resumido esto ha sido el Betamax, que sucumbió ante el VHS. El Laserdisc, el Mini Disc... o el más reciente HD DVD, si tenemos en cuenta que el Blue-Ray le acabó ganando la batalla. Y siempre que no entendamos que, también, el Blue-Ray ha acabado por ser un fracaso. Eso mismo se ha vivido entre los estándares de carga de los coches eléctricos.

USB y Lightning. Si hablamos de conectores, quizás la última gran batalla ha sido la de USB contra Lightning. Hace años, Apple tomó la delantera con su propio sistema de carga y transferencia de datos. USB trataba de seguir sus pasos y atrapar a Lightning reduciendo su tamaño y saltando por las letras A, B, C o las denominaciones Micro, Mini...

Finalmente, USB-C ha terminado por contentar a buena parte de la industria y la Unión Europea ha decidido que éste será su conector estándar, hasta el punto de obligar a Apple a comercializar sus smartphones con este conector.

CCS. En Europa, también hemos vivido una dura batalla, en los primeros pasos de los coches eléctricos, entre CHAdeMO y CCS. El primero era el utilizado por los primeros vehículos eléctricos y japoneses que llegaban a nuestro continente. El segundo es el Combined Charging System (CCS), creado por alemanes y norteamericanos con el objetivo de simplificar la carga y utilizar un conector universal.

El estándar CHAdeMO también consiguió entrar con fuerza en China, pese a que tenían su propio Guobiao GB/T. Una guerra de cargadores en la que Tesla volaba por su propia cuenta. Como sucedió con los USB, adoptados por la mayoría de los actores, Tesla cuenta con NACS, su propio estándar, en una estrategia similar a la de Apple con Lightning. La gran diferencia es que ha convencido a uno de sus grandes rivales a pasarse a su lado.

Ford adopta NACS. En noviembre de 2022, Elon Musk lanzó el órdago: quien quisiera se podía embarcar en su yate. Abría la posibilidad de que otros fabricantes adoptaran NACS como su sistema de carga (en Estados Unidos y Canadá) y abandonaran CCS por el camino. Para convencer, aseguraba que su red de recarga es la más densa de Estados Unidos.

Los primeros en saltar al barco de Musk fue Aptera, un pequeño fabricante que está luchando por lanzar sus coches eléctricos al mercado. Pero, cuando nadie lo esperaba, Ford también ha dado el paso. Con un adaptador, sus coches podrán recargarse en los supercargadores de Tesla pero, sobre todo, los clientes podrán contar con este tipo de sistema de carga a partir de 2025.

La colaboración. Para que sea efectivo antes de 2025, Tesla permitirá a los clientes de Ford utilizar su red de supercargadores mediante la propia aplicación de la marca del óvalo. Sus coches, eso sí, tendrán que contar con un adaptador que permita la carga en estos puntos. Una solución que puede compensar pues los clientes tendrán acceso a miles de nuevos enchufes.

A partir de 2025, los clientes de Ford que opten por el conector NACS tendránq ue recorrer el camino inverso. Como cuentan en Axios, estos coches tendrán que utilizar un nuevo adaptador para poder ser utilizados en la red CCS.

Asumiendo la realidad. Lo que Ford ha hecho con esta colaboración es, básicamente, asumir que Tesla tiene una mejor infraestructura de carga en estos momentos. Su red de recarga es muy densa (suman 12.000 enchufes entre Estados Unidos y Canadá) y sus cables son más potentes pese a ser más pequeños y livianos. Tanto que sus últimas versiones podrán funcionar 500 voltios y 1.000 voltios con el mismo enchufe.

Esto permitirá que, en las versiones más potentes, los conectores de Tesla sean capaces de funcionar a 900 A y 1.000 voltios, para entregar 900 kW. Ahora mismo, lo máximo que alcanza CCS son 500 kW de potencia y sus cargadores son testimoniales. Todo ello sin refrigeración por agua, lo que simplifica la tarea a los operadores de red.

¿Qué ganan? Ford lo tiene claro: versatilidad. Que sus clientes tengan a mano miles de nuevos enchufes (a pesar de pagar por el adaptador) puede ser un valor suficiente para que los nuevos conductores opten por su firma en lugar de por la competencia. La compañía ya ha hecho referencia a que prefiere aumentar el número de enchufes disponibles que el tamaño de la batería, pues esto último puede encarecer mucho el coche eléctrico en su venta.

Tesla, por su parte, gana miles de vehículos que, potencialmente, pueden utilizar sus infraestructuras y pagar por ellas, un extra para sus vías de ingresos. Pero, además, desde Bloomberg señalan que la Ley de Reducción de la Inflación pone a sobre la mesa hasta 2.500 millones de dólares para la instalación de puntos de carga, pero siempre y cuando puedan alimentar a gran número de coches. Tesla tendría motivos para poder acceder a estas ayudas y continuar su expansión de postes a bajo coste.

Un pequeño coste. Pese a todo, la maniobra también tiene un pequeño coste en imagen para Tesla. No hay que perder de vista que, si bien la compañía multiplica las posibilidades de que alguien aproveche sus puntos de recarga, también los conductores de coches de Tesla tendrán que competir con los de otras firmas para utilizar sus conectores nativos.

Hasta ahora, su red de supercargadores, cerrada exclusivamente para los usuarios de Tesla, también era un valor añadido para los potenciales compradores. Ese valor se diluye, lo que la compañía quiere subsanar con un mayor número de postes disponibles.

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Foto | Ernie Journeys

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