En Estados Unidos son muy suyos. Puede que recordéis el caso del fabricante de tractores John Deere, que hace tiempo que defiende que cuando te compras uno de sus vehículos en realidad no te pertenece del todo: sigue "siendo suyo" por el software, así que si quieres repararlo tienes que acudir a ellos o estás perdido.
Ese concepto de propiedad se vuelve ahora a debatir entre los fabricantes de móviles y de consolas. Sony, Microsoft y Apple se han opuesto frontalmente a una propuesta de ley en el estado de Nebraska para establecer el llamado "Derecho a la reparación", que facilitaría que los usuarios pudieran reparar sus propios productos. Estas empresas —y otras muchas— saben que eso perjudicaría mucho sus ingresos, y aunque no hablan demasiado de ello, su ataque a esa propuesta deja muy claro que no quieren que metamos mano a nuestros dispositivos.
¿Reparar te convierte en un hacker?
En Apple ya esgrimían hace unos días argumentos bastante discutibles en contra de ese "derecho a la reparación [personal]", indicando que eso convertiría a Nebraska en "la Meca de los hackers", y que este tipo de leyes harían que los usuarios estuvieran menos seguros, con más riesgos de amenazas de ciberseguridad y de robos de datos.
Esas afirmaciones contrastan con una realidad palpable: la de que estas empresas han logrado monopolizar el segmento de los servicios técnicos para que cuando quieres reparar un móvil o una consola tengas que acudir a ellos y tengas que asumir que el coste de la reparación es el que dicta el fabricante porque hay pocas opciones más de reparar ese problema.
Apple sabe bien que este sistema funciona: con el tiempo ha hecho sus dispositivos menos reparables, y los análisis de servicios como iFixit con sus "índices de reparabilidad" lo demuestran. Otras muchas empresas siguen esa misma filosofía, haciendo que el acceso al interior de nuestros móviles, portátiles y consolas sea cada vez más complejo.
Los fabricantes de consolas se unen
Nintendo, Microsoft y Sony se unieron a esas protestas ante la propuesta de ley, y en una carta conjunta (PDF) en la que se englobaban en la llamada Entertainment Software Association indicaban lo siguiente:
Estamos preocupados por el proyecto de Ley 67, que podría poner en riesgo la seguridad y protección de los consumidores y que es innecesario y compromete la propiedad intelectual [...] La protección, seguridad y protección de los clientes son objetivos fundamentales en los diseños de los servicios, el software y el hardware de nuestros miembros [...] Nuestra economía de libre mercado ya proporciona una amplia gama de opciones al consumidor para reparar estos productos con varios niveles de calidad, precio y comodidad sin los mandatos de la legislación.
Lo curioso del caso es que tras firmar esa carta, ninguna de las empresas quiso hablar del tema, y esto nos recuerda problemas como los que tuvieron las PS3 (con el "Yellow Line of Death") o las Xbox 360 con el aún más célebre "Red Ring of Death". Sony cobraba 200 dólares por reemplazar tu consola con un modelo reacondicionado, mientras que en Microsoft acabaron sustituyendo gratuitamente las consolas con problemas.
La solución a ese problema se podía realizar por parte de los usuarios con unas herramientas básicas que tenían un coste reducido. Las consecuencias del problema por tanto se hubieran podido minimizar si se hubiera informado y animado (y no lo contrario) a los usuarios a proceder a la reparación si ellos mismos querían hacerlo.
Todavía menos derechos para los usuarios
Estos y otros muchos fabricantes sitúan pegatinas que tapan alguno de los tornillos necesarios para abrir estos dispositivos, algo que en Estados Unidos es ilegal pero que se sigue haciendo porque litigar es extremadamente caro para usuarios individuales.
Como afirman en Motherboard, "estas leyes son una gran amenaza a los monopolios de reparación de los que estas empresas han disfrutado, y de este modo todos los grandes fabricantes han traído grupos de presión a Nebraska, donde la legislación está más avanzada". Otros estados norteamericanos están también avanzando en esa legislación, que podría contagiarse fuera de las fronteras de los Estados Unidos.
Es bueno que estas empresas ofrezcan servicios de reparación con la garantía del fabricante, desde luego, pero la idea de prohibirnos hacer con nuestros dispositivos lo que queramos —bajo nuestra responsabilidad— y repararlos (o intentarlo) si creemos que podemos lograrlo es peligrosa, y vuelve a amenazar otro de los tradicionales derechos de los usuarios, cada vez más indefensos ante los productos y servicios de las empresas que nos los proporcionan.
En Xataka | La lucha contra el consumismo desechable en Suecia: si lo reparas, pagas menos impuestos
Ver 37 comentarios