El móvil se ha convertido en un compañero perfecto para millones de conductores, que no solo obtienen cumplida información en el trayecto gracias a aplicaciones como Google Maps, Apple Maps o Waze, sino que también utilizan estos dispositivos para escuchar música o ir enviando mensajes mientras conducen.
El problema es que esas aplicaciones móviles están demostrando ser una distracción mortal: en EE.UU. se ha visto el mayor crecimiento en muertes al volante en 50 años, y la culpa la tienen las apps. La situación es análoga en países como España, donde el móvil se ha convertido en la primera causa de muerte al volante en Cataluña, por ejemplo.
Los accidentes mortales se incrementan en EE.UU. 50 años después
La National Highway Traffic Safety Administration advertía en Estados Unidos del impacto de los móviles en la siniestralidad. El número de muertes se había visto reducido de forma constante en las últimas 4 décadas, pero en 2015 las carreteras estadounidenses vieron un repunte de muertes que se ha acentuado en la primera mitad de 2016, donde se han producido un 10,4% más de muertes que en el mismo periodo de 2015.
Ese repunte está asociado al uso de aplicaciones móviles durante la conducción: la tendencia a usar el móvil de forma activa durante el trayecto está dando lugar a distracciones fatales, y tendencias como las de grabarse en Snapchat para luego compartir esos vídeos están causando ya muertes en ese país.
El efecto de juegos como Pokémon Go ha sido igualmente devastador, y según un nuevo estudio se estimó que más de 110.000 incidentes de tráfico fueron provocados por conductores y peatones que estaban distraídos al ir jugando al juego.
Los responsables de las principales plataformas móviles y también los fabricantes de coches están tratando de ofrecer soluciones a esas distracciones, y la mayoría se centra en la opción de poder controlar el móvil con la voz para evitar tocar el móvil durante la conducción. Para Deborah Hersman, del National Safety Council, no está claro que esas tecnologías reduzcan las distracciones: podrían incluso animar a la gente a usar más y más funciones del móvil mientras conducen, algo que al final es una distracción constante.
¿Dejarías que un cirujano usase el móvil mientras te opera?
La Dirección General de Tráfico (DGT) en España hace tiempo que advierte del problema del uso del móvil al volante. En la campaña navideña de 2014 emitían un anuncio en el que se veía cómo por ejemplo actividades profesionales clave se podían ver impactadas por el uso del móvil:
Un estudio del RACC mostraba recientemente cómo el 94% de los conductores reconocía que usar el móvil al volante era una práctica peligrosa. La DGT lleva tiempo tratando de minimizar el uso del móvil mediante mecanismos como el de las multas, que son de 200 euros y la retirada de tres puntos del permiso de conducir.
El problema es que eso no parece haber servido de mucho: el número de sancionados no para de crecer, y si en 2008 las multas fueron casi 160.000, en 2015 la cifra ha superado los 190.000 usuarios multados.
A principios de 2015 se conocían también los datos de mortalidad en las carreteras catalanas interurbanas. En las conclusiones se indicaba que esa mortalidad se había reducido un 17,6% respecto al año anterior, pero había un dato preocupante: por primera vez la distracción al volante había superado al exceso de velocidad como causa de los accidentes de tráfico.
Muchas de esas distracciones estaban causadas por el móvil: al cruzar esos datos con las estadísticas de los Mossos d'Esquadra se confirmó que el 87% de las multas impuestas por las distracciones al voolante tenían que ver con la manipulación de teléfonos móviles o GPS.
El alucinante efecto del uso del móvil en la conducción
Según la DGT "hablar por el móvil aumenta entre 4 y 9 veces el riesgo de sufrir un accidente de tráfico, es decir, es similar a conducir con una alcoholemia de 1.0 g/l. Si en condiciones normales no se percibe entre un 5-15% de las señales de tráfico, hablando por el móvil se dejan de captar hasta un 50%".
Hay otra práctica especialmente peligrosa al volante: la de usar las omnipresentes aplicaciones de mensajería instantánea durante los trayectos. Según la DGT el riesgo de siniestro se multiplica por 23, porque el efecto de esas distracciones es evidente en quienes las sufren.
Lo demostraba el comentario de uno de los entrevistados por en The New York Times. Brett Hudson afirmó usar su iPhone constantemente en sus trayectos al trabajo: hace uso de la conexión Bluetooth para poder hacer y recibir llamadas, y se compró un clip para la rejilla del ventilador para poder ver la pantalla mientras conducía. Aún así Hudson admitía que esas opciones no le libraban del riesgo:
He notado que cuando tengo que tocar el teléfono mi cerebro está tan centrado incluso en ese pequeño periodo de tiempo, que realmente no recuerdo lo que ha ocurrido en la carretera durante esos cuatro o cinco segundos
¿A que el comentario os resulta familiar? Precaución, amigos conductores. Mucha precaución. Puede que el coche autónomo minimice de forma drástica el problema del uso del móvil al volante y reduzca la siniestralidad, pero aún hay que resolver limitaciones y problemas. Hasta que esos vehículos se impongan en nuestras carreteras (si es que lo hacen), tratad de recordar que como decía la DGT en otra campaña publicitaria, lo importante es llegar.
En MotorPasión | Nos lo dicen, nos lo repiten y seguimos usando el móvil en el coche
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