Los responsables del yacimiento arqueológico de Atapuerca, en Burgos, han dado la noticia de un nuevo hallazgo en el lugar. Se trata de huesos pertenecientes a la cara de un antepasado humano de más de un millón de años. Puede parecer un hallazgo más en una zona de gran valor arqueológico, pero lo cierto es que puede decirnos mucho sobre la evolución del ser humano.
Qué es lo que han encontrado. Se trata de un fósil humano, perteneciente a la cara de un antepasado que vivió entre 1,2 y 1,4 millones de años atrás. Esto implica que se trataría del primer humano conocido en Europa, cientos de miles antes del surgimiento de nuestros “primos” más cercanos (creemos), los neandertales. El equipo de investigadores a cargo del yacimiento ha explicado que aún queda trabajo por realizar para saber más de este hallazgo.
A qué especie pertenece. Una de las cuestiones a esclarecer todavía es su especie. Aunque se sabe que pertenece al género Homo se desconoce a cuál de las especies humanas pertenece. Se puede asumir, eso sí, que bien se trata de un Homo antecessor como otros en Atapuerca o pertenece a una especie cercanamente emparentada pero anterior. En cualquier caso, puede descartarse que se trate de especies más antiguas como el H. ergaster o el H. habilis.
El espejo del alma… y de la evolución. A partir de la fisonomía del fósil los investigadores han podido descartar que pertenezca a las especies humanas más antiguas. El motivo es un misterioso paso evolutivo, uno de los “eslabones perdidos” que podemos encontrar en nuestra evolución. En ella la cara de los homínidos experimentó un cambio determinante que configuró nuestro aspecto durante el siguiente millón de años.
El H. antecessor es la primera especie humana conocida con rasgos faciales modernos, pero este nuevo fósil, a la espera de que se confirme si se trata de un H. antecessor u otra especie, es el más antiguo de los hallados hasta la fecha con esta característica. Ahí radica la importancia de este fósil, en lo mucho que puede decir en el debate sobre el modelo evolutivo que explique cómo llegamos los sapiens hasta aquí.
Los restos de Atapuerca. Ésta no es la única pieza con la que cuentan los investigadores del yacimiento burgalés para redefinir la evolución humana. Hace 15 años, una mandíbula fue hallada a unos dos metros por encima de donde se han encontrado el nuevo fósil. La mandíbula fue catalogada como perteneciente a un “Homo sp.”, es decir, una especie sin identificar perteneciente al género Homo. Ahora toca determinar si ambos hallazgos están relacionados.
Las excavaciones en el nivel TE7 del yacimiento de la cueva de la Sima del Elefante en Atapuerca. Este yacimiento arqueológico ya reescribió la evolución humana hace 25 años cuando el hallazgo de la especie H. antecessor fue anunciado. Ésta especie debe su nombre a que se la considera antecesora tanto de los homo sapiens y por tanto de los humanos modernos como de nuestros parientes cercanos los neandertales, una de las especies que más tiempo ha habitado el continente europeo.
Trabajos por realizar. Aún queda mucho trabajo por delante para resolver las dudas que llevan planteándose sobre la evolución humana desde el descubrimiento del H. antecessor. Muchas de estas respuestas están en el fósil en sí, pero otras están a su alrededor. La posibilidad de hallar nuevos restos sigue abierta, pero piedras y sedimentos de alrededor también pueden esconder información valiosa.
Sin duda buena parte de la comunidad científica estará atenta a lo que los restos de los habitantes (humanos) más antiguos de la península Ibérica y de toda Europa tienen que decirnos. La evolución humana aún guarda muchos secretos.
Imagen | María Dolors Guillén (Equipo de investigación de Atapuerca)
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