La guerra de los chips ha desencadenado una guerra de las subvenciones. Una que están ganando unos pocos países

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Las implicaciones de la guerra de los semiconductores tienen unas ramificaciones muy profundas. El origen de este conflicto reside en la decisión de los países que forman parte de la alianza liderada por EEUU de impedir que China continúe desarrollando su capacidad armamentística, pero si solo nos quedamos con esta aproximación nos perderemos una parte importante de la función. Y es que las grandes potencias necesitan imperiosamente reforzar su posición en la industria de los semiconductores, lo que también está generando fricción entre ellas.

Para entender qué está sucediendo podemos fijarnos en la forma en que TSMC puede sacar partido al interés que tienen en ella tanto Alemania, que es el motor de la industria europea, como Japón. Para Europa es fundamental contar a medio plazo dentro de sus fronteras con una fábrica de chips de vanguardia de Intel y otra de TSMC. La primera ya está pactada. Finalmente costará 30.000 millones de euros y residirá en Magdeburgo, una localidad del noreste de Alemania situada a unos 150 km de Berlín.

Sin embargo, la probable planta europea de TSMC todavía no está cerrada. Ni mucho menos. Actualmente el Gobierno alemán está negociando con los directivos de este fabricante taiwanés de circuitos integrados, el mayor del planeta, las condiciones requeridas para la construcción de una fábrica de chips en suelo alemán. Japón también está muy interesada en tener una fábrica de esta compañía y le ha ofrecido una subvención del 50%, una cifra claramente superior al tope máximo del 40% que contempla la Comisión Europea. En esta coyuntura es evidente quien tiene agarrada la sartén por el mango: TSMC.

La guerra de las subvenciones acaba de empezar y sabemos quién va ganando

El interés de las grandes potencias en atraer a los fabricantes de circuitos integrados ha colocado a estos últimos en una posición muy fuerte. Europa en particular necesita afianzarse en esta industria. De no ser por ASML, que es de Países Bajos, su relevancia sería testimonial. Esto ha provocado que el Gobierno alemán se haya visto obligado a ceder ante Intel y aceptar sus condiciones. La subvención que iba a recibir inicialmente ascendía a 6.800 millones de euros, y finalmente contará con 10.000 millones. Eso sí, la planta de semiconductores se encarecerá desde los 17.000 millones de euros iniciales a los 30.000 millones que he mencionado unas líneas más arriba.

Las grandes potencias van a invertir para adquirir una posición férrea en la industria de los chips

El contexto en el que acabamos de indagar ha propiciado que las grandes potencias estén dispuestas a invertir mucho dinero con el propósito de adquirir una posición férrea en la industria de los chips. Con toda probabilidad el país que más se va a gastar es, precisamente, el que más necesita hacerlo: China. Según la organización estadounidense SEMI durante 2024 el país liderado por Xi Jinping invertirá 16.600 millones de dólares en equipos de litografía, y no dedicará a esta partida más dinero porque las sanciones le impiden acceder a las máquinas de litografía de ultravioleta profundo y extremo que necesita.

Es difícil saber cuánto dinero va a invertir China para desarrollar su industria de los circuitos integrados debido a su opacidad, pero resulta razonable prever que se gastará más que ningún otro país. También tenemos datos de Corea del Sur. Solo en 2024 este país se gastará 21.000 millones de dólares en equipos de litografía, y Samsung, su mayor corporación, invertirá nada menos que 230.000 millones de dólares durante las próximas dos décadas con el propósito de destronar a TSMC, que actualmente lidera este mercado con una contundencia aplastante.

Si nos ceñimos a la financiación procedente del Estado propiamente dicha, a las subvenciones, tenemos datos fiables tanto de EEUU como de Europa. El Viejo Continente movilizará 43.000 millones de euros entre inversión pública y privada mediante la directiva 'Chips Act', así como 8.100 millones más a través del proyecto IPCEI ME/CT. EEUU, por su parte, invertirá 52.000 millones en su industria de los chips.

No obstante, también merece la pena seguir la pista a dos países que tienen mucho que decir en este ámbito: Japón e India. Este último puja fuerte en muchos campos, y los semiconductores es uno de ellos. Quién sabe, quizá dentro de poco tiempo todas las grandes potencias miren hacia este país asiático con más de cinco milenios de historia.

Imagen de portada: TSMC

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