España atraviesa un inédito desabastecimiento de sandías y melones. Y Marruecos quiere solucionarlo

Water Melon
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Y, de repente, Mercadona se quedó sin melones y sandías. No, no es un rumor, ni nada por el estilo: la misma compañía lo ha reconocido: "actualmente no disponemos para ofrecer el producto con normalidad". No es algo que afecte solo a Mercadona y por eso mismo hay dos preguntas interesantes: ¿Qué está pasando y qué tiene que ver todo esto con Marruecos?

En busca de la sandía perdida. En los últimos días, el runrún en redes sociales ha sido constante: pese a la llegada del calor, en muchos supermercados no había forma humana de encontrar ni melón, ni sandía. Tanto es así que algunas de ellas, como Mercadona, han tenido que salir al paso reconociendo que, "debido a la climatología adversa sufrida en las zonas productoras de sandía y melón, actualmente no disponemos para ofrecer el producto con normalidad".

¿Por qué? ¿Qué ha pasado? Efectivamente, ha pasado la climatología. Ya en mayo (o, incluso antes, a finales de marzo) los productores decían que las estimaciones más optimistas dicen que la cosecha será un 20% más baja que la del año anterior. Y el año anterior ya fue malo.

La de 2022 y la de 2023 no son fotos idénticas, pero el resultado está siendo muy parecido: falta fruta. Este año, el retraso de los cultivos que provocó la ola de frío de finales de febrero que ha hecho que no se pudiera empezar a cultivar a tiempo. Y eso, sumado a la falta de agua embalsada, la sequía endémica y los costes disparados, hizo que muchos agricultores ni siquiera se decidieran a plantar.

Marruecos entra en escena. Lo contaba Fresh Plaza la semana pasada, mientras se produce desabastecimiento en los supermercados, los productores de Larache (en el norte de Marruecos) y de Gharb (en el oeste) estaban empezando a cosechar producto y se preparaban para enviar remesas más allá del estrecho.

La llegada de melones y sandías marroquíes está llena de polémicas; sin embargo, a nadie se le escapa que no sería posible sin junio de 2022. En ese momento, el kilo de melón y sandía llegó a ponerse en 12 euros debido a una concatenación de hechos "aparentemente" fortuita: una menor importación del producto marroquí, el retraso de la cosecha  nacional y las bajas temperaturas que hubo en primavera.

Como se ve, Marruecos ya enviaba fruta a España. Sin embargo, algo cambió y ese cambio envió una señal muy clara a los productores marroquíes: había negocio. Eso ha hecho que este año se haya plantado muchas más hectáreas que en años anteriores. Es decir, Marruecos está listo para llenar las fruterías que el campo español (en una de las crisis meteorológicas más agresivas que se recuerdan) no ha podido llenar.

Pero... ¿Quién controla lo que pasa más allá del Estrecho? La pregunta se vuelve relevante porque, desde mayo, estamos viendo cómo Marruecos mejora sus posiciones en cuanto a exportaciones y firma acuerdos con países de la Unión sin que los mecanismos de control estén a punto.

Sin ir más lejos, a finales de la semana pasada, según explicaba Hortoinfo, el Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos ha notificado la entrada a España de sandías de Marruecos, en las que se encontró un alto nivel de un pesticida no autorizado por la UE.

No obstante, nada de esto es relevante a medio plazo. Lo cierto es que, más allá de la coyuntura, Marruecos vive procesos muy similares a los de España. Su ventaja competitiva es coyuntural y sí, puede hacer mucho daño a nuestro sistema agropecuario, pero en último término es solo un adelante de una pregunta clave: ¿podremos seguir compitiendo en un contexto en el que las condiciones climáticas son cada vez peores y cada vez es más fácil que terceros países metan sus productos en la Unión?

En Xataka | En 2022, el melón y la sandía llegaron a estar tres veces más caros de lo normal. 2023 va camino de ser peor

Imagen | Caroline Ford

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