Cuando Ocelote fundó G2 Esports todo fueron fracasos y risas, mañana estará en la final mundial de League of Legends

Cuando Ocelote fundó G2 Esports todo fueron fracasos y risas, mañana estará en la final mundial de League of Legends

15 comentarios Facebook Twitter Flipboard E-mail
Cuando Ocelote fundó G2 Esports todo fueron fracasos y risas, mañana estará en la final mundial de League of Legends

Durante los primeros meses de 2014, Carlos “Ocelote” Rodríguez se dedicó a intentar evangelizar al público general sobre qué eran los deportes electrónicos. Llegó a aparecer en El Programa de Ana Rosa, en el que no tenía reparos en confesar que ganaba en torno a 600,000 euros anuales por jugar a videojuegos, Ocelote daba sus primeros pasos con su recién fundado equipo, Gamers2, y los últimos en su carrera como jugador profesional. Ante el asombro de los boomers, Rodríguez dejaba claro que era cuestión de años que todo el mundo conociese esta industria. Más de cinco años después, este joven madrileño sonríe desde la cima de los esports mundiales.

En el deporte tradicional, cuando un jugador toma la decisión de retirarse, puede que quiera seguir ligado al juego que se lo ha dado todo en la vida. Vemos a profesionales pasar a ser entrenadores, ojeadores, agentes o incluso es posible que algunos lleguen a ocupar puestos directivos en su club de toda la vida.

Dado que los deportes electrónicos aún están en fase de crecimiento y expansión existen casos como el de Ocelote, quien tomó la decisión de crear su propio equipo en esos movidos primeros meses de 2014, y años más tarde se ha convertido junto con él en un referente de una de las industrias más pujantes del planeta.

WoW como puerta de entrada a los esports

Al igual que la carrera de un deportista tradicional, la de Ocelote comenzó con un flechazo. El del madrileño llegó con 10 años cuando vio a su padre jugar al ordenador, tal y como relató en una entrevista a ABC: “A todo el mundo le gustan los videojuegos, pero a mí me hacía no sé qué en la tripa. Me empeñé en que yo quería hacer eso, así que hice todo lo posible para que mi padre me comprara un ordenador, incluso sacando unas notas perfectas. Cuando lo conseguí, empecé a jugar y a meterme en este mundillo cada vez más”.

Aunque las broncas de sus padres eran cada vez mayores por ver cómo los videojuegos ocupaban una parte tan central en su vida, no podían negar que Ocelote tenía unas buenas notas y que no descuidaba sus estudios. Pero hizo falta que a la edad de 17 años, llevara 2,000 euros a casa como resultado de un torneo disputado en Hannover, para que sus progenitores se dieran cuenta de hasta que punto era viable el sueño de su hijo.

Carlos empezó a competir en el archiconocido MMO de Blizzard, 'World of Warcraft'. Aunque mucha gente jugaba (y juega) como una forma de vivir una historia de fantasía o simplemente por “rolear”, Ocelote se centraba en la parte competitiva que brindaba el título. En 2009, con 19 años, Carlos llegó a participar en las fases finales de las Arenas 3vs3 de 'WoW' en el Convention Center de Anaheim dentro del marco de la BlizzCon.

League of Legends y el flechazo instantáneo

Justo en ese momento, se estaba preparando el lanzamiento de un juego que cambió la industria del videojuego, y también la vida de Ocelote. 'League of Legends' desembarcó a finales de 2009 en los Pcs de medio mundo para popularizar un género que comenzó como una modificación de Warcraft III, el título de estrategia en tiempo real de Blizzard. Riot Games, un estudio fundado por dos recién graduados en la Universidad de Southern California iba a encargarse de cambiar para siempre los esports; y Ocelote no se lo iba a perder.

Pronto fue llamado a filas por parte del club alemán SK Gaming, con quienes estableció una relación de tres años dentro de 'League of Legends'. En paralelo a su carrera profesional también creció su carisma gracias a sus emisiones a través de internet, que congregaban a miles de espectadores. Capaz de lo mejor, como pagar de su propio bolsillo el viaje a sus compañeros de la selección española en la Sound Blaster Nations de 2011, como de lo peor, como ser banneado temporalmente de 'League of Legends' en dos ocasiones por su lenguaje y toxicidad.

Jeffrey Lin, trabajador de Riot Games, llegó a calificar su conducta como “la peor que nunca hemos visto”. Ocelote siempre ha sido una persona confiada y hasta algo chulesca, casi como un Cristiano Ronaldo del 'LoL', pero tras esas sanciones, Carlos inició un proceso para cambiar su actitud.

Tristemente para él, aunque haya sido uno de los midlaners (rol que desempeñaba en el equipo) más destacados de la primera etapa competitiva de League of Legends y toda una leyenda en España, el momento más recordado por los fans del videojuego en el que aparece él no es ni más ni menos que una derrota. Y endosada además por su archienemigo.

Pongámonos en situación: 19 de enero de 2013, Katowice (Polonia). El SK Gaming de Ocelote se veía las caras contra el Fnatic de Enrique “xPeke” Cedeño en un partido que decidiría quien de los dos clubes pasaba a semifinales. Miles de ojos pendientes de cada gesto de ambos y fue Cedeño quien deslumbró sus pupilas. Se internó en la base enemiga y, esquivando los golpes de sus rivales, consiguió acabar la partida él sólo. Esa jugada, desde dicho día bautizada con el nombre del murciano y que ya está en los anales de la historia del juego, siempre viene a la mente cuando se habla de Ocelote. Es casi como ser recordado por salir en un póster de un mate de Michael Jordan.

Gamers2, G2 Esports y la conquista de Europa

“Cogí todo mi dinero y lo puse en la empresa que fundé. Eso es una locura”, comentó Ocelote hace escasos días a El País. Esa empresa no es otra que la responsable de la creación de Gamers2, la primera iteración de G2 Esports. El club comenzó desde abajo, compitiendo en la segunda división europea y con ocelote como jugador. Tras unos malos resulta dos que les impidieron ascender, Carlos comprendió que su etapa como profesional había llegado a su fin. Una nueva lección que le serviría en su nueva etapa dedicado cien por cien a ser un emprendedor: aprender a delegar.

Pero el ascenso a la primera división europea, el primer paso para poder codearse con los mejores del mundo, necesitaba un rostro, un avatar del propio Ocelote. En junio de 2015, Gamers2 firmaba a una de las promesas más codiciadas del viejo continente y a un jugador que recordaba enormemente a Carlos. El croata de 16 años Luka “Perkz” Perkovic, que jugaba en la misma posición que el madrileño, desembarcaba en el club. Ocelote le apadrinó como un hijo, consiguiendo el ascenso con él esa misma temporada de 2015. Unos meses después, ya en 2016 y tras un cambio de nombre, G2 Esports llegó a la LCS europea.

G2 Esports quiere llegar a 1000 millones de valoración de aquí a un lustro.

Y esto sólo fue el principio, ya que durante dos años (lo que equivale a cuatro temporadas europeas, similar al formato apertura-clausura del fútbol argentino) G2 Esports ganó todo en el continente. En estos momentos, el club cuenta con seis títulos europeos, sólo a uno de un equipo con 15 años de vida como es Fnatic; además de ser el primer representante del viejo continente en hacerse con un título internacional (MSI 2019) y estar además en la final de este Campeonato Mundial.

De la noche a la mañana, un club creado por un exjugador con sus ahorros pasó a ser referente mundial en League of Legends. Y más que eso, ya que G2 no paró de ampliar sus secciones a otros videojuegos, contando en la actualidad con hasta ocho equipos profesionales.

Hace escasas fechas, Forbes publicó una lista con las trece empresas con mayor valor del mundo de los esports. G2 Esports estaba en el noveno puesto con una valoración de 165 millones y una estimación de 22 millones en ingresos anuales. Aún queda camino que recorrer para cumplir con las ambiciosas previsiones a largo plazo de Ocelote, las cuales suele comentar siempre que tiene la ocasión. El objetivo es llegar a estar valorado en 1000 millones de dólares en un plazo de cinco años.

Última parada: ¿Campeón del Mundo?

A las cuatro de la tarde del pasado domingo, miles de personas estallaron de júbilo en el Palacio de Vistalegre de Madrid. Pero no fue ni un gol decisivo ni una canasta en las postrimerías de un encuentro lo que motivó esa repentina felicidad, si no la victoria de G2 Esports en la semifinal del Campeonato Mundial de League of Legends, un videojuego. Y los aficionados lo celebraron porque sentían la victoria como propia, no en vano, el carismático fundador del club nació hace 29 años en esa misma ciudad, Madrid.

No es una novedad que Vistalegre albergue un evento de esports (competiciones de videojuegos), de hecho, es una pequeña meca de los deportes electrónicos en nuestro país, concretamente del League of Legends, ya que en 2015 y 2018, vivió las finales de la mayor liga europea del juego de Riot Games.

Nunca se había presenciado en España una fase del torneo más importante de los esports y mucho menos había sido testigo de cómo un equipo europeo, región doblegada de manera histórica por los asiáticos, lograba asegurar su puesto en la final de París. Todo esto es lo que ha conseguido Ocelote, una persona sin carrera universitaria y que cumple a la perfección el tópico de “hombre hecho a sí mismo”.

Fotos de Lolesports

Comentarios cerrados
Inicio