Todos los medios españoles abren con lo mismo. Normal, ha tardado tanto en llegar, que la primera ola de calor del verano, por esperada y temida, es un tema capital. Sin embargo, me parece igual de importante para la ciudadanía conocer a la persona que tiene entre sus posesiones un megayate atracado en el puerto deportivo de Málaga. De algo estamos seguros. La ola de calor que vamos a sufrir cientos de miles de personas se ve diferente en el interior de este yate.
Lo que sabemos. En primer lugar, su nombre: Radiant, y que da una idea de la potencia que maneja esta embarcación de alta gama. Un buque de nada menos que 110 metros de eslora que, según se cuenta, realizará una breve escala esta semana en la zona de atraque del Muelle Uno. Tampoco se puede ignorar si pasas por delante. Lo cierto es que hay yates y megayates, y luego esta Radiant, con un helicóptero ubicado en su cubierta superior. Está valorado en más de 240 millones.
Cuarta vez en Málaga. La embarcación comienza a ser conocida entre los locales debido a que esta será la cuarta vez que visita la ciudad del sur de España. El megayate ya visitó la ciudad a finales del mes marzo, siendo esta su segunda visita en cuatro meses. De hecho, en su momento fue noticia al verse obligado a atracar en el muelle anexo al Dique de Levante (ADL), la primera ocasión en la que el puerto deportivo del IGY se encontraba completamente lleno en su corta historia.
Lujo extremo en su interior. Como yate para las élites que es, Radiant está repleto de extras con los que solo soñamos el resto de los mortales. A saber: tiene capacidad para hasta 20 huéspedes en nueve habitaciones, incluida, por supuesto, una lujosa suite principal y dos suites VIP.
Mirar desde la opulencia. A destacar en su diseño las vistas. En la embarcación se encuentran unas ventanas panorámicas, con espectaculares vistas al paisaje marino para que los huéspedes no se pierdan absolutamente nada. Por supuesto, en Radiant, si eres invitado, no tendrás que hacer nada más que disfrutar. Del resto se encargan las 44 personas que componen la flota de tripulación del barco.
El cañon antipiratas. Si tienes una embarcación de este calibre para surcar los mares, posiblemente también quieras la máxima seguridad en caso de dar con pitaras en alta mar. En el caso del Radiant, cuenta con un potente cañón de agua diseñado para defenderse de los ataques.
Además, está equipado con dos motores diésel, lo que le permite alcanzar una velocidad máxima de 21 nudos y una velocidad de crucero de 16 nudos. De hecho, tiene un alcance de al menos 6.000 millas náuticas para navegación de larga distancia.
Y el afortunado es… Ha llegado el momento de desenmascarar a la persona que posee esta especie de maravilla del lujo acuática. Se trata de Abdullah al Futtaim, un empresario multimillonario y propietario del Grupo Al Futtaim, con sede en Dubai, que opera en áreas como el comercio minorista, la automoción, la tecnología y el sector inmobiliario. El conglomerado cuenta con más de 65 empresas y emplea a más de 20.000 personas en Oriente Medio.
España y los yates. Lo contábamos esta misma semana. Lo cierto es que España se ha convertido de un tiempo a esta parte en el enclave donde aparecen cada verano los super yates de los ricos. Nada mal para la economía del país, si tenemos en cuenta que la industria naviera de recreo mueve más de 1.000 millones al año y genera más de 5.100 empleos (y no solo por el desembolso directo).
Tener un yate, un agujero en la billetera. También lo hemos contado más de una vez. Cada vez hay más yates, pero solo para unos privilegiados. Si comprar un superyate ya es poco menos que una utopía para la mayoría, su mantenimiento es casi un desembolso mayor. Para que nos hagamos una idea, el impacto económico anual medio de cada megayate es de unos 6,5 millones de euros, y es que mantenerlo a flote cuesta un auténtico pastizal.
Otros megayates “famosos”. Lo cierto es que hay historias de todos los colores sobre este tipo de embarcaciones. Por ejemplo, la del Kingdom 5-KR: el yate de traficantes de armas, de Trump y del jeque Al-Waleed (lo que habrán visto esas cubiertas), o el yate que Zuckerberg se ha hecho a medida por 300 millones (y que trató de hacerlo pasar desapercibido). Es más, hay ultra yates tan desfasados que tienen su propia flota de“yatitos”.
Historias todas que nos dan una ligera idea, ligerísima diría, del mundo que hay cuando entras a formas parte de los milmillonarios del planeta. Lo cierto es que solo así se entiende que los ultrarricos estén cambiando la tierra firme por el mar.
Imagen | Thomas Gramm, YouTube
En Xataka | La última tendencia entre los millonarios no es comprar un yate. Es compartir un minicrucero de lujo
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