Altman quiere crear una red de fábricas de chips para IA. Y ya está llamando a la puerta de TSMC e inversores

El CEO de OpenAI mantiene contactos con inversores y fabricantes, incluido TSMC, para un proyecto ambicioso que le permitiría reducir su dependencia de NVIDIA

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Si hay un claro ganador en la carrera acelerada de la inteligencia artificial (IA) no es OpenAI, ni Anthropic, ni Microsoft, ni Google, Amazon, ni xAI, ni ninguna otra de las compañías que a lo largo de los últimos años han apostado por su desarrollo. Como reflejan las cifras la gran beneficiada es NVIDIA, responsable de fabricar GPU que se usan para entrenar los modelos de IA. Con ese telón de fondo y ante la "brutal" escasez de componentes, Sam Altman, CEO de OpenAI, ha decidido mover ficha y tantear a posibles aliados para lanzar una nueva empresa de chips, un proyecto tan ambicioso como costoso que de momento es solo eso, un proyecto, pero le ha llevado ya a sentarse con compañías importantes.

El objetivo: recaudar miles de millones.

A la caza de inversores. La noticia la avanzó ayer la agencia Bloomberg: Sam Altman se ha lanzado a la búsqueda de fondos con los que impulsar plantas de fabricación de chips. El director ejecutivo de OpenAI ha mantenido charlas con potenciales inversores con el objetivo de recaudar la abultada suma que haría falta para crear una red de factorías de semiconductores.

Bloomberg se basa en fuentes anónimas y reconoce que los contactos están aún verdes, pero desliza varias claves: primero, Altman aspiraría a recaudar "miles de millones de dólares"; segundo, ya ha mantenido conversaciones con pesos pesados del sector; y tercero, el proyecto implicaría trabajar con los principales fabricantes de chips y la red tendría un alcance global.

Perfilando el proyecto. Sobre los planes de Altman sobrevuelan aún muchas incógnitas, como cuántos millones estaría intentando recaudar o si el nuevo proyecto se gestionaría como una subsidiaria de OpenAI o una entidad independiente, pero en las últimas horas Financial Times ha logrado ir un poco más allá.

El diario londinense habla que la ronda de contactos de Altman se centra en el lanzamiento de "una nueva empresa de chips" y que su propósito sería desarrollar semiconductores para crear y entrenar modelos de IA. Sobre el enfoque empresarial del nuevo proyecto, FT asegura que la idea es que OpenAI sea su principal cliente.

¿Con quién ha hablado Altman? Quizás la pregunta más interesante en el punto actual, en el que todas las informaciones giran en torno a un proyecto, conversaciones y verbos conjugados en futuro. Bloomberg, Reuters y FT deslizan algunos nombres, aunque sin ahondar en detalles ni aclarar cómo, cuándo ni el resultado de los contactos. La agencia estadounidense cita a SoftBank Group Corp, un holding de inversión japonés; y G42, un holding de desarrollo de IA con sede en Abu Dhabi que ya ha alcanzado acuerdos con Microsoft y la propia OpenAI. Los contactos con G42 se habrían centrado en la recaudación de entre 8.000 y 10.000 millones.

Financial Times asegura que Altman está en contacto con inversores y fabricantes de Oriente Medio y cita en concreto a una de las grandes multinacionales del sector, fabricante clave de semiconductores: la taiwanesa TSMC, con la que se plantearía una asociación para elaborar chips. El CEO de OpenAI habría contactado también con el jeque Tahnoon bin Zayed al-Nahyan, una figura influyente y poderosa en Emiratos Árabes Unidos (EAU) que desempeña además un papel destacado en la Autoridad de Inversiones de Abu Dhabi (ADIA), ADQ, International Holding Company y G42.

Una apuesta (y momento) estratégica. Los movimientos de Altman llegan en un momento clave, tanto en el sector como de puertas adentro, en la propia OpenAI, que en noviembre echó al CEO en un movimiento que al final acabó reafirmando al directivo al frente de la empresa. Bloomberg desliza que hasta su frustrado despido Altman había estado trabajando en el proyecto de chips.

A nivel más global, sus esfuerzos llegan en un momento estratégico, en pleno desarrollo de modelos de la IA y con la demanda de los chips que lo hacen posible disparada. La firma de investigación Brainy Insights estimaba hace poco que en diez años el mercado mundial crecerá de 14.680 millones a 372.010.

ChatGPT o DALL-E requieren un flujo de chips que ha permitido a NVIDA, fabricante de GPU H100, experimentar un crecimiento extraordinario que en 2023 le permitió elevar su valor por encima del billón de dólares. Con sus conversaciones con potenciales inversores y fabricantes de chips Altman buscaría cubrir la creciente necesidad de semiconductores de OpenAI y, de paso, reducir la dependencia actual de NVIDIA. De momento las informaciones que se filtran muestran que no le saldrá barato.

Imagen de portada: TechCrunch (Flickr)

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