Elon Musk ofrece 5.000 dólares a un adolescente para que deje de mostrar en Twitter los movimientos de su jet

Elon Musk ofrece 5.000 dólares a un adolescente para que deje de mostrar en Twitter los movimientos de su jet
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Cinco mil dólares por eliminar un bot en Twitter. Para la inmensa mayoría de los mortales que nos movemos por la red del pájaro azul es una oferta con una suma más que respetable, pero para Elon Musk, fundador de Tesla y SpaceX, supone solo una ínfima parte de su multimillonaria cartera. Por eso, hace un par de meses, no le tembló el pulso al planteársela a un adolescente de 19 años de Florida. ¿Por qué lo hizo? Por una razón muy simple: el joven, Jack Sweeney, gestiona desde 2020 un perfil (@elonJet) que se dedica a informar de los movimientos del jet de Musk.

Sweeney, un estudiante de la Universidad de Florida Central (UCF), donde cursa Tecnología de la Información, ha creado una decena y media de cuentas en las que, con ayudas de bots, rastrea el movimiento de los aviones privados de grandes magnates del sector, como Bill Gates, Jeff Bezos o el propio Musk. A día de hoy la que sigue los pasos del jet del fundador de SpaceX suma ya 165.400 seguidores. Y subiendo. Como detalla en la propia cuenta, el seguimiento lo logra con datos ADS-B (Automatic Dependent Surveillance-Broadcast) de carácter público. Gracias a esa información, puede definir la ruta incluso de las naves que figuran en la lista Limiting Aircraft Data Displayed.

No quiero que me dispare un loco

Incómodo probablemente con la popularidad que está adquiriendo la cuenta, el 30 de noviembre Musk escribió a Sweeney para pedirle que dejase de rastrear su jet. La conversación se mantuvo vía Twitter, por mensajes privados, pero Daily Mail ha reproducido los pantallazos, en los que se aprecia la cuenta verificada del magnate. “¿Puedes quitar esto? Es un riesgo para la seguridad”, arranca Musk. La respuesta de Sweeney llegó varias horas después y le lanza un órdago. Con un tono a medio camino entre la ironía y la negociación, le contestó: cedería, sí; pero quería algo a cambio.

“Sí puedo, pero le costará un Modelo 3. Sólo en broma, a menos que... Entiendo sus preocupaciones, que son totalmente razonables”, arranca Sweeney, quien se reconoce un admirador del multimillonario y explica que arrancó el proyecto cuando estaba en la escuela secundaria con el propósito de seguir los pasos del negocio de Musk: “Nunca tuve la intención de que creara un problema de seguridad”. El joven asegura que poner la cuenta en marcha le exigió un esfuerzo que ahora rentabiliza con “algunos ingresos” que le ayudan con los gastos de la universidad. “Así que sería bueno poder obtener algo de ella; pero sí, haré algo para respetar su petición”, zanja.

Cuando Musk le pregunta cuánto dinero gana con su cuenta de Twitter, Sweeney reconoce que apenas 20 dólares mensuales y le explica cómo consigue seguir los pasos del jet. “No sé si eres consciente o no, pero todos los aviones tienen transpondedores ADS-B que transmiten telemetría. Por supuesto, cada avión puede ser identificado”. “¿Siempre el mismo código? El control del tráfico aéreo es primitivo”, replica Musk, que advierte: “No me gusta la idea de que me dispare un loco”.

Tras comentar cómo Sweeney consigue los datos y las posibilidades de que pueda rastrearse su jet, Musk lanza la pregunta clave: ¿Qué tal cinco mil dólares por esta cuenta y, en general, ayudar a que sea un poco más difícil para los locos rastrearme?” “Suena factible, la cuenta y toda mi ayuda”, contesta el joven, que propone sin embargo sumar un cero más a la oferta: “¿Hay alguna posibilidad de subir a 50.000 dólares? Sería un gran apoyo en la universidad y probablemente me permitiría conseguir un coche, tal vez incluso un Modelo 3. Me encantaría ayudarte”.

Al no no recibir una respuesta al instante, Sweeney insistió: “Sr. Musk, todavía estoy aquí si quiere la cuenta y ayuda. También se me han ocurrido algunas soluciones más”. El feedback del fundador de Tesla llegaba horas después: “Estoy pensando en ello”. Y hasta hoy. Al menos según Sweeney, que asegura no haber recibido ningún ingreso del magnate. El joven, eso sí, ha cambiado ligeramente su oferta y ahora plantea a Musk cambiar el pago por, directamente, una pasantía.

Lo cierto, es que, al menos mientras escribimos este artículo, @ElonJet sigue informando de los movimientos del avión de Musk. Eso sí, sin poder concretar quién va a abordo. Quizás para calmar los ánimos, el 3 de enero tuiteaba: “Tenemos que recordar que debemos mantener nuestros límites, si no lo hacemos puede que tenga que ser retirado por la fuerza. ElonJet se inició para seguir los movimientos de los negocios, no para que la gente emboscara a Elon en los aeropuertos”.

Imagen de portada | Daniel Oberhaus (Flickr)

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