Halloween lo ha conseguido. Lo detiene todo. Es una de las festividades clave del calendario. Hasta a quienes no nos gusta salir disfrazados de Drácula nos apetece un buen ciclo de terror. No hace falta vaciar calabazas para saborear esta noche especial que se remonta al Samhain, la fiesta de la cosecha.
Y, mientras los escaparates se visten de telarañas y velas a medio derretir, nada como un buen libro para degustar el aroma viciado de una noche que no termina, los vapores en los que grandes maestros como Lovecraft, Poe, Campbell o Barker imprimieron sus obras troncales.
Si eres más de cómic o manga, también tenemos alternativas. Quince, para ser exactos. Quince piezas clave entre los más relevante del horror, desde el patrio Carlos Sisí al inescrutable Junji Ito. Y ya sabes, siéntete libre de sugerir en comentarios tu propia propuesta. Que la oquedad de la noche no acabe nunca.
Los vampiros (y caminantes) de Carlos Sisí
Comenzamos por la biblioteca del madrileño Carlos Sisí, uno de nuestros panteones literarios, de la que debemos destacar su trilogía Rojo y los cinco números de la serie Los Caminantes. Su saga de Los Caminantes te apartará de las soleadas tierras malagueñas durante un tiempo “por si acaso”: Sisí no hace concesiones con zombis lentos; sus bestias despedazan, saltan y corren hasta acorralar cada víctima. Son demoníacas.
Lo mismo podemos decir de ROJO, porque aquí no hay rastro de vampiros asustadizos. Sus primeras 576 páginas te arrastran hasta una noche eterna de animales sedientos de sangre, más emparentados a los vampiros de Carpenter con la capacidad hipnótica de la literatura clásica. Una puerta de entrada —que va creciendo con Fundación y culmina con Infierno— con escasos momentos para relajarse y respirar. Algo trepidante para abrir boca en un Halloween pop.
El árbol de las brujas y La feria de las tinieblas (Ray Bradbury)
Tras el empache de cuellos mordidos y cadáveres amontonándose en las playas de Málaga, el banquete de las calabazas es un peaje obligatorio.
A Bradbury el padre de Crónicas Marcianas o Fahrenheit 451, no le hacen falta presentaciones. La suya es una de las sombras más largas de la literatura distópica. Pero además de sci-fi, Bradbury escribió poemas, cuentos infantiles, teatro o clásicos de terror como los que nos atañen: El árbol de las brujas y La feria de las tinieblas.
Dos rostros muy diferenciados para todos los lectores de la casa: el primero sirve como perfecta introducción para conocer los orígenes de Halloween. El segundo vuelve sobre la semana de los Difuntos y manda a un puñado de adolescentes en viajes temporales que van desde sus primeros balbuceos hasta un futuro extraño donde solo quedan arrugas y canas. Dos piezas ideales para una tarde de lectura familiar.
La casa infernal y Soy leyenda (Richard Matheson)
Y si hablar de Bradbury es hacerlo de un padre fundador, con Matheson estamos ante uno de los escritores más influyentes del siglo. Un autor capaz de aligerar sus referencias con guiños western o profundas relecturas sobre los estratos de nuestra sociedad.
Con La casa infernal estableció nuevas pautas en el género de los espacios encantados. Con Soy leyenda, las tensiones pre-guerra fría cobran forma de hecatombe bacteriológica y la sociedad se ha repartido entre supervivientes sanos, los menos, y un mundo vampirizado y a punto de capitular. La edición que recomendamos incluye además un prólogo del difunto Matheson hablando sobre las adaptaciones cinematográficas, sus diferencias y particularidades. Y ya te lo garantizamos: el libro es mejor.
A ciegas (Josh Malerman)
Aunque no son dados a publicar cifras, Netflix reconoció que la adaptación de esta obra de Malerman fue su mayor éxito cinematográfico. ¿La razón? Su capacidad de enganchar y arrastrarte hasta el final.
Con la premisa de un mundo donde solo puedes sobrevivir a ciegas, porque ver la realidad hace que enloquezcas hasta morir o asesinar a quien te rodee, se desarrolla un estremecedor relato de supervivencia con ecos al mejor Cormac McCarthy. A ciegas fue su primera novela y pronto se erigió como el blockbuster del año. Mejor compruébalo tú mismo.
Creepshow, de Stephen King y Bernie Wrightson
Descansemos ahora de la novela formulaica como tal para aterrizar en las costas de Planeta Cómic. Porque no solo de libros gordos vive el hombre y quien conozca Creepshow recordará que estamos ante una de las antologías gráficas más relevantes de los 80.
Basada en la película homónima, esta novela gráfica sirve como tributo, como adenda y guiño cafre a una generación de cómics de terror que llevan ilustrándose desde finales de los años 40. La edición que citamos, publicada en 2017, aglutina las cinco historias cortas escritas por Stephen King y dibujadas Bernie Wrightson. Tales From the Crypt, Twilight Zone y CreepShow son tres pilares de casquería y mala baba que deberían estar en la estantería de cualquier fan.
Vlad Drácula, de Roy Thomas
Si hay obras imperecederas es por algo: por su lenguaje, su iconografía y su capacidad transformadora. Roy Thomas escribe y Esteban Maroto Torres dibuja un cómic inspirado en el Drácula de Bram Stoker que, a su vez, profundiza en los primeros años de Vlad Tepes y su condición de aristócrata vampírico.
Una delicia que nunca se ha editado en formato integral, conservando el blanco y negro de la edición original publicada en Estados Unidos.
Los muertos vivientes, de Robert Kirkman
Ya te lo esperabas, ¿verdad? No podemos ignorar una de las epopeyas zombis más importantes de nuestra generación.
Robert Kirkman, Tony Moore y Charlie Adlard han dado forma y color a una saga/árbol que no para de dar: videojuegos, spin-offs y la interminable serie que AMC adaptó para televisión allá por 2010. Su fama le precede pero siempre es mejor acudir al original.
Uzumaki (Integral), de Junji Ito
No existe un autor en esta industria del manga capaz de ilustrar las oníricas escenas de Junji Ito. Su mirada sobre la locura es algo único y Uzumaki, junto a Tomie, una obra capital que ahora podemos leer compilada: los tres volúmenes —subdivididos en seis episodios cada uno— agrupados en un gran libro con toda la obra.
¿De qué va? De todo y de nada, de una pequeña ciudad llena de espirales ahogada por una maldición inexplicable. El germen del Apocalipsis.
Ibitsu, de Haruto Ryo
Seguimos alimentando la psicosis malrollera con más manga. Una leyenda urbana cuenta que cerca de los basureros aparece una extraña niña, vestida de lolita, preguntándote si tienes una hermana. Respondas lo que respondas morirás.
Así se sucede al protagonista de este seinen que buscará sobrevivir a toda costa. Bajo estos mimbres Haruto Ryo ha construido Ibitsu, un interesante manga para tenerte sin dormir la semana posterior a Halloween.
Dragon Head, de Minetaro Mochizuki
Aunque si de malestar queremos hablar, Dragon Head se lleva la palma. 432 páginas donde tres adolescentes sobreviven a duras penas a un descarrilamiento. Juntos o separados sacarán a relucir sus peores defectos mientras asumen que nadie volverá para restacarlos. Esta obra de Mochizuki, padre del muy recomendable Chiisakobe, se convirtió en uno de los mayores éxitos de los últimos años. Por algo será.
La llamada de Cthulhu (H. P. Lovecraft)
¿Es posible adaptar lo inadaptable? ¿Le sienta bien a Lovecraft la concreción estilística? Solo tienes que hojear algunas de las páginas de esta adaptación ilustrada para constatar el amor de François Baranger, habitual en videojuegos como Heavy Rain o sagas como Harry Potter, ante la materia prima del literato de Providence.
Si el evocador relato del náufrago en mitad del océano ya ofrece imágenes mentales de belleza siniestra, Baranger eleva la apuesta con detalladas páginas a todo color.
Frankenstein ¡Está vivo! (Bernie Wrightson)
La pareja Steve Niles y Bernie Wrightson han escarbado en la psique del monstruo más popular de la literatura gótica y lo han llevado a un estado lúcido, a un tratado que evoca La lección de anatomía escrita para La cosa del Pantano por Alan Moore. Palabra mayores que podrás constatar en esta edición de lujo, la que se nos antoja un regalo perfecto para Halloween o cualquier festividad con excusa literaria.
Alien. El octavo pasajero (Ian Nathan)
Y para rematar, un clásico, un colofón a la altura: el eco de pisadas por los nublados pasillos de la Nostromo, ahora redibujados por Ian Nathan. Los turbados diseños de Moebius y H. R. Giger sobre largos textos informativos, storyboards anotados por el mismísimo Ridley Scott, y páginas completas del guión original.
Esta edición conmemora 40 aniversario de la película Alien y es más que un goodie para fans, es una biblia temática para recordar una de las películas más impactantes, desasosegantes y perversas del cine moderno. Una manera mítica de cerrar un Halloween de tinta y celulosa.
