Desde los primeros ordenadores personales allá a finales de los años 80, en los tiempos de MS-DOS y las primeras versiones de Windows, la seguridad ha sido el recordatorio permanente de que no vivimos en un mundo perfecto. En un mundo utópicamente bueno, la seguridad se limitaría al ámbito de los imprevistos imponderables, pero la realidad es que, desde los tiempos de los IBM PCs, ha existido la necesidad de proteger tanto el software como el hardware y los datos frente las intenciones maliciosas de otras personas.

En aquellos tiempos en los que no había Internet, las amenazas se centraban en virus “escondidos” en aplicaciones supuestamente inofensivas, que provocaban, por lo general, daños en los datos o impedían que los usuarios usaran sus equipos normalmente. En algunos casos, se podía dañar el hardware a través del borrado de la BIOS.
En los años 90, con la democratización paulatina de Internet, los virus encontraron en las redes un medio natural de propagación, especialmente a partir de 1999, cuando llegó la tecnología WiFi a los equipos portátiles. Por aquel entonces era habitual contar con algún antivirus instalado, como el VirusScan de McAfee, presentado en 1987.
Las amenazas de seguridad actuales
Esencialmente, los primeros antivirus consistían en mecanismos de detección de “firmas” de código conocidas para los virus existentes en los programas y archivos de los ordenadores.
Con el paso del tiempo, la irrupción de fenómenos como Internet, la nube o las redes sociales ha ido ampliando el ámbito de acción de las amenazas a áreas como la navegación web, la gestión de nuestra identidad en aplicaciones, servicios o redes sociales, o en los parámetros de funcionamiento de nuestras conexiones de Internet, que se aprovechan para tratar de ganar acceso a los ordenadores de forma remota.

A diferencia de los primeros virus, programados para ser vistos claramente y mostrar la capacidad de los hackers para tomar el control de los ordenadores, las amenazas actuales están diseñadas para permanecer ocultas, obteniendo datos de los usuarios o las infraestructuras de red de las empresas, que luego serán puestas a la venta en la Deep Web o, preferiblemente, la Dark Web.
Las amenazas suelen actuar de forma silenciosa, recabando información sobre nuestros correos, contraseñas, cuentas bancarias, tarjetas de crédito, servicios a los que estamos suscritos...
El ransomware es una de las amenazas más visibles que existen en la actualidad, encriptando los datos para luego pedir un rescate a cambio de la clave de des encriptación. Es una modalidad que afecta casi en exclusiva a las empresas, no a los particulares.
Otro vector de amenazas lo encontramos en el uso de múltiples dispositivos, ya sean equipos PC con diferentes sistemas operativos o dispositivos tales como tabletas y smartphones. En todos ellos usamos, por lo general, las mismas cuentas e identidades. Y en todos ellos encontramos amenazas adaptadas a sus peculiaridades. En los smartphones, sin ir más lejos, y por poner dos ejemplos rápidos, habrá que prestar especial atención a las aplicaciones instaladas, así como a la conectividad a través de redes WiFi.
Un recorrido por las amenazas actuales a partir de las funcionalidades de McAfee
McAfee es una de las compañías de seguridad pioneras en la protección de los usuarios frente a las amenazas de seguridad tras la irrupción del ordenador personal, primero, y las tecnologías de telecomunicaciones, Internet, la nube, los datos, los dispositivos móviles conectados y las redes sociales y la IA, después.

Estamos ante soluciones de seguridad adaptadas a las necesidades de usuarios individuales o a la de entornos familiares con múltiples integrantes, incluyendo herramientas de control parental para los menores, y que incorporan las metodologías de protección más vanguardistas con agilidad y eficiencia. Sin ir más lejos, McAfee alerta sobre filtraciones de datos como las cuentas bancarias o las tarjetas de crédito una media de 10 meses antes que otras soluciones de seguridad.
Los virus siguen existiendo, por más que nos pese
McAfee cuenta con protección antivirus para nuestros dispositivos. Dependiendo del plan contratado, podremos tener protección incluso para un número ilimitado de dispositivos. Los virus siguen estando ahí, aunque ya no son la fuente de amenazas que más debería preocuparnos.
Incluso los sistemas operativos cuentan con grados de protección básicos para este tipo de amenazas. Con todo, no tendremos que bajar la guardia.
Protección de la identidad: sí, por favor

A la hora de proteger nuestra identidad, no hay que olvidar que, en la actualidad, las amenazas suelen actuar de forma silenciosa, recabando información sobre nuestros correos, contraseñas, cuentas bancarias, tarjetas de crédito, servicios a los que estamos suscritos, etcétera.
Una usurpación de identidad supone, potencialmente, que un tercero se haga pasar por nosotros para acceder a servicios, comprar bienes o delinquir en el ciberespacio
Esta información es con la que comercian los ciberdelincuentes en foros dentro de espacios como la Dark Web. McAfee ofrece funcionalidades para identificar datos que potencialmente pudieran estar comprometidos, supervisando si hay cambios y ayudando a la hora de limpiar los datos personales que pudieran estar en manos de los intermediarios. Dependiendo de los planes contratados, podremos contar con la ayuda de expertos para recuperar potenciales usurpaciones de identidad.
Una usurpación de identidad supone, potencialmente, que un tercero se haga pasar por nosotros para acceder a servicios, comprar bienes o delinquir en el ciberespacio, lo cual puede crear complicaciones incluso legales.
Firewall y VPN: baja la persiana de tu conexión de Internet
Las conexiones de Internet pueden ser la puerta de entrada para los ciberdelincuentes. No todas las conexiones de Internet son seguras, por no hablar de que nuestra IP pueden aportar información muy valiosa para los ciberdelincuentes a la hora de acceder a nuestros datos, identidad o ubicación geográfica.

Las VPN se han convertido en una navaja suiza, añadiendo encriptación, ocultando nuestra ubicación y nuestra IP real, o permitiendo que elijamos desde qué país queremos conectarnos
Las VPN, en este contexto, se han convertido en una navaja suiza de la conectividad, añadiendo encriptación, ocultando nuestra ubicación geográfica y nuestra IP real, o permitiendo que elijamos desde qué país queremos que se desarrollen nuestras sesiones online.
McAfee ofrece como parte de sus soluciones de seguridad una VPN que se activa a voluntad o de forma automática cuando detecta conexiones inseguras. Existen soluciones gratuitas, con limitaciones en tráfico o velocidad; o de pago, pero sin el contexto de una plataforma de seguridad integral como la de McAfee. Podremos usar la VPN tanto en los equipos PC y Mac como en los dispositivos portátiles.
El Firewall, por su parte, monitoriza las conexiones entrantes y salientes, con la posibilidad de abrir y cerrar puertos de forma global o particularizada para cada aplicación y servicio que usemos en nuestras sesiones.
La seguridad de las redes sociales, asignatura aprobada

Las redes sociales son otra fuente de riesgos para nuestra seguridad, tanto si permiten que se acceda a información relevante sobre nuestra identidad como si corren el riesgo de ser secuestradas. Sin ir más lejos, no es extraño recibir mensajes que contienen malware a través de cuentas hackeadas.
McAfee cuenta con funcionalidades para auditar la configuración de seguridad de las redes sociales más usadas, de modo que podremos blindarlas incluso si no tenemos conocimientos sobre ciberseguridad.
Dispositivos móviles: cuidado con los SMS

La protección de los dispositivos móviles es esencial para eliminar cualquier tipo de fisura en nuestra seguridad digital. Y, aunque pueda parecer una tecnología obsoleta, los SMS siguen siendo una fuente de riesgo importante. Pinchando en enlaces provenientes de SMS que, aparentemente, provienen de nuestro banco o la administración pública, podemos ser víctimas de fraudes y, si compartimos nuestros datos, perder incluso dinero.
McAfee Total Protection incorpora un sistema único de detección de SMS fraudulentos, que nos ayudará a no hacer clic sobre ellos y prevenir futuros mensajes. Es parte de la protección que ofrece a través de la herramienta para dispositivos móviles.
Además, también permite bloquear el acceso a enlaces comprometidos, incluso tras haber hecho clic en ellos. Más tranquilidad, aunque nunca hay que bajar la guardia.
Navegadores: casi sistemas operativos
Los navegadores web han ido añadiendo funcionalidades y control sobre el hardware, hasta el punto de que, desde ellos, podemos ejecutar aplicaciones o acceder a servicios tan potentes como las aplicaciones tradicionales que instalamos en el PC, Mac, la tablet o el smartphone.

Muchos de los enlaces fraudulentos están diseñadas para capturar nuestros datos o descargar código malicioso que permita monitorizar el tráfico de red, la pulsación de teclas o para actuar como servidores de correo malicioso
Las extensiones de los navegadores añaden más funcionalidades aún, con acceso prácticamente total a los dispositivos. Sin olvidar los portales web, en los que no siempre encontramos código legítimo, sino que apuntan a código controlado por ciberdelincuentes.
Muchos de los enlaces fraudulentos, de hecho, apuntan a webs que, aparentemente son legítimas, pero están diseñadas para capturar nuestros datos, o descargar código malicioso en nuestros equipos para monitorizar el tráfico de red, la pulsación de teclas o para actuar como servidores de correo malicioso.
McAfee Total Protection cuenta con funcionalidades para monitorizar y auditar la legitimidad de las extensiones de los navegadores más populares, así como la legitimidad de las webs a las que accedemos. Es otro pilar de la protección integrar que la compañía ofrece a sus usuarios.
Seguridad más compleja de lo que parece
De cuando en cuando, los medios de comunicación se inundan de noticias y contenidos relacionados con la seguridad que provocan una especie de pánico general que invita a adoptar soluciones de seguridad de un modo precipitado y hasta compulsivo.
En otras ocasiones, son los usuarios víctimas de un fraude, un robo de identidad o una pérdida de datos los que se ponen en modo alerta máxima, tratando de recuperar desde una cuenta hackeada, hasta un dinero estafado, pasando por una identidad comprometida.

Después, cuando el nivel de alerta baja, volvemos a olvidarnos de la seguridad, repitiéndose el ciclo. Lo más educado y sensato es pararse un momento y hacernos un esquema mental sobre los potenciales riesgos a los que estamos expuestos en los tiempos de Internet, las redes sociales, la nube y los dispositivos móviles.
Partir de las funcionalidades de un proveedor de soluciones de seguridad como McAfee Total Protection es un trabajo didáctico útil, al contemplar la totalidad de vectores de ataque a los que estamos expuestos como usuarios.
A partir de esa información, podremos tomar decisiones informadas sobre la conveniencia o no de adoptar la solución de seguridad que mejor se adapte a nuestras circunstancias. Pero mejor cuando estamos a tiempo.
Imágenes: Adobe Stock y McAfee
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