La ciencia del insomnio cada vez lo tiene más claro: dormir poco y mal está envejeciendo tu mente

La ciencia del insomnio cada vez lo tiene más claro: dormir poco y mal está envejeciendo tu mente
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No son necesarios estudios científicos para saber que dormir poco y mal nos perjudica, pero estos pueden ayudarnos a entender mejor la magnitud de los problemas que la falta de sueño nos causa. Y sobre todo ayudarnos a dormir mejor. Uno de estos estudios nos explica ahora, que estas consecuencias del insomnio pueden alargarse mucho en el tiempo y afectar a nuestras capacidades cuando alcanzamos la tercera edad.

Lo que dice el estudio. El nuevo análisis señala una correlación entre los casos más severos de insomnio en personas de mediana edad y problemas cognitivos cuando éstos alcanzan la edad de jubilación. Los perjuicios cognitivos que señaló el equipo encargado del análisis son problemas de memoria, de concentración y problemas en la capacidad de aprendizaje. Estos síntomas eran más leves en aquellos participantes cuyo insomnio mejoraba con el tiempo.

En lo que se fijaron los investigadores. El artículo presentado en la revista Journal of Aging and Health da los detalles sobre este estudio, realizado en Finlandia y que contó con más de 3.700 participantes (en su mayor parte mujeres). En un primer momento se encuestó a estos participantes sobre sus problemas para dormir y para posteriormente (entre 15 y 17 años después) realizarles una segunda encuesta de seguimiento. Precisamente este largo intervalo es el aspecto del estudio que destacan los autores, puesto que los estudios sobre efectos del insomnio a largo plazo no son tan abundantes.

Como siempre, cautela ante los resultados. Hay que tener en cuenta varios factores antes de sacar conclusiones. La primera, según explica Tea Lallukka, coautora del estudio, es que en él solo se toman medidas subjetivas de las capacidades cognitivas, es decir, las declaradas por los y las participantes a través de una encuesta. Las estimaciones subjetivas son válidas y muy utilizadas en este tipo de estudios pero pueden discrepar de otras formas de medición objetivas.

El segundo factor a tener en cuenta es que el estudio mide una correlación entre sueño y capacidades cognitivas, pero la relación causal no está asegurada. En relación a este aspecto, tan solo la segunda encuesta consultaba a los participantes por sus capacidades cognitivas.

Lo que podemos aprender de este estudio. Aún con sus limitaciones el estudio puede ayudar a comprender mejor cómo envejece nuestra mente. Detectar los problemas de insomnio podría ayudar a prevenir sus peores consecuencias. A este respecto señala Lallukka que es necesario evaluar posibles intervenciones para confirmar si la mejora del sueño en las personas de mediana edad tiene un impacto positivo cuando éstas alcanzan la tercera edad.

El peso del insomnio. La noticia de que el insomnio esté relacionado con problemas a la hora de funcionar en nuestro día a día no es nada sorprendente. Sabemos que no dormir afecta a nuestro cuerpo y a nuestra mente. Ya son muchos los estudios que investigan los efectos que la falta de sueño tiene sobre nosotros. Y parece que cada vez dormimos peor, o así lo indica el aumento progresivo en el consumo de medicamentos para tratarlo en España, que ha superado ya el consumo per cápita del resto de países del mundo.

Objetivo: dormir mejor. En ocasiones los problemas de insomnio pueden ser lo suficientemente importantes como para que tengamos que acudir a profesionales de la salud. Existen eso sí, formas para mejorar la calidad (y cantidad) de nuestro sueño en el día a día, que no requieren tampoco medicación. Así, por ejemplo, mantener la regularidad del sueño, asegurarnos de que nuestro entorno sea el propicio y tener cuidado con sustancias como la cafeína o el alcohol son consejos habituales.

Imagen | Zoë Gayah Jonker

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