El desarrollo del gigantesco cohete Starship de SpaceX está sufriendo algún que otro contratiempo importante. Es el caso de las últimas pruebas en tierra que se supone que servirían para probar su cohete acelerador, el Super Heavy.
Al Starship le está costando despegar. El desarrollo de esta gigantesca nave está topándose con bastantes problemas. El propio Elon Musk reconocía cuando empezaron las pruebas que en el vuelo a baja altura solo esperaba un 33% de posibilidades de éxito, y tras varios retrasos la nave logró alzar el vuelo para luego estallar por completo a finales de 2020.
Tropiezos explosivos. Los problemas con este proyecto hicieron que la FAA supervisara más de cerca a SpaceX, pero los sucesos no han dejado de producirse. En marzo de 2021 SpaceX lograba aterrizar con éxito a la tercera para explotar minutos después. Pocas semanas después completaría ese ciclo con éxito al fin, pero las cosas no están siendo fáciles y hubo hasta riesgo de bancarrota por unos gastos que lógicamente son altísimos. Todo parecía avanzar, pero de repente...
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— NSF - NASASpaceflight.com (@NASASpaceflight) July 11, 2022
Qué ha pasado. El Super Heavy cuenta con 33 motores Raptor (eran 29 antes) y es el encargado de poner en órbita a la nave Starship, pero este elemento crucial de las futuras misiones a Marte acabó explotando de forma espectacular, aunque con consecuencias aparentemente menos graves de lo que podría parecer.
Estructura aparentemente intacta. Las pruebas, realizadas en la base de Boca Chica, parecieron iniciarse sin problemas, pero a los pocos instantes el cohete acelerador explotó. Musk indicó en Twitter "sí, esto no es bueno. El equipo está evaluando los daños". A pesar de lo aparatoso de la explosión, a los pocos segundos se ve cómo los motores dejan de funcionar y tras la nube de humo el resto del cohete parece estar intacto.
Qué pasa con el combustible criogénico. Lograr levantar 100 toneladas métricas de metal no es fácil, y por eso Starship necesita un empuje formidable. Para lograrlo está el Super Heavy y sus 33 motores Raptor (el número va aumentando), pero también un componente clave: el combustible criogénico.
Estos propulsores o propelentes criogénicos en estado líquido permiten ahorrar espacio en los tanques de combustible y se usan por una ventaja fundamental: ofrecen empujes espectaculares frente a otras alternativas, y por tanto son cruciales para lograr elevar esa gigantesca masa de la nave Starship y ponerla en órbita.
Ese combustible es un reto. Musk no dio demasiados detalles sobre las posibles causas de la explosión, pero sí indicó que el uso de combustible criogénico "es un reto añadido, ya que se evapora y crea un riesgo de explosión en el aire en una atmósfera compuesta parcialmente por oxígeno como la de la Tierra". Ese combustible es un elemento clave del empuje que logran los motores Raptor que elevan la gigantesca nave.
Aún así, aseguró, hay muchos sensores que tratan de detectar esos riesgos, pero algo parece haber fallado en el sistema.
Elon, el eterno optimista. El fundador de Tesla y SpaceX pretende llegar a Marte en pocos años, pero además plantea la puesta en marcha de una ciudad sostenible allí que albergará a un millón de personas antes de 2050. Este suceso podría afectar a la hoja de ruta de esas misiones, aunque anteriores tropiezos no han impedido desde luego que los responsables del proyecto sigan avanzando para lograr su objetivo.
Imagen: SpaceX
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