El cohete más alto del mundo está listo para volar otra vez. La principal incógnita de este cuarto vuelo es si podrá sobrevivir a la reentrada atmosférica, un asunto que tiene a Elon Musk particularmente nervioso.
El desafío de la reentrada. En el vuelo anterior, la Starship alcanzó por primera vez su velocidad objetivo, y recorrió medio mundo en una trayectoria suborbital. Sin embargo, una obstrucción en las válvulas responsables del control de balanceo hicieron que la nave empezara girar sin control.
La enorme fricción de la Starship con el aire a medida que reentraba a toda velocidad sobre el océano Índico nos dejó imágenes espectaculares de la nave rodeada de plasma, pero con el cuerpo totalmente expuesto debido al balanceo, no sobrevivió. La Ship 28 se desintegró a 65 kilómetros de altitud.
Expectativas para el vuelo 4. La Ship 29 volará, según lo previsto, el jueves 6 de junio. Está equipada con propulsores de control de balanceo adicionales para evitar una nueva pérdida de control. Aun así, Elon Musk no tiene claro que vaya a poder completar la reentrada atmosférica.
Hasta cuatro veces ha tuiteado el CEO de SpaceX en las últimas semanas para rebajar las expectativas de un éxito completo en la cuarta prueba. Musk pone el foco en el escudo térmico de la nave.
El peculiar escudo térmico de Starship. El escudo térmico de la nave Starship está compuesto de miles de losetas octogonales de cerámica muy ligeras pegadas a un material de contención secundario en el cuerpo de acero del cohete.
A diferencia del escudo de la nave Dragon de SpaceX, que lleva rutinariamente astronautas a la Estación Espacial Internacional, el escudo térmico de la Starship está diseñado para ser reutilizable. Y no cada seis meses, como pasaba con el transbordador espacial, que era restaurado entre vuelos, sino cada pocas horas.
Problemas de fiabilidad en las losetas. El punto débil de este diseño es que algunas losetas se desprenden y se caen con los bruscos movimientos del despegue del cohete, la separación de etapas y la reentrada de la nave.
Elon Musk ha dejado claro que el material secundario no es capaz de sobrevivir a la pérdida de una sola loseta, así que cada pieza (especialmente las que están en ángulo sobre las superficies aerodinámicas de la nave) se inspecciona de manera individual para asegurar que esté fijada a la Starship.
El objetivo real del vuelo 4. Puesto que la fiabilidad del escudo térmico sigue en entredicho, el objetivo del vuelo de esta semana no es superar la reentrada y caer de una pieza en el océano, sino resistir durante más tiempo al calor de la fricción con el aire.
Si Starsihp supera la fase de mayor calentamiento en la reentrada, el vuelo 4 será un éxito para SpaceX en su cronograma habitual de ensayo y error. Con 5.000 toneladas, Starship es el objeto volador más grande jamás creado. Que pueda aterrizar y volver a volar al día siguiente depende de que esas losetas resistan.
Imagen | SpaceX
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