En enero de este año se confirmó uno de los grandes enigmas sobre el planeta rojo. Una sonda de la ESA detectaba gigantescos depósitos de agua fuera de los casquetes polares, el mayor hallazgo en el ecuador de Marte despejaba todas las dudas sobre el preciado bien. Ahora, se acaba de anunciar algo igualmente sorprendente. Señales de océanos de agua en Marte, aunque con un problema.
Océanos de agua. Un nuevo análisis de los datos sísmicos recopilados por el módulo de aterrizaje Mars InSight sugiere que las señales encontradas son enormes depósitos de agua líquida. Eso sí, a profundidades tan grandes como para que podamos acceder a ellas en estos momentos. Sea como fuere, el anuncio es una pieza muy importante del rompecabezas de la historia acuática del planeta rojo.
Un punto de partida. Cuentan los investigadores que a medida que los rovers recorren la superficie de Marte recopilando datos sobre su geología, se hace cada vez más evidente que el planeta rojo alguna vez estuvo repleto de agua. Los minerales, el terreno y características como antiguos lechos de lagos secos y deltas sugieren que estuvo empapado en algún momento.
Según el geofísico Vashan Wright, del Instituto Scripps de Oceanografía de la Universidad de California en San Diego, “comprender el ciclo del agua marciano es fundamental para entender la evolución del clima, la superficie y el interior. Un punto de partida útil es identificar dónde está el agua y cuánta hay".
Agua muy profunda. Los datos del sismógrafo indican que las señales de agua se encontrarían a entre 11 a 20 kilómetros por debajo de la superficie marciana, agua que persiste en los poros de la corteza del planeta y que creen que sería suficiente para cubrir todo el planeta con un océano de aproximadamente 1,6 kilómetros de profundidad.
Un descubrimiento que se produce apenas unas semanas después de que el rover Perseverance de la NASA perforara una muestra de roca en Marte que puede contener evidencia de vida microbiana de una era pasada. Dicho de otra forma, en apenas unos días hemos dado con dos hallazgos que nos acercan al posible descubrimiento más disruptivo en la historia de la humanidad: el de la vida más allá de la Tierra.
Vida activa. Los investigadores recuerdan que, en estos momentos, todo lo que podemos esperar en la superficie marciana son restos antiguos de vida extraterrestre extinta, pero cualquier fuente considerable de agua líquida es un lugar idóneo para comprobar si hay vida microbiana activa.
Para Michael Manga, coautor del estudio y científico planetario de la Universidad de California, Berkeley, “es cierto en la Tierra: las minas muy profundas albergan vida, el fondo del océano alberga vida. No hemos encontrado ninguna evidencia de vida en Marte, pero al menos hemos identificado un lugar que, en principio, debería ser capaz de sustentar la vida".
El sismómetro, clave. Al parecer, los terremotos ayudaron a la NASA a encontrar pistas sobre el agua. Cuando la agencia puso un sismómetro en el planeta rojo a bordo de su módulo de aterrizaje InSight, el objetivo era observar el interior del planeta. El instrumento midió la actividad de los terremotos y cartografió las ondas sísmicas. A medida que esas ondas se desplazaban por el interior de Marte, su ritmo y dirección de viaje se veían influenciados por el material a través del cual viajan en las profundidades del subsuelo.
Así, mientras medía las ondas, el equipo pudo determinar qué hay debajo de la superficie del planeta. Un proceso similar a cómo las ondas de una radiografía o una tomografía computarizada pueden revelar qué hay dentro de un cuerpo humano. Luego, a través de modelos matemáticos, pudieron determinar esa capa profunda de roca ígnea fracturada y saturada de agua.
El misterio del líquido. Como recuerdan en el trabajo publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, el hallazgo también nos acerca a resolver uno de los mayores misterios del planeta: adónde fue a parar toda el agua. Hay dos lugares a los que podría haber ido: al espacio, cuando se evaporó en un gas, o al interior del planeta, secuestrada como depósitos de hielo o reservorios líquidos. Aunque no tenemos forma de medir cuánta agua se filtró en "el más allá", ahora tenemos los datos necesarios para investigar, al menos, el centro de Marte.
Lo que sí parece claro, sin género de dudas, es que la superficie de Marte alguna vez estuvo llena de agua. Posiblemente, el planeta no tenía un campo magnético fuerte como el de la Tierra, uno que lo ayudara a mantener su atmósfera. Como resultado, la radiación del sol desgastó la poca capa protectora de gases atmosféricos que existía y el planeta se secó.
Hoy sabemos que parte de esa agua se filtró a las profundidades en la corteza del planeta. Necesitamos otro sismógrafo con urgencia.
Imagen | NASA/JPL, NASA/JPL-Caltech, ESO/M. Kornmesser, James Tuttle Keane and Aaron Rodriquez
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