Al Panel de Seguridad de la NASA le preocupa el futuro de las misiones Artemis. Tiene motivos

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El último informe del Panel Asesor de Seguridad Aeroespacial (ASAP) de la NASA se ha saldado con un tirón de orejas a la agencia. El programa Artemis centra las preocupaciones del primer informe anual emitido tras la misión inaugural del ambicioso programa para devolver al ser humano a la Luna.

De cal y de arena. El informe del Panel Asesor de la NASA en materia de seguridad presenta unas conclusiones variadas. Por una parte, congratula a la agencia por el éxito logrado en la primera misión del programa Artemis. Por otra, señala algunos hechos relacionados con éste que considera preocupantes.

En cuanto a lo positivo, el ASAP señala el progreso realizado por la agencia a la hora de solventar los problemas señalados por el panel en su informe del año anterior. Estas recomendaciones abarcaban distintos ámbitos, desde el desarrollo de una “visión estratégica” a mejoras en la cohesión en la gobernanza en la agencia.

Por otra parte, el panel ha emitido nuevas recomendaciones, o más bien advertencias, a la agencia, especialmente centradas en el programa Artemis.

Cuestión de comunicación. El informe hace referencia al desastre del transbordador Columbia y la subsiguiente investigación lanzada para evitar fallos como los que se cobraron la vida de los siete tripulantes del transbordador en 2003. Entonces el énfasis se situó en fomentar una comunicación fluida de errores, fallos y riesgos.

“[La] NASA no ha tenido que ejercitar sus ‘músculos’ en la comunicación de riesgos en operaciones de lanzamiento en los años desde el último vuelo de los transbordadores espaciales, cuando las lecciones del Columbia aún estaban frescas”, señala el informe. Al panel le preocupa que, en décadas sin vuelos tripulados gestionados plenamente por la agencia, la agencia haya podido reducir su atención a la “cultura de la seguridad”.

El momento clave de Artemis. ASAP no lanza du crítica al aire, sino que pone el intento de lanzamiento de Artemis I en septiembre como ejemplo de fallo en la comunicación de problemas. El comité alerta de que la comunicación de este error no estuvo al nivel de lo esperado y habla de “oportunidad perdida” a la hora de modelar las expectativas en lo referente a “una cultura sana de la seguridad”.

“Si este ejemplo de caso representa un momento único de desatención o una debilidad profunda y persistente, sirve para recordar a la NASA de la necesidad crítica de prestar atención de cera a los principios fundamentales de una cultura sana de la seguridad”, añade el informe.

La clave de la experiencia. La segunda clave del informe se centra también en el programa Artemis pero no en un hecho concreto sino en un riesgo derivado del relevo generacional que se está dando en el programa. El motivo está en el espaciamiento irregular entre las misiones Artemis, que ha separado notablemente la primera misión de la segunda (a su vez la primera tripulada).

ASAP teme que la salida de numerosos expertos involucrados en el programa Artemis tras la primera misión puede convertir al equipo al frente de Artemis II en uno relativamente inexperto. El informe señala la imperiosa necesidad de transmitir la experiencia entre los miembros salientes y los entrantes en el equipo.

La NASA sabe bien la importancia de esto. El tiempo transcurrido entre Apollo y Artemis implicó que el nuevo programa tuviera que partir de un punto inicial ni aproximadamente tan avanzado como el punto en el que finalizó el programa Apollo. Un ejemplo también reciente fue el quebradero de cabeza que supuso reparar una sonda diseñada hace décadas por personal jubilado también tiempo atrás.

Seguir el consejo. La NASA se enfrenta a un reto de dimensiones épicas. Si enviar astronautas a la Luna ya implica grandes dificultades, hacerlo en un momento en el que el resto de vuelos tripulados han sido descentralizados supone un plus al desafío.

La agencia tendrá que atender a los consejos emitidos por el panel (quia quizás también sean útiles para organizaciones en general). Facilitar los canales de comunicación para la detección de errores y para la transmisión intergeneracional del conocimiento es un consejo que no podrá desoír.

Imagen | NASA/Joel Kowsky

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