Europa ha decidido que las calderas de gas son mucho peores que las bombas de calor. Y por ello ya ha anunciado su final. La nueva Directiva de Eficiencia Energética ya se ha publicado y entre sus medidas para aumentar el ahorro energético se incluye una apuesta decidida porque todos los hogares europeos se pasen a las bombas de calor.
Nada de calderas de gas en los nuevos edificios. Aunque España tiene un máximo de dos años para transponer la ley, hasta el 1 de octubre de 2025, la idea es que la transición se vaya viendo desde estos momentos.
La normativa establece que los Estados miembros deberán en 2030 garantizar una reducción de al menos un 11,7% respecto a 2020 en el consumo de energía final. Para conseguirlo hay toda una serie de puntos, entre los que se incluye la renovación de la calefacción en edificios públicos y la prohibición a partir de 2026 de implementar en edificios residenciales nuevas medidas basadas en combustibles fósiles. Es decir, los nuevos edificios deberán apostar por instalar bombas de calor en vez de calderas de gas.
Los instaladores ya están tomando nota. Aunque la normativa española todavía no está creada, desde el sector ya son conscientes de las implicaciones que traerá. En CNI Instaladores explican que están preparados para trabajar en el Comité de modificación del RITE y CTE en el Ministerio de Transición Ecológica.
El cambio hacia las bombas de calor exigirá que los profesionales del sector tengan que adaptarse. Algo contemplado por la propia Directiva que especifica que los Estados deberán garantizar la existencia de suficientes profesionales cualificados y se deberán poner en marcha campañas publicitarias para atraer a jóvenes a esta profesión de mantenimiento energético.
La aerotermia es mucho más eficiente que el gas natural. Las bombas de calor se basan en la aerotermia, que utilizan la energía del aire para producir tanto frío como calor. En cambio, las calderas se basan en la energía del gas natural quemándolo. Se da el caso de que la diferencia de eficiencia entre unas y otras es enorme, consumiendo las bombas de calor hasta un 75% menos.
Esta diferencia, junto a que suponen energía renovable, es lo que ha llevado a Europa a tomar la decisión.
Los nórdicos saben. La Asociación Europea de Bombas de Calor (EHPA) ha publicado un informe sobre su uso y hay una conclusión clara: los países nórdicos son quienes más apuestan por las bombas de calor. Finlandia (69‰), Noruega (60‰), Suecia (39‰) o Estonia (32‰). Son países con mucho más frío y los primeros interesados en un mayor ahorro energético.
En España siguen siendo desconocidas. En España las bombas de calor representan menos de un 10%. Las calderas de gas siguen siendo mayoría. Nuestro país está a la cola de Europa en el uso de las bombas de calor. Algo similar ocurre con Alemania, donde el uso del gas también es muy común.
Pese a estos datos, la electrificación de nuestros hogares parece inevitable. Europa así lo quiere y ya se ha publicado oficialmente la Directiva que así lo exige. Solo queda que España mueva ficha.
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