Los fabricantes de equipos de producción de circuitos integrados japoneses están contribuyendo al fortalecimiento de la cadena de distribución vinculada a la industria de los semiconductores de China. Como cabía esperar, la Administración de EEUU no se ha quedado impasible ante el paso hacia delante que están dando cada vez más compañías japonesas, lo que le ha llevado a describir este movimiento como una amenaza para la seguridad global.
El valor de mercado de Tokyo Electron, el mayor fabricante japonés de equipos de litografía, se ha incrementado hace apenas 24 horas en nada menos que 12.000 millones de dólares gracias en gran medida al récord de ventas que ha alcanzado en China durante los últimos meses. Además, otras de las empresas que recogen los índices MSCI Japan Semiconductor y Semiconductor Equipment Index han encontrado un filón gracias a sus clientes chinos.
Algunas de ellas han conseguido multiplicar por más de dos su valor de mercado desde que la Administración estadounidense aprobó en octubre de 2022 su primer paquete de sanciones dirigido expresamente a la industria de los semiconductores de China. Para las empresas niponas el mercado chino es fundamental. Sin él el crecimiento de su industria de fabricación de equipos de litografía no habría sido tan pronunciado. De eso no cabe la menor duda. Sin embargo, este desarrollo tiene un precio: la posible enemistad con EEUU.
Qué está vendiendo Japón a China y qué no
Los fabricantes de equipos de producción de semiconductores japoneses no pueden vender a sus clientes chinos cualquier máquina de litografía. La comercialización de aquellas que se benefician de patentes de origen estadounidense está circunscrita a las sanciones a China desplegadas por EEUU, por lo que la Administración liderada por Joe Biden tiene la potestad de impedir su venta a los fabricantes chinos de chips. Esto es, precisamente, lo que ha hecho.
China está reforzando su tejido industrial de fabricación de circuitos integrados maduros porque este mercado tiene una gran robustez
En esta coyuntura es muy razonable que nos preguntemos qué máquinas están entregando las empresas japonesas a sus clientes chinos, y la respuesta es sencilla: todas aquellas cuya comercialización no está condicionada por las sanciones de EEUU.
China está reforzando su tejido industrial de fabricación de circuitos integrados maduros. Este mercado es muy robusto gracias a la demanda de estos chips procedente de las industrias del automóvil, la electrónica de consumo, los electrodomésticos o las telecomunicaciones. Y muchas empresas japonesas, como las que he mencionado unas líneas más arriba, fabrican los equipos que están involucrados en la producción de estos semiconductores.
Los fabricantes de chips chinos tienen motivos de peso para volcarse en la producción de circuitos integrados maduros. Este mercado les está permitiendo reforzar su cadena de distribución y sostener su negocio a pesar de las sanciones de EEUU, lo que, por otro lado, les da tiempo para desarrollar sus propias tecnologías en aras de independizarse de las innovaciones extranjeras.
Además, el control de la Administración estadounidense sobre las tecnologías implicadas en la fabricación de semiconductores maduros es limitado, lo que da margen de maniobra a las empresas japonesas para esquivar las sanciones y vender sus máquinas a sus clientes chinos. Para EEUU es un problema que China y Japón preserven este vínculo comercial en la medida en que contribuye al fortalecimiento de la industria de los semiconductores del país liderado por Xi Jinping. Veremos si finalmente los lazos entre EEUU y Japón se resienten.
Más información | Bloomberg
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