Aunque pueda parecer contraproducente, hay empresas que contratan a personas sin intención de que estas permanezcan en la empresa. En pocas palabras, las utilizan como herramientas para cuadrar cifras en sus balances, desecharlas una vez han conseguido su objetivo. Pero no para trabajar.
Un buen ejemplo fue la sobrecontratación de Meta durante la pandemia, en la que se contrataba a los mejores ingenieros no para trabajar en sus proyectos, sino para evitar que se fueran a la competencia. Sin abandonar Meta, el ex CEO de Slack reveló que Meta había estado incrementando excesivamente su número de empleados solo para que sus cargos intermedios ascendieran.
En realidad, no importaba la validez de los nuevos empleados, cuando los cargos intermedios ascendieron, muchos de esos nuevos empleados pasaron a formar parte de las rondas de despido de Meta.
Contratar carne de cañón para los despidos
En una investigación publicada por Business Insider, se demostró que Meta no fue la única que contrató a empleados sin ánimo de que desarrollaran un trabajo en la compañía. Amazon también contrató a personas para despedirlas tras un tiempo y así cumplir con los objetivos de rotación interna (URA por las siglas de Unregretted Attrition o deserción no lamentada) que reclamaban sus directivos.
Según fuentes del medio americano, los directivos presionaban a los gerentes para que despidieran a un determinado porcentaje de personas cada año con el fin de ir renovando los equipos y prescindir de aquellos empleados que no estaban 100% comprometidos.
Sin embargo, para proteger a los equipos que ya funcionaban bien juntos, los gerentes contrataban a nuevos empleados ya con la intención de despedirlos llegado el momento. "Podíamos contratar a personas que sabíamos que íbamos a despedir, sólo para proteger al resto del equipo", confesaba un mando intermedio.
Según el medio, el propio Andy Jassy habría utilizado esta táctica conocida como “contratar para despedir” antes de dirigir la compañía, asumiendo un porcentaje de rotación del 6% de los empleados de su equipo. Si el equipo no cumplía con ese porcentaje un año, la diferencia hasta el objetivo se sumaba al del año siguiente.
La forma de despedir a estos “chivos expiatorios” no era directa, sino que se les incluía en los programas de mejora de rendimiento. Una vez allí, les pedían objetivos poco realistas, por lo que sus opciones de salvarse del despido se reducían.
Cuando se iniciaba una de las numerosas rondas de despidos que ha sufrido la compañía desde 2020, esos empleados siempre formaban parte de ellos y los gerentes mantenían a sus equipos cohesionados. Preguntados por el medio americano, Amazon ha negado todo conocimiento de esta práctica, aunque parte de su actual directiva era gerente de equipos en aquellos años.
Estas prácticas de rotación de plantilla explican, en buena medida, la alta rotación de las compañías tecnológicas y las grandes rondas de despidos que se han visto en los últimos años, al tiempo que, esas mismas empresas, no dejaban de contratar a nuevos empleados.
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Imagen | Wikimedia Commons (JD Lasica)
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