Hay un hombre que lleva 85 años trabajando para la misma empresa. Y no tiene planes de jubilarse

Walter Orthmann
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Para muchos, conseguir un contrato laboral ya es todo un logro en un entorno laboral tan cambiante como el actual. Por ello, nos sorprende como una persona ha sido capaz de aportar valor en la misma empresa durante su dilatada carrera profesional. ¿Quién dijo relevo generacional?

De tanto en tanto los astros se alinean para dejar entrever sucesos extraordinarios. Hace poco menos de un año, el brasileño Walter Orthmann, entró en el selecto grupo de las personas con más de cien primaveras en el mundo y batió uno de los récords más sorprendentes: récord mundial de la carrera profesional más larga al trabajar durante 85 años en la misma empresa.

Orthmann comenzó a trabajar en Industrias Renaux SA, una empresa textil ubicada en el estado de Santa Catarina al sur de Brasil, cuando tenía solo 15 años. Los problemas económicos que sufría su familia le empujaron a buscar un empleo. “En 1938, se esperaba que los niños trabajaran para ayudar a mantener a la familia. Como el hijo mayor de cinco, mi madre me llevó a buscar trabajo a los 14 años”, comentaba Walter Orthmann.

En aquellos tiempos era habitual que los adolescentes entraran a trabajar en las empresas en calidad de aprendices o chicos de los recados, por lo que el 17 de enero de 1938, el joven Walter empezó a trabajar como ayudante de envíos. Con este puesto Orthmann tenía su primer contacto con los productos que se producían en la compañía y la distribución a los clientes.

La buena disposición del joven le hizo ascender dentro del organigrama de la empresa que, pese al paso del tiempo y las crisis, consiguió mantenerse a flote y el único cambio que experimentó fue en su nombre, que hace algunos años se actualizó a RenauxView.

85 años de carrera dan para mucho, pero Walter siempre ha preferido estar cerca del producto y los clientes, por lo que encajó como un guante en el departamento de ventas de la compañía convirtiéndose en su director de ventas. “Me dieron la oportunidad de trabajar como vendedor. Viajé a São Paulo y en menos de una semana llené la producción con pedidos equivalentes a tres meses de trabajo” dijo en la entrega de su certificado de Récord Guinness.

Tener un propósito, compromiso y una rutina

Trabajar como director de ventas le dio la oportunidad de viajar por todo el mundo y conocer mejor su país y una de las enseñanzas que le aportó tener una carrera tan larga es estar siempre al día y adaptarse a los nuevos contextos para seguir adelante. Tanto es así que el señor Walter incluso tiene su perfil en Instagram.

Según Walter, ese aprendizaje constante se convierte en un propósito para tu día a día y hace que, con más de 100 años a sus espaldas, todavía acuda a diario a su puesto de trabajo conduciendo su propio coche. “No hago muchos planes, ni me importa mucho el mañana. Lo único que me importa es que mañana será otro día en el que me despertaré, me levantaré, haré ejercicio e iré a trabajar; hay que ocuparse del presente, no del pasado ni del futuro. El aquí y el ahora es lo que cuenta. Así que, ¡a trabajar!”.

Walter Orthmann Walter Orthmann en su oficina

La genética de Walter le ha ayudado a conseguir su hito. Pese a su edad, el veterano director de ventas hace ejercicio a diario y mantiene una excelente claridad mental y memoria. Orthmann afirma que, el mejor consejo profesional que puede dar es intentar trabajar en una buena empresa y en un área en la que te sientas motivado. “Cuando hacemos lo que nos gusta, no vemos el tiempo pasar”.

El caso de Orthmann es anecdótico por ser un hombre de una edad tan avanzada, pero llevado al extremo, refleja la mejora en las expectativas de vida de las personas que está impulsando a muchos gobiernos a alargar la edad de jubilación progresivamente, dejando la puerta abierta para que personas con plenas facultades como Walter, mantengan su actividad.

El sistema de pensiones de Brasil, como el de muchos otros en el mundo, se ha revisado recientemente para retrasar la edad de jubilación legal es a los 65 años habiendo cumplido un mínimo de 35 años de cotización. Obviamente, el señor Walter lo supera con creces y sus motivaciones son otras, pero su ejemplo revela el crecimiento de la esperanza de vida de 54 años en 1960 a los 74 en 2018.

Si Brasil no hubiera acometido su reforma de las pensiones, en la actualidad estaría destinando el 20% de su PIB a las pensiones. Al alargar la edad de jubilación se ha atenuado esa presión y se garantiza que personas como Walter no tengan necesidad de seguir trabajando para obtener una pensión digna, como sucede en Estados Unidos.

Water ha mostrado su compromiso inquebrantable durante 85 años con RenauxView, pero el respeto ha sido mutuo, algo que el veterano también ha sabido reconocer en una entrevista con la CNN. “A mi edad no encontraría trabajo en otro lugar, y aquí me cuidan muy bien”. Sin duda valores en peligro de extinción en un entorno laboral tan volátil como el actual.

Dejando a un lado la cara amable del ejemplo de Walter Orthmann, mantener plantillas tan envejecidas resta productividad y competitividad a las empresas y hace un flaco favor a unos jóvenes que, en España, tienen una tasa de desempleo juvenil de menos de 25 años del 27,4%, mientras que la tasa de paro para personas mayores de 45 años, a las que todavía les queda mucho que aportar al mercado laboral, se sitúa en el 11,54%.

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Imagen | Guinness World Records

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